En el acogedor oto?o island¨¦s de Ol?f Arnalds
La cantautora n¨®rdica se al¨ªa con la guitarra para su segundo disco
Ol?f Arnalds no duda cuando se le pregunta cu¨¢l es su instrumento favorito: "Mi voz". Lo dice se?al¨¢ndose la garganta, con una breve sonrisa. No le faltan razones para estar orgullosa. Mojo o The New York Times le dedican piropos como "impresionante" y su nuevo ¨¢lbum, Innnundir Skinni, ha tenido muy buena acogida en su pa¨ªs, Islandia. Su compatriota Bj?rk, la fich¨® para el sello One Little Indian, adem¨¢s de colaborar en el tema Surrender, y Kjartan Sveinsson (teclista de Sigur R¨®s), ha producido su debut y este segundo disco. Habr¨¢ que esperar hasta septiembre para que llegue a las tiendas espa?olas el trabajo de Arnald, que sonar¨¢ a muchos por haber acompa?ado en sus directos a M¨´m.
Las melod¨ªas que canta esta joven de 30 a?os, inconfundiblemente n¨®rdica -rubia, ojos claros, ingl¨¦s m¨¢s que aceptable- se apoyan en crepitantes arpegios de guitarra, que acompa?an a unas canciones honestas y sin artificios. En este nuevo disco juega con distintas atm¨®sferas. De "celebraci¨®n", como en el primer tema, o de "lamento", en el caso de Madrid, seg¨²n explica ella misma. "Esa canci¨®n trata de una vez que estuve aqu¨ª. Tuve que aclarar qu¨¦ iba a pasar con mi relaci¨®n con alguien especial... Decidimos no seguir. Por eso tiene ese aire triste, de oto?o", comenta, poco antes de ofrecer un concierto que se emiti¨® en streaming desde la sede de EL PA?S en el D¨ªa de la M¨²sica.
?Es Arnalds la en¨¦sima cantautora indie folk? Ella asegura que no tiene p¨®steres de Bob Dylan en su cuarto. Tampoco es una devoradora de revistas de tendencias. "Ahora soy m¨¢s abierta. Mi hermana peque?a me llena el iPhone de grupos nuevos", dice. "Puede que ahora haya un revival de lo folk. La tecnolog¨ªa permite ya hacer cualquier cosa y necesitamos volver a la m¨²sica en carne viva". Su nuevo trabajo incluye arreglos m¨¢s elaborados, pero eso no traiciona esa predilecci¨®n por la canci¨®n sin artificios. "Se trata de subir al escenario y que todo funcione si toco sola. Para m¨ª, significa libertad", se?ala, abriendo los brazos. Hay cierta influencia estadounidense, como ella misma reconoce, pero la m¨²sica de su tierra vive en melod¨ªas que sorprenden al oyente saturado por lo anglosaj¨®n y suced¨¢neos.
"Soy mitad autodidacta. De los ocho a los 16 a?os toqu¨¦ el viol¨ªn en el conservatorio. Luego, me form¨¦ como cantante". Tambi¨¦n toca la viola, la charanga o el koto japon¨¦s, pero la guitarra es su principal aliada. "Es algo especial porque aprend¨ª por m¨ª misma. Gracias a ella me atrevo a actuar. Hasta hace muy poco, no me planteaba salir solo a cantar. Siempre que grabo, lo hago cantando y tocando a la vez".
Esa complicidad se deja ver en este ¨¢lbum, en el que se escucha hasta alg¨²n chasquido involuntario cuando desliza su mano por la guitarra. En island¨¦s y en ingl¨¦s, Arnalds entrega nueve canciones en las que se la puede imaginar en su escenario ideal: "Cualquier sitio en el que la gente est¨¦ sentada, tomando algo. En el estudio tambi¨¦n me gusta que haya alguien escuchando".
Tal vez no sea una persona tan introvertida como aparenta. "Quiz¨¢ yo sea de ese tipo de personas que combaten la timidez a base de hablar mucho", explica. Dentro de ese mundo interior ya est¨¢ empezando a cuajar el pr¨®ximo disco. "Compongo cuando estoy en la calle o haciendo algo. Tengo varias cosas en la cabeza que voy probando. Por supuesto, olvido muchas de ellas; lo que queda es lo bueno".
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