De f¨²tbol, ni hablar
El Jabulani, las 'vuvuzelas' y las lenguas venenosas combaten la rutina de un Mundial que obliga a los porteros al papel de v¨ªctimas - La expulsi¨®n de Anelka confirma el desguace de Francia

Cumplido un tercio del Mundial, la pirotecnia se impone al f¨²tbol. Solo Messi ha despertado emotividad. Lo dem¨¢s es barbecho: mucha bronca y poca vistosidad. Atrofiada la fantas¨ªa, el juego rutinario se alimenta de fatuos debates sobre las benditas vuvuzelas -mal que pese a algunos, es el ¨²nico s¨ªntoma festivo-, las caranto?as de Maradona a sus chicos y las lenguas venenosas de Anelka, Rooney, Deco... De sobresalto en sobresalto, las selecciones no se reconocen: Capello no advierte s¨ªntomas de la Inglaterra que aguardaba, como si ¨¦l fuera un mero espectador ajeno; a Espa?a se la espera; Alemania fue el espejismo de un d¨ªa; Francia est¨¢ para el desguace; a Holanda se le ha deste?ido el naranja y cada vez es m¨¢s mec¨¢nica; en el arronaldado Portugal no hay atajos para Cristiano, y en Brasil hace tiempo que la pelota no tiene nombre de mujer: Menina la llamaban en tiempos de Pel¨¦, Garrincha o Rivelino.
Salvo Messi, ning¨²n jugador ha cometido el disparate del atrevimiento
En el continente de la escasez, la producci¨®n de goles est¨¢ por los suelos. Y eso que el maldito Jabulani saca la lengua a los porteros, ya sean ingleses, nigerianos, japoneses, argelinos o ghaneses. Y los que faltan por pintarse de rojo la nariz. En las ¨¢reas no gobiernan los delanteros. Es la dictadura de ese bal¨®n de nivea. Definitivamente, los guardametas son los parias de este deporte. Nunca debieron desenlutarse porque su velatorio no tiene fin: primero les pod¨ªa cargar la caballer¨ªa a palo limpio, luego les obligaron a jugar con los pies cuando lo suyo era ganarse el jornal con las manos y ahora les ridiculiza un grosero artefacto.
Mientras los porteros se ven con bomb¨ªn chapliniano, salvo Messi, no hay futbolistas que cometan el disparate del atrevimiento: unas migas de ?zil, Elia, Ag¨¹ero... De hecho, el mejor taconazo lo ha dado Maradona con traje, corbata y zapatos de brooker en el banquillo del Argentina-Corea del Sur.
As¨ª, el Mundial transcurre sin enamoramientos, castrado en el c¨¦sped y altisonante en las invernales gradas sudafricanas, donde las trompetitas animan la hibernaci¨®n.
A falta de mayores alicientes, el gran hermano cat¨®dico sustenta las portadas. Los jugadores no han metabolizado que las c¨¢maras de hoy son de rayos X, que son rehenes de una red de espionaje. En el Inglaterra-Argelia a Rooney le pillaron deslenguado contra su hinchada antes de que un hooligan se colara en el vestuario y se encarara con Beckham, lo que deja en tanga la seguridad en el campeonato. Para los ingleses no hay barreras: ya hubo quien trep¨® un palacio de Buckingham hasta llegar al lecho de la Reina.
En el Francia-M¨¦xico hubo el chivatazo de la jornada, del torneo probablemente. "?Que te den por culo, sucio hijo de puta!", le dijo Anelka a Raymond Domenech, su t¨¦cnico. El ex madridista fue expulsado ayer de la concentraci¨®n. Francia es un polvor¨ªn. E Inglaterra est¨¢ en capilla. "Nefastos", "in¨²tiles", "payasos", "booboozzzelas [en ingl¨¦s, boo es abuchear]" fueron algunos titulares en la prensa brit¨¢nica sobre la supuesta imperial Inglaterra de Capello. De repente, Rooney es una mala versi¨®n de Rooney y con Lampard y Gerrard se contradicen las matem¨¢ticas: uno y uno igual a uno.
Sin espect¨¢culo a la vista, lo suburbial sostiene el tinglado. Habr¨¢ que ver por cu¨¢nto tiempo. De momento, de f¨²tbol ni hablar. Brasil, hoy, y Espa?a, ma?ana, tienen la palabra.


Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
