Crueldad
Una buena parte de las fiestas populares de los pueblos de Espa?a, que normalmente se inician por estas fechas de primavera-verano, tiene como centro alg¨²n animal. La fiesta consiste en que el animal, salvo en algunas ocasiones, tiene que morir despu¨¦s de que se le haya hecho sufrir y se le haya hecho pasar todo tipo de padecimientos. Estas fiestas populares y estos sacrificios de animales se mantienen con el pretexto de la tradici¨®n espa?ola, las costumbres. Por su proliferaci¨®n, tengo que pensar que estas se inventan y que se justifica el espect¨¢culo con frases tales como: "Hemos recuperado una antigua costumbre".
Los ayuntamientos compran las reses, montan una plaza volante y a disfrutar. Una de estas fiestas populares ha tenido lugar en Alhaur¨ªn el Grande (M¨¢laga). La forma de divertirse ha dado la vuelta a Internet. Un grupo de energ¨²menos portando banderas espa?olas y andaluzas, otros con los pu?os en alto, y los m¨¢s intentando subir a lomos de las vaquillas y tir¨¢ndoles del rabo, acabaron provocando que chocaran entre ellas y una se desnucara y se matara.
No s¨¦ si esta fiesta es de tradici¨®n espa?ola o andaluza o es uno de esos inventos que se les ha dado en llamar "costumbres recuperadas". Adem¨¢s, no me importa. Si es una tradici¨®n ser¨ªa bueno terminar definitivamente con ella. Est¨¢ en contra de la l¨ªnea legislativa nacional e internacional sobre protecci¨®n de animales y de la opini¨®n del Parlamento europeo. Si es un invento habr¨ªa que encomendarse a san Ant¨®n que, como patr¨®n de los animales, est¨¢ encargado de velar de su cuidado y excomulgar a quienes hayan dado lugar o hayan cometido estas animaladas, con perd¨®n.
Unos hechos, los de algunos vecinos de este pueblo, que con ser graves, que lo son -violan la normativa europea, espa?ola y andaluza-, tambi¨¦n han puesto de relieve que los energ¨²menos -por ahora, ya que pueden terminar siendo condenados por delito y pasaran a ser delincuentes- utilizaban, a modo de capote, las banderas espa?ola y andaluza para este salvajismo. Si malo es matar un animal de la forma que se ha hecho, es de enfermos emplear unas banderas que representan a la naci¨®n espa?ola y a Andaluc¨ªa para destrozar, machacar y hacer pedazos a unos animales hasta el punto de llevarlos al l¨ªmite y que optaran por matarse como sea. Es lo que, a veces, ocurre cuando las banderas se generalizan en tiempos de paz y algunos las emplean fuera de sus realidades representativas. Tal vez, quienes hacen estas brutalidades piensen que, con su exhibici¨®n, defienden la fiesta popular o la fiesta taurina, si es que no se les ha pasado por la cabeza distinguirse del Parlamento catal¨¢n, ahora que est¨¢ discuti¨¦ndose la supresi¨®n de la fiesta en esta comunidad. Tampoco importa. Lo que s¨ª importa es que un ayuntamiento monte unas fiestas en las que el espect¨¢culo sea una vaquilla -dos-, congregue al pueblo para disfrutar, se despreocupe y que cuatro abanderados tomen la plaza y terminen suicidando a un animal. En fin, desear¨ªa pensar que cuando las autoridades montan estas fiestas cuentan con un veterinario y no lo dejan todo a la mano de Dios. Ser¨ªan signos de responsabilidad. No basta, despu¨¦s de todo lo ocurrido, con decir, como ha dicho este Ayuntamiento por boca de su alcalde, que es indecoroso un comportamiento de esta naturaleza ni tampoco limitarse a suspender la fiesta por falta de medios de control que no tuvieron en cuenta, y no por la bestialidad que se ha desarrollado.
Tal vez, quiero pensar, alg¨²n d¨ªa, estas crueldades desaparecer¨¢n definitivamente del panorama espa?ol. Tambi¨¦n que los ayuntamientos solo organizar¨¢n los festejos en los que estas formas de crueldad no puedan surgir y que se sientan responsables de sus actos. En todo caso, y mientras llega este d¨ªa, confiemos en que las denuncias sobre estos hechos no se duerman en las distintas administraciones, las banderas cumplan con lo que representan y los hechos no queden en una mera an¨¦cdota, de crueldad, pero an¨¦cdota al fin y al cabo.
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