El clan de los Palacios
Honduras es la ¨²nica selecci¨®n en la historia mundialista con tres hermanos
Era de noche en Birmingham cuando le llamaron de La Ceiba para decirle que hab¨ªan encontrado el cad¨¢ver de su hermano Edwin. Prepar¨® las maletas y, de madrugada, se fue a la casa de Steve Bruce, el m¨¢nager del club. All¨ª esper¨® a que alumbrara el alba. Esper¨® durante horas a que su mentor en Inglaterra se levantara de la cama y entonces llam¨® al timbre. Bruce no olvidar¨¢ la imagen del chico cuando abri¨® la puerta. "Mi hermano ha muerto", le dijo; "me voy a Honduras".
Edwin era el menor del clan de los cinco hermanos Palacios. Milton es el mayor, Jerry el segundo, Wilson el tercero y Johnny el cuarto. Todos ellos se criaron bajo la mirada rigurosa de un padre que fue futbolista y que no dud¨® en usar el cintur¨®n para castigar las peque?as faltas, los hurtos, las picard¨ªas. Crecieron en un r¨¦gimen marcial, en la barriada de Las Mercedes, a las afueras de La Ceiba, y todos se hicieron futbolistas. Todos militaron en las filas del Club Deportivo Las Mercedes y todos, a excepci¨®n de Edwin, alcanzaron la selecci¨®n. De los cuatro supervivientes, Milton es el ¨²nico que no estar¨¢ en disposici¨®n de enfrentarse a Espa?a esta noche en Ellis Park. El caso de los Palacios es ¨²nico. Nunca antes tres hermanos acudieron a jugar un Mundial.
Wenger fue el primer entrenador europeo que se fij¨® en Wilson, la estrella
Cuando lleg¨® a Sud¨¢frica, lo primero que hizo Wilson, de 25 a?os, fue evocar al muerto: "Yo juego al f¨²tbol para Edwin, que me est¨¢ viendo en el cielo". En 2008 estuvo a punto de dejar el f¨²tbol. No pod¨ªa soportar el dolor de la p¨¦rdida de su hermano, secuestrado y asesinado por un pandillero celoso del chaval que cortejaba a su novia. Durante dos a?os, Edwin permaneci¨® desaparecido. Cuando el hermano mayor, Milton, el patriarca de la familia, pag¨® el rescate de 150.000 d¨®lares, ya era demasiado tarde. Encontraron sus restos en un lugar inh¨®spito de la sierra de Omoa.
Ars¨¨ne Wenger fue el primer entrenador europeo que se fij¨® en Wilson. Le tuvo a prueba en el Arsenal unas semanas, en 2007, y no le convenci¨® su inmadurez. Wenger sugiri¨® a Bruce, su amigo, que le probara en un club de menor nivel, como el Birmingham. Wilson jug¨® all¨ª cedido y, tras la muerte de su hermano, fich¨® por el Wigan y luego por el Tottenham. Superado el trauma, se ha convertido en un futbolista importante en el equipo londinense. Su despliegue f¨ªsico, su generosidad y su disciplina para cumplir los cometidos m¨¢s sacrificados le han situado entre los jugadores que sostienen al Tottenham y a la selecci¨®n de Honduras.
"Wilson Palacios ha tenido un excelente recorrido en las Islas", dijo ayer Vicente del Bosque. "El propio Alex Ferguson ha estado tentado de llev¨¢rsele al Manchester. Es un pilar de Honduras. Su tarea es aguantar en el medio campo, dar solidez al equipo. Contra Chile hizo un muy buen partido", a?adi¨® Del Bosque.
Siguiendo la tradici¨®n hondure?a de asignar un sobrenombre a cada futbolista, el apodo de Wilson es Bob Esponja. Se lo pusieron los hijos de un compa?ero cuando jugaba en el Olimpia de Tegucigalpa porque advirtieron que ten¨ªa los dientes separados, como el personaje de los dibujos animados infantiles. Ahora Bob Esponja pasa los d¨ªas en compa?¨ªa de su hermano menor, Johnny, que tiene 23 a?os y juega de central en el Olimpia. Desde hace una semana se les ha unido Jerry, que lleg¨® al hotel de Johanesburgo de manera inesperada.
La lesi¨®n de Julio C¨¦sar de Le¨®n, el jugador con m¨¢s talento de Honduras, forz¨® al seleccionador, Reinaldo Rueda, a llamar a Jerry. El delantero, de 28 a?os, fue m¨¢ximo goleador de la Liga hondure?a antes de emigrar a China. Lo hizo contra la recomendaci¨®n de Rueda, que le dijo que as¨ª ser¨ªa dif¨ªcil que jugara el Mundial. Firm¨® porque le atrajo el dinero y desde hace unos meses hace goles para el Hangzhou Greentown. Hab¨ªa dado el Mundial por perdido cuando recibi¨® la llamada urgente. "Se lo debo a Dios bendito", dijo cuando aterriz¨® en Sud¨¢frica para concretar una circunstancia in¨¦dita. El clan de los Palacios est¨¢ en el coraz¨®n de Honduras.
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