Suiza se elimina a s¨ª misma
El equipo de Hitzfeld fue incapaz de anotar un gol a una valiente pero ingenua Honduras
V¨ªctima de su plomiza manera de entender la vida, la ultradefensiva Suiza se elimin¨® a s¨ª misma incapaz de anotarle un gol a Honduras, m¨¢s liviana pero mucho m¨¢s valiente y divertida. Exigida por primera vez a llevar la iniciativa en la Copa del Mundo, la escuadra de Ottmar Hitzfeld pag¨® sus desvelos por destruir antes que crear, sin entender que los grandes equipos no se olvidan de su porter¨ªa ni de la otra. Suiza se qued¨® a medias, sin regalar nada a nadie, uno de los mandamientos fundamentales de los Mundiales, y sin morder a Valladares. En ning¨²n momento el conjunto helv¨¦tico fue capaz de meter en vereda al grupo centroamericano, ni siquiera cuando los goles de Espa?a le obligaban a hacer lo mismo.
Frei, peleado con el mundo entero, tampoco resolvi¨® el jerogl¨ªfico
La porter¨ªa latina se antoj¨® un nudo gordiano para el ret¨¦n de delanteros helv¨¦ticos, un Eldorado inalcanzable para Derdiyok y Nkufo, que se tomaron la jornada libre. El capit¨¢n hondure?o se fue al descanso como lleg¨®, sin realizar una sola parada, inquieto ¨²nicamente por alg¨²n remate lejano de Inler. La selecci¨®n europea jugaba sin descomponerse, con el freno de mano echado, aut¨®mata como un reloj de cuco. El m¨¢s animoso era Fernandes, el verdugo de Espa?a, que reclamaba sin ¨¦xito a Ziegler, el lateral de su banda, que le doblara. En contra de lo esperado, Hitzfeld movi¨® ficha sacando del tapete al interior por Hakan Yakin, un fantasista al que reserva para las segundas partes. La tarjeta de presentaci¨®n del futbolista de genes otomanos fue un remate desviado que despert¨® a sus compa?eros.
Las prisas de Suiza convirtieron el campo en una pradera para los hondure?os, que perdonaron varios contragolpes de ¨®rdago. Benaglio acentu¨® su leyenda de buen arquero despejando a c¨®rner una ocasi¨®n de ?lvarez que naci¨® en un saque de esquina de los helv¨¦ticos. La respuesta de Lichsteiner fue un trallazo muy por encima del larguero. La entrada de Frei, que mand¨® a galeras a Nkufo, tampoco resolvi¨® el jerogl¨ªfico. Peleado con el mundo entero, el presunto l¨ªder espiritual mand¨® a las nubes las asistencias que le llegaron, tan poco resolutivo que los atacantes hondure?os. Aunque mezclaron bien con el centro del campo y fabricaron un carrusel de ocasiones, al equipo, por m¨¢s que termin¨® como un pelot¨®n de fusilamiento, le falt¨® la guinda del gol. En la primera parte Suazo se estrell¨® con los zagueros sin remedio, impermeables Von Bergen y Grichting, un front¨®n imposible de traspasar, y en el segundo tiempo, con el encuentro ya roto, tampoco adivin¨® los tres palos. Lo mismo le ocurri¨® a Mart¨ªnez. Con menos tradici¨®n en el torneo, a Honduras no la ayud¨® la falta de vista del ¨¢rbitro, que anul¨® a ?lvarez un gol legal por fuera de juego.
La vista gorda del colegiado no sirvi¨® de nada a Suiza, que se despidi¨® sin pena ni gloria. La precursora del catenaccio desperdici¨® una oportunidad id¨®nea y se larg¨® del Mundial m¨¢s mecanizado que se recuerda con un gol de churro en 270 minutos. El gol a Casillas, que lleg¨® como solo pod¨ªa llegar, despu¨¦s de una carambola mal resuelta por la defensa espa?ola, bien merece un hueco en las hemerotecas. Pese a seguir sin conocer el sabor de la victoria en la Copa del Mundo, Honduras acompa?¨® a Suiza con un mejor sabor de boca.
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