Una ¨®pera inagotable

La universalidad de una ¨®pera como Carmen no admite fronteras. Se adapta como un guante a una lectura camer¨ªstica como la de Peter Brook en un escenario de arena; encaja en versiones corrosivas como la de Gustavo Tambascio o permite planteamientos espaciales espectaculares con reivindicaci¨®n taurina incluida. No es en efecto una ¨®pera pol¨ªticamente correcta, ni falta que hace. El director esc¨¦nico Carlos Saura opta por un acercamiento estilizado que no funciona en el primer acto por una obsesi¨®n en limitar el espacio acumulando innecesarios paneles, divaga en el segundo con una especie de tablao futurista a la japonesa, logra un tercer acto ¨ªntimo e intenso con una eficaz iluminaci¨®n y consigue un cuarto acto espl¨¦ndido en todas sus facetas, conjugando la belleza teatral con un sentido del movimiento esmerado y una inspiraci¨®n pl¨¢stica en funci¨®n de la fatalidad de la tragedia.

La Orquesta de la Comunidad Valenciana marca las diferencias en el Palau de les Arts con unas prestaciones que ni de lejos alcanzan las orquestas del Liceo o el Real. Zubin Mehta es un director fogoso, comunicativo, extrovertido y voluntarioso en Carmen, que a fuerza de entrega y generosa desmesura consigue una versi¨®n tan brillante como superficial. La sombra de Maazel pas¨® por la sala, con sus versiones seguramente m¨¢s irregulares, pero tambi¨¦n con m¨¢s toques de genialidad.

El reparto estaba encabezado por una de las cantantes del momento: Elina Garanca. No defraud¨®. Su Carmen es poderosa, segura, desenvuelta, sensual. Pesa en cualquier caso en la mezzosoprano su sensacional proyecci¨®n belcantista, con lo que la gitana se queda estil¨ªsticamente a punto de un hervor. De Marcelo ?lvarez su esperada "aria de la flor" pas¨® sin pena ni gloria. Despu¨¦s se vino arriba y acab¨® la funci¨®n con problemas aunque con correcci¨®n. Estupenda la Micaela de Marina Rebeka, una cantante que va a m¨¢s en cada actuaci¨®n. Estupendo como siempre el Coro de la Generalitat.