Preparados, fuego, apunten
No lo dice Sun Tzu en el Arte de la guerra, ese manual para tanto ejecutivo agresivo mientras descarrilaban las corporaciones y bancos que hemos corrido a salvar. Pero s¨ª lo sostiene la simple l¨®gica militar: la secuencia de implementaci¨®n de una estrategia que asegura mejores resultados en la batalla es el cl¨¢sico pero efectivo "preparados, apunten, fuego". Te¨®ricos de la gesti¨®n como Demings, Peters o Metcalfe popularizaron la secuencia "preparados, fuego, apunten", para describir la tendencia a disparar primero y preguntar despu¨¦s, imperante en unos mercados empresariales o pol¨ªticos marcados por batallas donde la estrategia es s¨®lo la velocidad. Dar el primero para arrear dos veces, como sea y a lo que sea. Los preparativos de nuestro paisanaje pol¨ªtico ante las elecciones municipales prueban cu¨¢nto y cu¨¢n r¨¢pido evolucionamos aqu¨ª hacia una nueva era, donde todo ser¨¢ "preparados, fuego, fuego".
Mientras PP y PSOE se disparan acusaciones de corrupci¨®n, en el BNG se las arrojan entre ellos
El primero en prepararse fue el PP con el t¨ªpico Photoguay de candidatos. El mensaje parec¨ªa ser la renovaci¨®n. Pero de inmediato abrieron fuego a discreci¨®n. El mensaje es de nuevo que la pol¨ªtica es despilfarro, es corrupci¨®n y en todo caso, una p¨¦rdida de tiempo. Funcion¨® una vez y puede hacerlo otra, deben pensar en el PP, aparentemente a¨²n inconscientes del coste de pasarse la mayor parte de la Restauraci¨®n popular reconstruyendo la credibilidad de unas instituciones que asolaron llen¨¢ndolas de chiringuitos y audis, pero que ahora necesitan vuelvan a ser "agencias" o "veh¨ªculos de utilidad social".
Feij¨®o pide disculpas por la "pol¨ªtica vertedero" practicada mientras su Gobierno manda inspectores de la Xunta a buscar pruebas que justifiquen las acusaciones p¨²blicas del partido. La vieja m¨¢xima del periodismo basura -"nunca dejes que la verdad estropee un buen titular"-, llevada a la pol¨ªtica. Primero hay que tomar los ayuntamientos-chiringuito, despu¨¦s ya se ver¨¢. Una estrategia incentivada por la falta de ¨¦xitos en el Gobierno aut¨®nomo que funcionen como modelo de cambio respecto a la gesti¨®n municipal bipartita. Pero tambi¨¦n una opci¨®n alimentada por la misma forma de entender la pol¨ªtica que viaja en los genes de la derecha espa?ola.
A la pugna por desenfundar se incorpor¨® presto el socialismo gallego, que desacredit¨® la alineaci¨®n popular calific¨¢ndola como un dream team de candidatos querellados. Por si no hab¨ªa quedado claro que la pol¨ªtica es, con perd¨®n, una puta mierda, cada d¨ªa trae su tiroteo. Desde las haza?as b¨¦licas del departamento de Obras de la Deputaci¨®n de Pontevedra, a los viajes alucinantes del conselleiro Marco Polo, o al bueno de Ruiz Rivas defendiendo las supersillas del Gai¨¢s como un ejemplo de austeridad feijoniana. A lo mejor porque alguien record¨® que tal intercambio de golpes s¨®lo beneficia a la derecha, el siguiente paso ha sido la escenificaci¨®n del advenimiento de Jos¨¦ Blanco sobre el liderazgo de Pachi V¨¢zquez. Se ampl¨ªa la l¨ªnea de tiro. Adem¨¢s de querellas, ahora van a disparar ramas de olivo hacia los populares y fogonazos de galleguismo y progresismo hacia el inquieto electorado nacionalista. De la crisis en Galicia se sale por la izquierda, proclamaron, mientras en Madrid aplican a la carrera las recetas de la ortodoxia econ¨®mica liberal europea. La coherencia es un bien claramente sobrevalorado y otra p¨¦rdida de tiempo.
Parad¨®jicamente, en el BNG que planeara prepararse antes para apuntar mejor es donde m¨¢s se impone el "fuego, fuego". Como una iglesia para una boda de post¨ªn, decidieron reservar las listas un a?o antes. El resultado de tanto control, clarificaci¨®n y planificaci¨®n centralizada es otra de esas peleas din¨¢sticas, incomprensibles para el votante no iniciado, donde varios linajes se disputan a muerte, en p¨²blico y feroz combate, el puesto siete de la candidatura X en la provincia Y. La diferencia es que mientras socialistas y populares se disparan entre s¨ª acusaciones de corrupci¨®n, los nacionalistas prefieren arroj¨¢rselas entre ellos. El sectarismo bien entendido siempre debe empezar por uno mismo y para qu¨¦ perder m¨¢s tiempo debatiendo ideas y alternativas. A votar y el que gana, manda o apanda.
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