"Espa?a no ve que China ya no es la tienda 'todo a 100"

Impagable la cara de pasmo de los cuatro chinos que acaban de sentarse en la mesa vecina al o¨ªr con qu¨¦ soltura habla Taciana Fisac ?en chino! con el camarero. At¨®nitos, cuchichean entre s¨ª. Hac¨ªa tiempo que la primera catedr¨¢tica de Espa?a en Lengua y Literatura china no ven¨ªa por el restaurante, de los m¨¢s genuinos. "?Cerveza china?", sugiere Taciana Fisac de entrada.

Fisac, que cuando pide la comida pronuncia una gama de sonidos tan inmensa como inimitable, desbarata algunos t¨®picos: "Espa?a no se da cuenta de que China ya no es la tienda todo a 100". Como buena profesora, inmediatamente pone ejemplos: "No es para nada raro que un viceministro chino tenga dos m¨¢steres en Harvard. Una empresa china acaba de comprar Volvo". Y pronostica: "Iremos viendo c¨®mo compran nuestras empresas, establecen multinacionales". Es m¨¢s, a veces est¨¢n ah¨ª aunque no reparamos en ellos: "Cuando Fernando Alonso gan¨® uno de los campeonatos del mundo, llevaba publicidad de Aigo, una empresa china, significa patria". Aunque es la invitada, como es la experta -hace que comer navajas con palillos parezca f¨¢cil- invertimos los papeles. Sirve a la periodista el reques¨®n, la lubina... como all¨ª har¨ªa siempre el anfitri¨®n. Por cierto, el almuerzo incluir¨ªa al menos ocho platos.

La catedr¨¢tica en estudios chinos forma expertos sobre el pa¨ªs, no traductores

Admite que s¨ª, que aprender "chino oficial" (lo de mandar¨ªn no le gusta, remite a la burocracia imperial) requiere gran esfuerzo. Y mucha paciencia. Y memoria visual. Cuenta que, de media, tres veces m¨¢s tiempo que el ingl¨¦s. Ella y su equipo no forman traductores, lo suyo es crear expertos en China, en su econom¨ªa y su pol¨ªtica, obviamente, pero tambi¨¦n en filosof¨ªa, literatura, antropolog¨ªa empresarial... con la lengua como instrumento. Una carrera, Estudios de Asia y ?frica: ¨¢rabe, chino y japon¨¦s (tranquilos, basta elegir una rama), que imparten en la Universidad Aut¨®noma de Madrid. Desliza una queja: "EE UU beca a los mejores chinos, nosotros ponemos pegas". ?C¨®mo? "Tenemos problemas para tramitar estancias largas. No les dan visado por temor a que se queden. ?Ojal¨¢ se quedaran los mejores!".

Algunas curiosidades aprendidas en lo que dura una comida con esta mujer que ha sido investigadora visitante en Oxford, Stanford, etc¨¦tera, y es catedr¨¢tica honoraria de la Universidad de Estudios Extranjeros de Pek¨ªn: la edici¨®n m¨¢s antigua de La historia de los tres reinos, "un libro fundamental para conocer la pol¨ªtica china", est¨¢ en El Escorial; en China, la sopa se toma al final; en un ordenador se escribe m¨¢s r¨¢pido en chino que en espa?ol; "los chinos se fijan en EE UU, es su modelo, prestan poca atenci¨®n a Europa"; es "absolutamente falso" que sean poco expresivos (aunque lo cierto es que el camarero, con cresta y pendientes, nos lo acaba de confirmar).

Fisac, que viaja a menudo all¨ª por trabajo o disfrute, propone un postre "chino, chino, que no hay en otros sitios". Por supuesto. Son unas bolitas de textura gomosa. Deliciosas. "Es un pa¨ªs muy complejo, con cosas buenas y malas, donde las complejidades no se suman, se multiplican". ?Qu¨¦ c¨®mo le dio por el chino? Porque su padre, arquitecto, pens¨® cuando era ni?a que aquel pa¨ªs promet¨ªa.