?ltima baza para la izquierda en Barcelona

Hay algunos datos nuevos en la pol¨ªtica municipal de Barcelona que configuran una situaci¨®n in¨¦dita en la presente etapa democr¨¢tica. Uno de ellos es que los sondeos apuntan por vez primera en 31 a?os que la izquierda puede perder la mayor¨ªa en su Ayuntamiento. Otra novedad es que en el partido del actual alcalde, el socialista Jordi Hereu, hay por lo menos un eventual aspirante a sustituirle como candidato en las pr¨®ximas elecciones municipales. Se trata de Ferran Mascarell, un ex concejal de la ciudad y ex consejero de Cultura de la Generalitat durante la presidencia de Pasqual Maragall que goza de excelente prestigio.

Ninguna de estas dos circunstancias se hab¨ªa dado anteriormente. Ambas se producen, adem¨¢s, en un panorama de dificultades y retroceso de las izquierdas tanto en el contexto general europeo como en el espa?ol. Y cuando Catalu?a est¨¢ a pocos meses de unas elecciones auton¨®micas para las que tambi¨¦n hay s¨ªntomas de retraimiento entre el electorado de las izquierdas. Ambas derechas locales se frotan las manos con l¨®gica excitaci¨®n solo de pensar en lo que puede caerles en menos de un a?o.

Hereu afronta el reto de rehacer en diez meses la confianza en el modelo que la ciudad lleva una d¨¦cada aplicando

Destacados socialistas piensan que agitar ahora el debate acerca de un eventual cambio de su candidato a la alcald¨ªa de Barcelona para las elecciones que toca celebrar en la primavera de 2011 responde sobre todo al inter¨¦s de esas derechas y de la prensa conservadora, porque implica poner en duda la idoneidad del alcalde Hereu. Es decir, desgastarle ya ahora como candidato a la reelecci¨®n. No les falta raz¨®n. Y esta es la perspectiva en la que debe situarse la reafirmaci¨®n de la figura de Hereu por la federaci¨®n barcelonesa del PSC el pasado fin de semana.

Los apuros de la mayor¨ªa de izquierdas en el Ayuntamiento de Barcelona pueden ser fruto tambi¨¦n, sin embargo, de una fatiga de materiales, tanto o incluso m¨¢s que una cuesti¨®n de personalidades. Desde 1979 el PSC ha dado cuatro alcaldes sucesivos a la ciudad, que han sido capaces de dirigir la colosal transformaci¨®n de la capital de Catalu?a operada durante esta larga etapa. Lo han hecho siempre en coalici¨®n, primero con el PSUC, en la actualidad con Iniciativa-Verds y, en varios intervalos, con ERC. Nunca con mayor¨ªa absoluta y, desde 2007, en minor¨ªa en el Consistorio. Desde que el alcalde Joan Clos definiera su apuesta por hacer de Barcelona una capital basada en la econom¨ªa del conocimiento, el siguiente gobierno municipal no ha acertado en la explicaci¨®n del proyecto que, a fin de cuentas, aplican la ciudad y Catalu?a y que es el que acaba de obtener ahora el reconocimiento de la revista Science. Dicho sea de otro modo: parece que la izquierda municipal ha perdido la fe en su capacidad de explicarse. La inc¨®gnita actual es si Jordi Hereu sabr¨¢ rehacer en 10 meses la confianza en el proyecto que la ciudad lleva aplicando una d¨¦cada. Es su oportunidad.

Los socialistas tienen una amplia experiencia acerca de c¨®mo sustituir a un alcalde que consideran desgastado o no id¨®neo por cualquiera de las variadas razones que la pol¨ªtica local presenta. La f¨®rmula can¨®nica consiste en relevar al alcalde en torno a la mitad del mandato por alguno de los concejales de su equipo, que, de esta forma, dispone de uno o dos a?os para rodarse, darse a conocer y concurrir con opciones de ¨¦xito a las siguientes elecciones.

Esta fue la operaci¨®n ejecutada en 2006 con Clos y Hereu. Por motivos que ahora no vienen al caso, llegaron a la convicci¨®n de que el alcalde Clos hab¨ªa agotado su etapa y era aconsejable sustituirle por un candidato con m¨¢s recorrido de futuro. Colocaron a Clos como ministro de Industria y situaron a Hereu en la alcald¨ªa. Digan lo que digan los sondeos y piensen lo que piensen los dirigentes del PSC acerca de las expectativas de Hereu, lo cierto es que ahora no pueden ni elucubrar sobre una repetici¨®n de la jugada. Porque si hay eventuales sustitutos o aspirantes a sustituirle como candidato a alcalde en las pr¨®ximas elecciones, est¨¢n fuera del Consistorio. Es el caso de Mascarell, de cuya boca, dicho sea de paso, no ha salido en p¨²blico ni una sola palabra para postularse como sucesor. Pero es tambi¨¦n el caso de los otros nombres con los que se especula. O sea que esto es lo que hay.