La moral (baja) del empleado
La crisis pasa factura. Las encuestas muestran que, por miedo a perder su puesto, el espa?ol falta menos al trabajo y cumple m¨¢s horas, pero est¨¢ m¨¢s desmotivado que nunca
El trabajador espa?ol medio es ahora mismo un empleado desmotivado y hasta cierto punto d¨®cil, tan preocupado por la seguridad en su puesto de trabajo que cumple m¨¢s horas de las necesarias en su empresa y se abstiene de quejas. As¨ª lo representan las estad¨ªsticas y las encuestas realizadas por firmas de consultor¨ªa. No es una buena noticia para los sindicatos, pero tampoco para los empresarios: el trabajador d¨®cil no es precisamente el m¨¢s comprometido ni el m¨¢s productivo.
Este retrato robot puede entenderse como un efecto secundario de una crisis econ¨®mica que ha destruido casi dos millones de empleos en algo m¨¢s de dos a?os y ha sembrado el p¨¢nico entre los trabajadores supervivientes. En su entorno, algunas cosas est¨¢n cambiando: cuando hace no mucho tiempo se citaba al absentismo como una de las mayores lacras del mercado laboral espa?ol, ahora los expertos fijan la atenci¨®n en el presentismo, un fen¨®meno contradictorio e indeseable.
Un 38% de los espa?oles, frente a un 29% de los europeos, cree que podr¨ªa perder su ocupaci¨®n en los pr¨®ximos 6 meses
A primeros del presente a?o, Octavio Granado, secretario de Estado de la Seguridad Social, anunci¨® que el absentismo en Espa?a se situaba por primera vez por debajo de la media europea. Era una de las escasas buenas noticias que pod¨ªan divulgarse en tiempos revueltos en materia laboral. Efectivamente, Espa?a se hab¨ªa unido al grupo de 12 pa¨ªses europeos que participaban en un estudio de incapacidad laboral temporal, y como resultado de dicha estad¨ªstica, el ¨ªndice espa?ol se situaba en el 2,1%, cuando la media europea marcaba un 2,2%. 2009 hab¨ªa sido un buen a?o en esa materia, mejor¨ªa que ya apuntaban otros estudios realizados por consultoras privadas, algunas de las cuales se?alaban dr¨¢sticas ca¨ªdas en las cifras de absentismo. En un informe de la consultora Randstad, de diciembre de 2009, se conclu¨ªa que el "absentismo no justificado" se hab¨ªa reducido hasta en un 90% en un a?o. Portavoces de los sindicatos CC OO y UGT confirman esta tendencia a la baja aunque con otras cifras y otros indicadores. En la mayor¨ªa de los estudios se atribuye a "causas motivacionales" la explicaci¨®n de dicho descenso, un eufemismo que oculta la verdadera raz¨®n del cambio: el miedo a perder el trabajo.
As¨ª que la buena estad¨ªstica tiene efectos perversos: el empleado espa?ol trabaja m¨¢s, pero no necesariamente trabaja mejor. Y ah¨ª entra en acci¨®n, entre otros factores, el presentismo, un t¨¦rmino que empieza a cobrar fuerza, "una amenaza a¨²n m¨¢s peligrosa por su dif¨ªcil detecci¨®n y por la merma de la productividad", advierte Alicia Jim¨¦nez, directora de la consultora Evoluci¨®n 21, quien define este fen¨®meno como el momento a partir del cual "el empleado est¨¢ presente en su puesto de trabajo, pero ausente en sus funciones". Jim¨¦nez describe tres diferentes comportamientos del "presentista": "Uno es alargar la jornada laboral innecesariamente por el mero hecho de aparentar, otro es el que practica aquel trabajador que para ensalzar sus funciones tarda m¨¢s tiempo en resolver los problemas, a?ade un componente de dificultad y esfuerzo que en realidad no existe y, un tercero, es el del empleado que se queja constantemente del volumen de trabajo que tiene cuando, en realidad, su productividad es muy baja". Jim¨¦nez apunta como ant¨ªdotos para detectar el problema, "gestionar la motivaci¨®n de los empleados".
