Maalouf, el Africano

El Pr¨ªncipe de Asturias ha sido adjudicado a un escritor liban¨¦s, habitante de un territorio cultural casi difuminado por los prejuicios y la ignorancia intencionada. Amin Maalouf es una de las voces m¨¢s esclarecedoras de la cultura mediterr¨¢nea, desde sus obras imprescindibles como Le¨®n el Africano o Samarcanda, nos ha entregado esa parte del mosaico de la cultura e historia de las civilizaciones que nos faltaba, porque no podemos comprendernos sin la necesaria diferencia del otro.

Dotado de una imaginaci¨®n sin l¨ªmites y de una rigurosidad hist¨®rica libre de interpretaciones antojadizas, la obra de Amin Maalouf nos invita a conocer la otra visi¨®n de las cruzadas, la que no se nutre en la mezquina saga del vencedor, sino en la reflexi¨®n del vencido que persiste en conservar los atributos y costumbres formadoras de una identidad y una cultura.

Maalouf representa la tolerancia entre culturas, el di¨¢logo entre opuestos, y una visi¨®n de la historia despojada de prejuicios o intencionadas ideologizaciones.

En la otra orilla del Mediterr¨¢neo no hay solamente inmediatez e intolerancia, al otro lado del Mediterr¨¢neo hay algo m¨¢s que integrismo religioso y potenciales emigrantes. Hay una historia y un crisol de culturas sin las cuales Occidente nunca terminar¨¢ de entenderse, y sus libros nos permiten asomarnos a ese mundo cuya complejidad es el desaf¨ªo que, asumido, nos permite entender nuestra ¨¦poca.

En estos d¨ªas en que todo lo que llega del cercano Oriente y de la otra orilla del Mediterr¨¢neo se estigmatiza, o se relativiza cuando se trata de agresiones cometidas por un pa¨ªs aliado de Occidente, los escritores como ¨¦l son un b¨¢lsamo de realidad y estupendas historias que animan a las gentes de buena voluntad para que persistan en lograr el entendimiento. Es por tanto motivo de alegr¨ªa saber que se premia a un gran escritor y hombre de paz, a mi admirado amigo.