Napole¨®n no era invencible
Moreno Alonso resume 30 a?os de trabajo en 'El nacimiento de una naci¨®n'
Carlos IV y Fernando VII, dos de los reyes m¨¢s lamentables que ha tenido Espa?a, abdicaron en 1808. Napole¨®n, emperador de los franceses, dio el trono de Espa?a a su hermano Jos¨¦. Sin embargo, ese mismo a?o gran parte del pueblo se levant¨® contra las tropas napole¨®nicas. Muchos espa?oles se lanzaron a combatir a sangre y fuego contra los franceses.
Las victorias llegaron muy pronto. El triunfo en la batalla de Bail¨¦n (Ja¨¦n) y la rendici¨®n de la escuadra francesa en C¨¢diz dieron un prestigio formidable a la Junta Suprema formada en Sevilla. La noticia de la derrota de los franceses corri¨® como la p¨®lvora por Europa. Napole¨®n no era invencible. El resto de pueblos sojuzgados comenz¨® a afilar sus cuchillos para hundirlos en el pecho de los invasores.
"La invasi¨®n de Espa?a es fruto de un error tremendo", dice el historiador
"La naci¨®n espa?ola nace del pueblo entre 1808 y 1810", seg¨²n el libro
El a?o 1808 fue as¨ª decisivo para la historia de Espa?a y del mundo. Y fue tambi¨¦n el a?o del nacimiento de la nueva naci¨®n espa?ola, seg¨²n sostiene Manuel Moreno Alonso, profesor de Historia Contempor¨¢nea en la Universidad de Sevilla. Moreno Alonso acaba de publicar El nacimiento de una naci¨®n en C¨¢tedra. Este grueso volumen de 561 p¨¢ginas es el resultado de 30 a?os de trabajo. "El 90% de mis publicaciones gira en torno a esta ¨¦poca", recalca Moreno Alonso, que es miembro de la International Napoleonic Society.
?Por qu¨¦ muchos espa?oles combatieron de una forma tan feroz a las tropas napole¨®nicas? "Quiz¨¢s por dos razones. En primer lugar, porque no se puede invadir un pa¨ªs as¨ª por las buenas. En segundo lugar, porque la invasi¨®n de Espa?a es fruto de un error tremendo. Napole¨®n subestim¨® lo que era Espa?a y sus instituciones. Napole¨®n cre¨ªa que Espa?a era un pa¨ªs de cobardes. Y se encontr¨® con una sorpresa enorme", explica el historiador. El nuevo rey de Espa?a trat¨® de echar agua al fuego. Pero no tuvo demasiado ¨¦xito. "Jos¨¦ Bonaparte se dio cuenta del error de su hermano e intent¨® imponer la invasi¨®n francesa de otra forma. Con menos ferocidad y atrayendo a los espa?oles", asevera Moreno Alonso, que es autor de Sevilla napole¨®nica (1995) y Napole¨®n, la aventura de Espa?a (2004), entre otros libros.
El nacimiento de una naci¨®n es un t¨ªtulo lleno de fuerza. "La gente cree que la naci¨®n surge con las Cortes de C¨¢diz a partir de 1810. La tesis de mi libro es que la naci¨®n nace del pueblo entre 1808 y 1810. Ning¨²n rinc¨®n del pa¨ªs permaneci¨® ajeno a la invasi¨®n, a la ferocidad y a la confusi¨®n y abuso de palabras de las tropas napole¨®nicas. Los invasores mataban a los espa?oles esgrimiendo palabras como 'libertad' y 'raz¨®n'. Eso cal¨® en el ¨¢nimo de los espa?oles. Produjo una conmoci¨®n impresionante en el pueblo, que se adelant¨® a los pol¨ªticos", dice el historiador.
En medio de esta vor¨¢gine se alz¨® la Junta Suprema de Sevilla como un poder que hizo frente a las tropas francesas. "La Junta Suprema de Sevilla es muy importante por dos razones: hizo capitular a la flota francesa en C¨¢diz y venci¨® a las tropas francesas en la batalla de Bail¨¦n, que tuvo una repercusi¨®n internacional enorme. Se demostr¨® por primera vez en Europa que el ej¨¦rcito de Napole¨®n pod¨ªa ser vencido. Tras tantas derrotas, una victoria de este tipo caus¨® en toda la poblaci¨®n una elevaci¨®n de la moral extraordinaria. La victoria en Bail¨¦n hizo posible que continuara la Guerra de la Independencia. Sin Bail¨¦n, el ej¨¦rcito franc¨¦s se hubiera apoderado de toda Espa?a. La batalla de Bail¨¦n fue obra de la Junta Suprema de Sevilla, que adquiri¨® un prestigio enorme", comenta Moreno Alonso.
Poco despu¨¦s se instal¨® en Sevilla la Junta Central. Y la ciudad se convirti¨® en capital de la naci¨®n en guerra. Pero Sevilla no solo fue el centro neur¨¢lgico de los combates contra el emperador de los franceses. Tambi¨¦n se convirti¨® en el foco donde muri¨® el Antiguo R¨¦gimen. "Ese proceso es fascinante. Es muy parecido a la Transici¨®n tras la muerte de Franco", resume Moreno Alonso.
"Se desmont¨® el Antiguo R¨¦gimen de una manera prodigiosa. En Sevilla se reuni¨® una serie de j¨®venes. Eran unas personas impresionantes y fueron los impulsores del cambio", concluye el historiador. Estos fueron algunos de esos h¨¦roes: Mart¨ªn de Garay, que era el secretario general de la Junta Central; el escritor Manuel Jos¨¦ Quintana, que fue la cabeza pensante de la reforma, y el escritor Gaspar Melchor de Jovellanos, que ten¨ªa una de las cabezas mejor amuebladas de la ¨¦poca. Garay, Quintana, Jovellanos y otros valientes lograron que Espa?a entrara en la senda de la libertad.
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