Al fin una estrategia
El Gobierno convalida su reforma laboral ante una oposici¨®n que debe ahora mostrar sus cartas
El Gobierno ha logrado convalidar el decreto de reforma del mercado laboral aprobado en Consejo de Ministros la pasada semana gracias a la abstenci¨®n del PP y de los nacionalistas. El resultado de la votaci¨®n es reflejo de que los principales grupos parlamentarios han tomado conciencia de que la situaci¨®n econ¨®mica espa?ola no es solo un asunto interno. Ni el Gobierno pod¨ªa persistir en una gesti¨®n de la crisis como la que desarroll¨® hasta el brusco viraje adoptado por Rodr¨ªguez Zapatero, ni la oposici¨®n seguir pensando que sus tomas de posici¨®n eran indiferentes a efectos internacionales.
Con la reforma del mercado laboral, que se suma al recorte del gasto p¨²blico y a las iniciativas para sanear el sistema financiero -en particular las cajas de ahorros-, el Gobierno ha dibujado finalmente una estrategia para hacer frente a la crisis y no un conjunto heterog¨¦neo de medidas con fines de imagen y propagand¨ªsticos. Se trataba de un requisito imprescindible para detener el deterioro de la confianza internacional que Espa?a ha padecido de manera dram¨¢tica durante las ¨²ltimas semanas, y que era m¨¢s el resultado de la falta de decisi¨®n del Gobierno para emprender reformas, y de la ausencia de alternativas por parte de la oposici¨®n, que de las cifras objetivas.
Con una estrategia econ¨®mica en marcha, el Partido Popular no puede seguir ocultando sus posiciones tras el rechazo sistem¨¢tico de las iniciativas del Gobierno. No solo para acreditarse como eventual recambio electoral, sino tambi¨¦n para prestar su imprescindible contribuci¨®n a la gesti¨®n de la crisis, est¨¢ obligado a pronunciarse sobre esos tres asuntos puestos sobre la mesa: gasto p¨²blico, sistema financiero, mercado laboral. Especialmente sobre este ¨²ltimo, puesto que el Gobierno ha accedido (o se ha visto forzado) a tramitarlo como proyecto de ley y a sumar en el procedimiento las enmiendas no asumidas en el decreto aprobado ayer.
Que el Gobierno haya superado la prueba que representaba la convalidaci¨®n del decreto no quiere decir que haya gestionado de manera adecuada la reforma laboral. Si era consciente de que el Congreso tendr¨ªa que volver sobre las medidas aprobadas ayer, lo l¨®gico hubiera sido concentrarse en los puntos esenciales e indiscutibles de la reforma. En lugar de ello, el Gobierno ha presentado un texto prolijo, y, por tanto, m¨¢s vulnerable a las vicisitudes del tr¨¢mite parlamentario, que seguramente retrasar¨¢ las decisiones de los agentes econ¨®micos hasta disponer de la redacci¨®n definitiva de la ley.
La reforma del mercado laboral era parte de las medidas exigidas para recuperar credibilidad internacional ante los pr¨®ximos vencimientos de la deuda espa?ola. Pero tambi¨¦n para crear condiciones en las que contratar resulte menos comprometido para los empresarios cuando comience la reactivaci¨®n; es decir para acortar el desfase entre crecimiento econ¨®mico y disminuci¨®n del paro, una tara de nuestro sistema econ¨®mico.
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