Contra la depresi¨®n

En la fase final de la 19? edici¨®n del Mundial de f¨²tbol que se inicia hoy en Johanesburgo participan 32 selecciones de los cinco continentes. Es la primera vez que se celebra en ?frica -hace dos campeonatos se jug¨® por primera vez en Asia-, lo que constituye un reconocimiento del auge de este deporte en el continente negro, del que han salido algunas de las principales figuras de las ligas europeas m¨¢s importantes.

Brasil (cinco t¨ªtulos), Italia (cuatro) Alemania (tres) y Argentina (dos) no solo han ganado 14 de los 18 t¨ªtulos disputados, sino que en todas las finales ha participado como m¨ªnimo una de esas cuatro selecciones. As¨ª, no es extra?o que un informe de la consultora PriceWaterhouse de abril pasado considerase favoritas para el Mundial de Sud¨¢frica, en este orden, a Brasil, Alemania e Italia. Para realizarlo, la consultora norteamericana elabor¨® un modelo te¨®rico que ponderaba no solo la trayectoria reciente de cada selecci¨®n, sino su comportamiento hist¨®rico, as¨ª como diversos datos socioecon¨®micos.

Pero en el otro platillo de la balanza brilla el dato de que la selecci¨®n espa?ola ha ganado 43 de los 47 ¨²ltimos partidos disputados (y empatado tres), lo que le hace figurar a la cabeza, junto a Brasil, del ranking anual de selecciones que elabora la FIFA. Ello convierte objetivamente a la Roja, con independencia de c¨¢lculos econom¨¦tricos, en aspirante obvia al t¨ªtulo. Si en casi todos los mundiales ha habido un equipo que ha definido el estado del f¨²tbol en cada ¨¦poca, ahora es Espa?a quien marca la pauta con su combinaci¨®n de toque, presi¨®n y rapidez mental. Jugadores como Xavi, Iniesta y Silva, consagrados en el Europeo de hace dos a?os, a los que cabr¨ªa a?adir a los reci¨¦n incorporados Navas y Pedro, encarnan un tipo de futbolista menudo y ¨¢gil que ha venido a interrumpir la tendencia de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas a producir (en los gimnasios) futbolistas m¨¢s atl¨¦ticos que habilidosos.

Un estilo personal y de juego que favorece la identificaci¨®n de la afici¨®n con este equipo, dirigido por un entrenador inteligente y discreto. Frente a la depresi¨®n provocada por la crisis y su circunstancia, esa identificaci¨®n es un reducto de autoestima que ojal¨¢ se vea confirmada por los resultados.