Do?ana
Hay algo de derrota en los parques naturales, espacios en los que se preservan ¨¢mbitos que desaparecer¨ªan de no mediar la voluntariedad de la mano conservacionista y bienintencionada. All¨ª viven linces ib¨¦ricos o quebrantahuesos, animales que nos hablan de un pasado en el que el d¨ªa a d¨ªa no hab¨ªa de ser contravenido para preservar su existencia. Esos animales son bellos y viven en una aparente libertad que ellos ignoran fr¨¢gil. Como Aerosmith, hermosos espec¨ªmenes de una ¨¦poca ya periclitada. En la reserva del Sant Jordi dieron rienda suelta a sus manifestaciones vitales, y result¨® enternecedor.
Porque resulta entra?able ver a unos se?ores entrados en a?os comportarse como los libros de texto de hace 40 dec¨ªan que deb¨ªan hacerlo los rockeros. Esos gestos, esas carreritas por el provocador -el aut¨¦ntico tacat¨¢ de los rockeros de libro-, esos solos de guitarra, ese dejarse mecer la melena por los ventiladores, esos tatuajes, ese solo de bater¨ªa tan machote, sin baquetas... todo era como visitar una reserva natural habitada por una especie protegida. Su munici¨®n, ¨¦xitos conservados en la bodega de los a?os, nos hablaron de un rock duro con infiltraciones de rhythm and blues y baladones para la radio, un perfil musical perteneciente a un mundo que ya lo ha dicho todo.
AEROSMITH
Palau Sant Jordi
27 Junio
Aerosmith en el Sant Jordi fue como visitar una reserva natural
Pero como hubo tes¨®n y Aerosmith se conjuraron para parecer una banda de verdad, el p¨²blico se sum¨® a la fiesta y disfrut¨® de la visita. No hubo espect¨¢culo ni pantallas con im¨¢genes espectaculares -bien, es probable que para Tyler su propia hija Liv lo sea y por eso apareciese en pantalla-, pero tampoco hizo falta porque en el catecismo del rock duro aut¨¦ntico, eso del espect¨¢culo tecnol¨®gico se considera un poco afeminado. As¨ª que d¨ªa de rock duro del bueno, del que vive en una reserva para su adecuada preservaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.