El ¨¦xito y el fracaso
Dicen que dice Bielsa que ¨¦l, el seleccionador chileno, es un especialista en fracasos y, lo que es mejor (y le acerca a mi grupo de respetuosos observadores del fracaso), dice que ese es el estado natural de las cosas, ya que la excepci¨®n es el ¨¦xito. Y con esas palabras me he acercado a esta final que han jugado Espa?a y Chile en el c¨¦sped de Pretoria. Me he acercado a mi televisor con la prevenci¨®n de quien ya se qued¨® en esta valla intermedia sin poder acceder al sprint lanzado que es la fase de eliminatorias y, tambi¨¦n, con la experiencia de quien hab¨ªa logrado dar ese paso, que en aquel momento, nadie determin¨® como decisivo.
No conozco a Bielsa y mis amigos que le son cercanos me hablan de todas esas cosas que ya todos conocemos y de las que yo me quedo con la obsesi¨®n por el f¨²tbol, en todas sus modalidades (de obsesi¨®n y de f¨²tbol), en todos sus formatos. Tal vez, me gustar¨ªa debatir con ¨¦l a qu¨¦ llamamos exactamente el ¨¦xito, ya que este suele tener tantas caras y tantos formatos. Si hace unos d¨ªas nos hubieran dicho que pasar esta fase de grupos iba a ser una parte del ¨¦xito de Espa?a, dir¨ªamos que esta parte entra en lo obligatorio, en lo cotidiano y, sin embargo, se dir¨ªa que tras ver el primer cuarto de hora del partido entre espa?oles y chilenos, la clasificaci¨®n para octavos era un gran logro.
Dicen tambi¨¦n que dice Bielsa que las adhesiones se acaban cuando se acaba el ¨¦xito. Tal vez se le olvide a Bielsa (dudo que se olvide, dudo que no lo tenga reflexionado) que hasta en el ¨¦xito hay deserciones. F¨ªjese esta fase previa de Espa?a en la que ya ha habido quienes se han colocado discretamente de costado para evitar que la tragedia les afectase demasiado. No olvida el seleccionador chileno aquellas palabras que pronunciaba Aim¨¦ Jacquet, seleccionador como ¨¦l, a los escasos segundos de proclamarse campe¨®n del mundo con Francia y como contestaci¨®n a la pregunta de si el ¨¦xito le hac¨ªa olvidar todo lo malo vivido en los dos a?os de preparaci¨®n para ese Mundial. Dec¨ªa Jacquet (y me lo confirmaba cinco a?os m¨¢s tarde): "Nunca, no lo olvidar¨¦ nunca".
Y sabiendo que tan estrecha es la l¨ªnea que separa a esas dos caras de la moneda deportiva, tal y como escrib¨ªa Kipling, recuerdan: "Si alcanzas el triunfo despu¨¦s de la derrota y acoges con igual calma esas dos mentiras" hoy nos toca decidir si nos mostramos extremadamente alegres por el logro conseguido, primeros de grupo y evitamos a Brasil en el cruce de cuartos (y ya de paso ya no les veremos hasta la final... si llegan ellos) o si, por el contrario, mantenemos ese escepticismo tan nuestro para analizar con detenimiento el partido y sentir que en muchos momentos estuvimos a merced de los chilenos.
Aunque saben qu¨¦ les digo, que me quedo con las dos opciones, la primera, la optimista, la sustento en que esta energ¨ªa va a liberar el talento de nuestros jugadores, que este trago que han pasado les va a hacer m¨¢s fuertes y que este grupo ha sabido superar esta prueba de nervios y ya est¨¢ preparado para grandes cosas. Para la otra, me acojo a la sabidur¨ªa futbol¨ªstica de Bielsa y proclamo que como cuando vienes del fracaso, est¨¢s preparado para preparar nuevas f¨®rmulas ganadoras, no te est¨¢ permitido adocenarte y has de mantener una tensi¨®n elevada, alta, plena.
Por tanto, hoy, y sin que sirva de precedente, perm¨ªtanme darles la enhorabuena a todos, a los optimistas y a los pesimistas, ya ven que todo parece indicar que este va a ser nuestro Mundial.
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