"Nos menospreciaron y lo pagaron"
El 16 de julio de 1982, la selecci¨®n espa?ola se las promet¨ªa muy felices. Mestalla era una caldera. El rival, Honduras, se estrenaba en la Copa del Mundo... La ¨²nica duda que inquietaba al equipo de Jos¨¦ Emilio Santamar¨ªa era el racimo de goles que caer¨ªan en su cuenta. "Y resulta que empatamos a uno, mejor dicho, nos empataron, y fuimos uno de los equipos que mejor f¨²tbol demostr¨® pese a no pasar de la primera fase", relata a sus 56 a?os Julio C¨¦sar Arzu, el portero del equipo centroamericano aquella noche.
Pregunta. ?Qu¨¦ se siente al ser uno de los art¨ªfices de uno de los mayores fiascos de Espa?a?
Respuesta. Hombre, eso fue incre¨ªble. Yo era tan incr¨¦dulo que despu¨¦s del partido todav¨ªa no me lo cre¨ªa. Pensaba que era un sue?o. Despert¨¦ con la gente canoniz¨¢ndonos. Ah¨ª me di cuenta de que hab¨ªamos hecho algo grande. Espa?a nos menospreci¨® y lo pag¨®. Nadie esperaba aquel empate, por m¨¢s que se recurra al dicho de que las sorpresas existen. ?Y as¨ª sucedi¨®! A los siete minutos, Pecho de ?guila Zelaya hizo una pared con Norales; una pared rara, pues este ya estaba cay¨¦ndose, y Zelaya, tras ponerle la mano en el pecho a Camacho, que sali¨® disparado, se la toc¨® a un lado a Arconada.
P. Y desat¨® un apocalipsis.
R. Gordillo nos ve¨ªa pasar y dec¨ªa que no pod¨ªa seguirnos, que estaba agarrotado; a Camacho le fallaban las fuerzas... Les afect¨® la expectaci¨®n sobredimensionada y la psic¨®sis por la seguridad, el temor a un acto terrorista. Un par de a?os antes hab¨ªan secuestrado a Quini. Percib¨ªas una gran presi¨®n ambiental.
P. Encima, a usted no hab¨ªa quien le marcara un gol.
R. S¨ª, parec¨ªa imposible. Estaba inspirado. Qui¨¦n me lo iba a decir de chico... Honradamente, un hermano m¨ªo me mand¨® a la porter¨ªa porque no jugaba bien en otras posiciones. Y me qued¨¦. Ten¨ªamos un excelente conjunto y nos conoc¨ªamos de sobra: la mayor¨ªa jugaba en Honduras: en el Real Espa?a, el Motagua... La excepci¨®n era Gilberto Yearwood, centrocampista del Valladolid. Para hacer equipo realizamos varias giras, incluyendo Espa?a dos veces. Modestia aparte, costaba que nos ganaran.
P. Tanto que llegaron con ventaja al descanso.
R. Gracias a Jos¨¦ de la Paz Uccles, que era un entrenador excelente. No s¨¦ c¨®mo hac¨ªa para conseguir los v¨ªdeos de cada uno de los equipos a los que nos ¨ªbamos a enfrentar. Los estudiaba tanto, los desglosaba tanto, que nos facilitaba la labor: Satr¨²stegui, L¨®pez Ufarte, Juanito, que en paz descanse... Nos detallaba qu¨¦ pod¨ªan hacer y por d¨®nde lo pod¨ªan hacer. Por eso le llam¨¢bamos El Peque?o Napole¨®n. No descuidaba nada. ?Si para complementar nuestro aporte energ¨¦tico nos daba miel de abeja y dulces!
P. Pues en la segunda parte les agobiaron. Terminaron con el agua al cuello.
R. Todo iba bien hasta que Villegas derrib¨® a Saura dentro del ¨¢rea. L¨®pez Ufarte ejecut¨® el penalti y empat¨® en el minuto 65. Lo lanz¨® a mi lado izquierdo y logr¨¦ tocarla, pero a m¨¢s no llegu¨¦. A partir de ese momento, Espa?a se nos vino encima. Normal, ?no? Sab¨ªamos que era lo que iba a suceder. Estaba en su casa y ten¨ªa que vencer. Sin embargo, pas¨® a la historia como el peor anfitri¨®n de un Mundial. El mister resumi¨® muy gr¨¢ficamente el encuentro: "El ogro espa?ol no se pudo comer al patito feo".
P. Tras el Mundial, fich¨® por el Racing.
R. Los hondure?os nos pusimos de moda: Figueroa se fue al Murcia; Pecho de ?guila, al Deportivo; Madariaga, al Tenerife... No nos vino mal el Mundial. Le sacamos provecho. Fue una experiencia buena. Me gust¨® mucho. Todav¨ªa tengo comunicaci¨®n con el otro portero del equipo, Pedro Alba. Pero creo que no tuve la fortuna de mi lado. No me contrat¨® un club mejor... Pero soy feliz. No hay d¨ªa que pase que no recuerde la que liamos a Espa?a en Valencia. Y qu¨¦ decir de los espa?oles... No fueron vengativos. La gente de Zaragoza llor¨® al igual que nosotros cuando Yugoslavia nos elimin¨® con un penalti que no lo era casi en el descuento. Ese d¨ªa, La Romareda era hondure?a.
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