Los 'm¨¦dicos' que cuidan el ¨¢nimo del paciente
M¨¢s de 1.600 voluntarios trabajan en los hospitales de la regi¨®n - Cada vez se apuntan m¨¢s personas prejubiladas
Treinta a?os en el mundo de las finanzas. Primero en un banco espa?ol, luego en otro americano, en uno ingl¨¦s... Lleg¨® a director general. Y un d¨ªa, se le present¨® un problema grave de coraz¨®n. Le operaron y le dijeron que no pod¨ªa trabajar m¨¢s de cuatro horas diarias. De ah¨ª a la prejubilaci¨®n, un paso. Desde octubre del a?o pasado, Paco, de 52 a?os, es voluntario de la Asociaci¨®n Espa?ola contra el C¨¢ncer. Los mi¨¦rcoles por la ma?ana se presenta en el hospital de la Princesa, se pone su bata blanca y su mejor sonrisa, sube a la sexta planta (hematolog¨ªa) y entra en el ¨¢rea dedicada al trasplante de m¨¦dula ¨®sea.
Va de habitaci¨®n en habitaci¨®n. Si el paciente quiere, entra. "Le pregunto: '?qu¨¦ tal est¨¢s?', '?de d¨®nde eres?', hablamos de f¨²tbol. Si es del Atl¨¦tico, yo tambi¨¦n soy del Atl¨¦tico. Pregunto si quieren leer un libro, si necesitan agua...". En definitiva, les acompa?a. Los voluntarios dan conversaci¨®n, ¨¢nimos, entretenimiento para no pensar en la enfermedad, apoyo emocional para los ratos malos. Se adaptan a lo que necesite el paciente. "Es reconfortante", dice Paco. "Parece que tu tiempo vale algo". Como ¨¦l, m¨¢s de 1.600 madrile?os realizan labores de voluntariado en los hospitales de la regi¨®n.
El perfil del voluntario: mujer joven, con estudios superiores y trabajo
"Tienen que escuchar, pero no intervenir", es una de las normas
Mujer joven, de entre 25 y 40 a?os, con estudios universitarios y trabajo. Ese es el perfil de los voluntarios que colaboran en los hospitales, seg¨²n destacaron ayer la viceconsejera de Familia y Asuntos Sociales, Regina Pla?iol, y la viceconsejera de Asistencia Sanitaria, Ana S¨¢nchez, durante la II Jornada de Voluntariado en centros hospitalarios. En los ¨²ltimos a?os, sin embargo, se ha notado un incremento de voluntarios mayores de 55 a?os, muchos de ellos prejubilados.
Flori Valdavida casi entra en ese perfil. A sus 52 a?os, con dos hijas ya criadas -"ahora me necesitan menos", dice-, va una vez a la semana al hospital de d¨ªa de la Princesa. Una sala amplia, de colores alegres y grandes ventanales. Un lugar que trata de ser acogedor; aqu¨ª los pacientes oncol¨®gicos reciben quimioterapia y su tratamiento puede ser de media hora o de siete. "Lo primero que haces al entrar es poner la sonrisa, en plan 'aqu¨ª est¨¢ la primavera'. Tienes que transmitir a la gente alegr¨ªa de vivir. Luego vas saludando persona por persona. Hay gente que te coge de la mano y te quedas con ellos una hora", explica. La Asociaci¨®n Espa?ola contra el C¨¢ncer (AECC) tiene en la Princesa una treintena de voluntarios. "Hacemos acompa?amiento en sustituci¨®n de la familia, apoyo emocional", relata Isabel Serrano, la coordinadora de los voluntarios en el hospital.
Juan Antonio Cuesta, de 52 a?os, dice que agradece su labor. ?l es uno de los pacientes que pasa entre seis y siete horas en esa sala. Es f¨¢cil aburrirse, cuenta. "Se presentan, te ofrecen caf¨¦", enumera. Y lo mejor: "Te preguntan qu¨¦ tal est¨¢s y te dan conversaci¨®n". Lleva tres a?os acudiendo al hospital de d¨ªa y conoce a todos los voluntarios. "Con uno hablo de toros", se r¨ªe.
Los voluntarios j¨®venes suelen elegir tareas de acompa?amiento y actividades de ocio de los ni?os ingresados. Los adultos optan por la atenci¨®n directa de personas mayores hospitalizadas, explican en la Comunidad de Madrid. Ahora mismo, 53 entidades desarrollan 116 proyectos en 26 hospitales madrile?os. Adem¨¢s de la AECC, en la Princesa colaboran otros 40 voluntarios de la Fundaci¨®n Desarrollo y Asistencia. Hacen tareas de acompa?amiento en las habitaciones y en las consultas externas, gu¨ªan en el vest¨ªbulo o por los pasillos a los que puedan estar desorientados -por este centro pasan cada d¨ªa 5.000 personas-, ayudan a algunos pacientes a dar peque?os paseos por el hospital...
Una diapositiva mostrada durante la jornada resum¨ªa ayer la labor de los voluntarios: "No son profesionales, pero nos ayudan a dar una asistencia integral m¨¢s humana al enfermo. Llegan donde los profesionales no llegamos. Aportan calidez a la frialdad del hospital". Y otra recordaba algunas reglas: "Tienen que escuchar, pero no intervenir". Una norma que Flori Valdavida dice seguir a rajatabla. "Cuanto menos sepas, mejor, porque as¨ª no metes la pata. Est¨¢s para dar cari?o y apoyo emocional. No hay que hurgar en la enfermedad. Llevo a?os con algunos pacientes y no s¨¦ ni lo que tienen. Como voluntario, vienes a lo que vienes", resume, mientras se lleva la mano al coraz¨®n.
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