El PSOE convalida en solitario una reforma laboral provisional

Ni una frase de apoyo y ni un voto que sumar a los del PSOE para que el Congreso convalidara ayer el decreto de reforma laboral. Los 168 diputados socialistas presentes, con la ¨²nica abstenci¨®n cr¨ªtica del ex secretario general de CC OO y parlamentario por Madrid, Antonio Guti¨¦rrez, sacaron adelante el segundo decreto de recorte de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero -tras el de los ajustes sociales -, en el que se cambian las condiciones para contratar y despedir tras terminar en fracaso los dos a?os de negociaci¨®n entre la patronal y los sindicatos.

M¨¢s abstenciones que votos a favor (168 s¨ªes, 173 abstenciones y 8 noes) y una catarata de cr¨ªticas desde todos los grupos al decreto, que ya est¨¢ en vigor desde la pasada semana, pero que ahora inicia una tramitaci¨®n parlamentaria tan dif¨ªcil como r¨¢pida. Y de nuevo hubo ayer gestos de gravedad en las filas del Gobierno y en la bancada socialista, obligados por las circunstancias, la falta de acuerdo entre los agentes sociales, los mercados y los socios en el exterior a afrontar el mal trago de emprender una reforma por decreto, no prevista por el PSOE en el inicio de la legislatura.

La reforma sali¨® adelante gracias a la abstenci¨®n cr¨ªtica del PP, CiU, PNV y Coalici¨®n Canaria y con los votos en contra de la izquierda minoritaria: IU, ICV, BNG y NaBai. Para estos ¨²ltimos, supone un recorte hist¨®rico de derechos sociales. Para los que se abstuvieron, es insuficiente y una oportunidad perdida.

Queda para julio o agosto una nueva votaci¨®n en la que Zapatero, en el alambre, se jugar¨¢ otra vez la legislatura. Se votar¨¢ entonces la reforma laboral definitiva, con las enmiendas que el PSOE se vea obligado a aceptar en la negociaci¨®n con los grupos. Solo la posibilidad de introducir cambios en la tramitaci¨®n parlamentaria que ahora se inicia permiti¨® esas abstenciones cr¨ªticas que a¨²n mantienen con vida al Gobierno. Especialmente la de CiU, que se perfila por descarte como el costalero ¨²nico del texto que salga durante el verano de las Cortes para su entrada en vigor. Con la izquierda es imposible el acuerdo, el PP ha dado muestras sobradas de padecer alergia aguda al pacto en esta legislatura y el PNV tiene discrepancias de fondo que parecen insalvables. As¨ª que son los nacionalistas catalanes los que parten con una posici¨®n de fuerza para negociar e introducir cambios durante el tr¨¢mite, cobrando un alto precio al Gobierno. Y todas sus exigencias endurecer¨¢n la reforma y la alejar¨¢n de la posici¨®n sindical, seg¨²n las l¨ªneas maestras que defini¨® ayer su portavoz, Josep Antoni Duran i Lleida: mayor concreci¨®n para que las empresas puedan descolgarse de los convenios colectivos, medidas sobre absentismo laboral, impulso a la contrataci¨®n a tiempo parcial, que el subsidio por desempleo est¨¦ ligado a pol¨ªticas activas de formaci¨®n, regulaci¨®n del teletrabajo... Es el precio de su voto.

Y esta vez el PP no cay¨® en la tentaci¨®n del no, en la que est¨¢ encasillado desde hace tiempo . Se qued¨® en la abstenci¨®n. "Hace falta una reforma laboral, pero no esta que es un fracaso anunciado y anticipado", dijo Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa desde la tribuna, entre protestas de los diputados socialistas. Los populares, pese a ser partidarios siempre de la reforma laboral, nunca han hecho expl¨ªcita su propuesta, en la estrategia de presentarse ahora como abanderados de los trabajadores. Tampoco lo hicieron ayer, pero ahora est¨¢n obligados a concretarlas en enmiendas y a explicar si, por ejemplo, son partidarios de abaratar el despido o de limitar la negociaci¨®n colectiva.

"Estamos esperando una sola de sus propuestas. Si tanto urg¨ªa ?por qu¨¦ no han tenido el valor pol¨ªtico de proponer nada?", le dijo ayer mismo Zapatero en el Senado al PP, informa Pablo X. de Sandoval. Esa es la estrategia de los socialistas, en aplicaci¨®n del principio de que un buen ataque es la mejor de las defensas. As¨ª pasan sus diputados el dif¨ªcil trago.

Interpretaron este papel el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, y el portavoz socialista, Jos¨¦ Antonio Alonso, con el doble argumento de asumir la responsabilidad de la reforma y, al tiempo, negar que se abarate el despido y se recorten derechos. Y desde la izquierda, Joan Ridao (ERC), Joan Herrera (ICV) y Olaia Fern¨¢ndez D¨¢vila (BNG) hablaron de "ajuste de caballo" y de hacer "el trabajo sucio a la derecha". Todos coincidieron en recordar la cantidad de veces que Zapatero abjur¨® en el pasado de hacer una reforma como esta.