Sin embargo, la motivaci¨®n del trabajador espa?ol no es precisamente buena. Carlos Carpiso, experto de la empresa Randstad, especializada en recursos humanos, se?ala c¨®mo las encuestas de car¨¢cter internacional (el Randstad Work Monitor realizado en 24 pa¨ªses europeos) confirman que el empleado espa?ol no est¨¢ precisamente con la moral alta: "Un 38 % de los espa?oles creen que podr¨ªan perder el empleo en los pr¨®ximos seis meses, cuando la media europea est¨¢ en el 29%, cifra que aumenta hasta el 45,8% en el caso de los menores de 25 a?os". Para rematar el perfil, Francisco Mesonero, director general de la Fundaci¨®n Adecco, tampoco sit¨²a el compromiso del trabajador espa?ol en un lugar muy destacado: "El 80% no est¨¢ comprometido con su empresa".
Mesonero alude a un estudio realizado por la consultora Towers Perrin, encuesta que, efectivamente, concluye que "¨²nicamente un 19% de los empleados en Espa?a dice estar realmente comprometido con su empresa" y "solo un 28% de los encuestados tienen una opini¨®n favorable de la direcci¨®n". En una parte del informe se alcanzan conclusiones dram¨¢ticas: "Hay un gran riesgo de que el 31% de los empleados que se declaran desmotivados pase a integrar la categor¨ªa de desconectados (15%)". La consultora concluye que una compa?¨ªa con un alto porcentaje de empleados motivados aumenta un 19% sus ingresos operativos, mientras dicho par¨¢metro baja un 33% en el caso de empresas con bajo porcentaje.
No acaban en este punto los cambios del trabajador espa?ol: un empleado poco motivado y con miedo a perder el trabajo se est¨¢ convirtiendo tambi¨¦n en una persona poco conflictiva. Expertos de las centrales sindicales reconocen que los ¨ªndices de conflictividad est¨¢n bajando abrumadoramente. "Las quejas que llegan a nuestra asesor¨ªa jur¨ªdica han ca¨ªdo en picado", se?ala Luis Tejedor, de UGT en Arag¨®n, una regi¨®n que ha sufrido en sus carnes la crisis del sector del autom¨®vil. "Yo no dir¨ªa que el trabajador espa?ol se haya vuelto d¨®cil", explica "pero s¨ª que est¨¢ en una situaci¨®n de debilidad y que su ¨²nica preocupaci¨®n actual es mantener a toda costa el puesto de trabajo". Las quejas por reconocimiento de categor¨ªa, por faltas y sanciones, por cambios de horarios "han decrecido enormemente". Pedro Linares, de CC OO, se?ala c¨®mo las negociaciones colectivas est¨¢n atascadas en muchos sectores y se han paralizado los convenios: "Muchos est¨¢n sin vigencia", apunta. Es evidente, tambi¨¦n, que, a pesar del paro y las reestructuraciones, apenas se registran huelgas.
Los sindicatos hablan de un fen¨®meno temporal, que puede conducir a un estallido social cuando el trabajador ahora desmotivado y d¨®cil decida un d¨ªa pasar a la acci¨®n y transforme el miedo en desesperaci¨®n. Las consultoras no llegan a esta conclusi¨®n ("no hablar¨ªa de un trabajador d¨®cil pero s¨ª prudente", se?ala Alicia Jim¨¦nez), pero recomiendan que las empresas trabajen la motivaci¨®n del empleado y prometan est¨ªmulos a la salida de la crisis.
Y esa terapia no parece estar en el horizonte de las empresas. As¨ª que, de momento, no se aprecia la luz que anuncia el final del t¨²nel: alrededor del trabajador espa?ol solo hay miedo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.