'Prometeu' Multidisperso

Inaugurar el Festival Grec con una obra de texto y adem¨¢s griega no deja, a pesar del car¨¢cter festivo de la velada, de ser lo suyo. Carme Portaceli, directora de este Prometeu de Esquilo con a?adidos de Heiner M¨¹ller, quiz¨¢ por la presi¨®n del contexto inaugural, ha optado por agregar al texto un pr¨®logo y un ep¨ªlogo, y aderezar el conjunto con un surtido de lenguajes esc¨¦nicos destinados al recreo del respetable, en vez de dar ese texto a pelo y basar la propuesta en la fuerza de sus versos. El resultado ha sido que, sin ser un montaje largo (una hora y media), se hace largo, y que por culpa de los esfuerzos por amenizar un texto s¨®lido pero denso, la atenci¨®n del espectador se dispersa para centrarse, de repente, en el maullido de un gato.

Portaceli ha optado por aderezar el conjunto en vez de dar el texto a pelo

El espacio esc¨¦nico es atractivo. Una pasarela une a los m¨²sicos en directo con la atalaya met¨¢lica a la que encadenan a Prometeo, aunque solo sea metaf¨®ricamente, pues ¨¦sta (aqu¨ª Prometeo es una mujer) no para de subir y bajar por ella. Gabriela Flores se encarga de servirnos el pr¨®logo sobre c¨®mo se lleg¨® a la guerra de los dioses, muy did¨¢ctico, nada que decir. Y empieza la obra de Esquilo. Y con los primeros personajes, Hefesto (Albert P¨¦rez) plateado de arriba abajo, y Fuerza (Lloren? Gonz¨¢lez), en simb¨®lico traje militar como queriendo extrapolar lo divino a lo humano y contempor¨¢neo, empiezan tambi¨¦n los primeros desajustes. ?Qu¨¦ pinta el hombre de hojalata del Mago de Oz junto a ese militar grotesco? Las visitas que recibe Prometeo tampoco se quedan cortas. Oc¨¦ano, una impactante Pepa L¨®pez de pelo blanco a lo manga; Io, una Llu?sa Castell m¨¢s c¨®mica que sexy; Hermes, un David Bag¨¨s en esmoquin, estupendo segund¨®n de Zeus a lo mafioso. Hay tambi¨¦n dos guardaespaldas sin rostro que se mueven como los monigotes de Keith Haring y est¨¢n tambi¨¦n los acordes entre jazz¨ªsticos y de banda sonora de serie de televisi¨®n de los setenta de Nel¡¤lo y los suyos. Y toca hablar de Prometeo, interpretada por Carme Elias, quiz¨¢s la apuesta m¨¢s coherente de Portaceli. Y es que la naturaleza protectora y tutora de Prometeo, por no hablar de su capacidad vidente, no dejan de ser rasgos femeninos. Pero Elias tampoco sigue una l¨ªnea coherente; pasa de la declamaci¨®n ampulosa a la exaltaci¨®n propia de la enajenaci¨®n mental. Y cuando el texto de Esquilo llega a su fin, llega el apote¨®sico y desconcertante final que, puestos a entretener, deber¨ªa ir precedido del mism¨ªsimo Porky con aquello de "no se vayan todav¨ªa, que a¨²n hay m¨¢s": Nel¡¤lo al micr¨®fono d¨¢ndonos la bienvenida, algo de magia, algo de coreograf¨ªa coral y una canci¨®n, Over the rainbow: ?de nuevo El mago de Oz?