La influyente nebulosa de Millet

O consegu¨ªa que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, entonces presidente del Gobierno, bendijera el hotel o invitaba a comer a Felip Puig, consejero de Pol¨ªtica Territorial, en el Sal¨®n Llu¨ªs Millet, en el Palau de la M¨²sica, para lograr la recalificaci¨®n de unos terrenos en L'Ametlla. La comisi¨®n de investigaci¨®n del Palau de la M¨²sica evidenci¨® el ascendiente de Millet y su tupida red de contactos. El arquitecto Carles D¨ªaz, del despacho de ?scar Tusquets, retrat¨® al saqueador como un hombre que confund¨ªa lo p¨²blico y lo privado, el Palau, el Orfe¨® y la fundaci¨®n. "Si no lograba lo que quer¨ªa, lo tomaba como una ofensa personal".

D¨ªaz explic¨® que el hotel era una vieja idea (de la d¨¦cada de 1980) de Pasqual Maragall para lograr que el Palau no quedara oculto por el entramado de calles estrechas. Millet removi¨® cielo y tierra para lograr que en el caso del hotel se aplicara el mismo criterio que en los erigidos durante los Juegos Ol¨ªmpicos, que se catalogaron como equipamientos. De ah¨ª que se reuniera con Puig por si era posible -lo dudaba- ese cambio urban¨ªstico. "Yo casi era un notario", record¨® tras mencionar la comida en el Sal¨®n Llu¨ªs Millet y otra con Aznar en 2002 para que apoyara el hotel. Eso s¨ª: todos los pol¨ªticos con los que habl¨® respaldaron el complejo.

La comisi¨®n constat¨® de nuevo lo que era un secreto a voces: que hubo dejaci¨®n institucional en todo lo que envolvi¨® al Palau. La ex s¨ªndica de cuentas Montserrat de Veh¨ª emiti¨® un informe en 2000, debatido en 2003, que alertaba de que el Consorcio del Palau hab¨ªa delegado el control ejecutivo en la figura de Millet. Ning¨²n partido entonces puso reparos. Daniel Pi, diputado de Iniciativa, habl¨® del "aura" que rodeaba a Millet y quiz¨¢ ten¨ªa raz¨®n. "Yo, cuando estaba en Cultura, en 1984, ya vi bastantes cosas que no me gustaban (...) en temas de personal", dijo De Veh¨ª, sin negar que no hubiera trasladado esa impresi¨®n a los Gobiernos de Pujol. Muchas teclas fallaron: Pi constat¨® que unos 200 expedientes de la Sindicatura no se enviaron entonces al Tribunal de Cuentas. Fue por falta de traductor.

Albert Rivera, de Ciutadans, defini¨® el papel de Millet as¨ª: era una suerte de tres en uno porque controlaba la fundaci¨®n, el Orfe¨® y el Palau. Y logr¨® algo dif¨ªcilmente explicable: que el hotelero Manuel Valderrama, promotor de Olivia Hoteles, empezara a pagar las obras de la Salle antes de la modificaci¨®n del Plan General Metropolitano. "Ese fue mi error", reconoci¨® el empresario, que dijo sentirse "enga?ado" en un proyecto que le hab¨ªa ilusionado. Valderrama debi¨® de sacar los colores a m¨¢s de uno. Ram¨®n Garc¨ªa Bragado, edil de Urbanismo, asegur¨® la semana pasada que supo que Olivia Hotels era due?a de las fincas por una informaci¨®n publicada en 2009 por este diario, y eso que pagaban el IBI. Su relato es demoledor: "El 13 de diciembre de 2007, fui presentado a una sesi¨®n del patronato de la fundaci¨®n como nuevo patrono y due?o de las tres fincas para hacer el hotel. Me hac¨ªa ilusi¨®n ser patrono porque me llamo Valderrama, ya me entienden. Hab¨ªa 60 o 70 personas. Yo no conoc¨ªa a nadie. Supongo que estaban los patronos. Las administraciones est¨¢n representadas por los patronos, ?no?".

El caso de la presunta financiaci¨®n irregular de Converg¨¨ncia por medio de Ferrovial a trav¨¦s del Palau qued¨® eclipsado. En los ¨²ltimos a?os la constructora ha donado al Palau 11 millones. Juan Elizaga, de Ferrovial, neg¨® desv¨ªos hacia CDC, aunque dijo que no pod¨ªa controlar qu¨¦ hac¨ªa el Palau con el dinero, salvo los 300.000 euros anuales que se asignan para un concierto con c¨®ctel incluido. Pi subray¨® la coincidencia entre los ingresos de Ferrovial y las salidas de dinero hacia la Trias Fargas por 270.000 euros entre 2005 y 2008. Jordi Turull, de CiU, contraatac¨® con los 170.000 euros que la Fundaci¨®n Rafael Campalans, vinculada al PSC, recibi¨® de Caixa Catalunya entre 2006 y 2008.