El 'narco' mexicano acorrala a la pol¨ªtica
Los asesinatos y los secuestros amenazan las elecciones regionales del domingo - El presidente Calder¨®n llama a todos los partidos a unirse en defensa del Estado
El narcotr¨¢fico tiene a M¨¦xico contra las cuerdas. El asesinato del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al Gobierno de Tamaulipas y el secuestro, desde hace 48 d¨ªas, de Diego Fern¨¢ndez de Ceballos, uno de los pol¨ªticos m¨¢s poderosos del pa¨ªs, ponen de manifiesto de manera dram¨¢tica el poder del crimen organizado y la debilidad del Gobierno de Felipe Calder¨®n, solo en una guerra que ya ha provocado m¨¢s de 22.000 muertos.
Dos d¨ªas despu¨¦s de que el candidato Rodolfo Torre Cant¨² y ocho de sus colaboradores fueran asesinados a plena luz del d¨ªa en Ciudad Victoria, las autoridades siguen sin saber c¨®mo, qui¨¦nes o cu¨¢l es la intenci¨®n de un crimen pol¨ªtico que supone un salto cualitativo en la violencia del narcotr¨¢fico. Las elecciones a gobernadores que se celebran el domingo en 12 Estados de la Rep¨²blica est¨¢n ya marcadas por la sangre y el miedo.
Unos 12.000 interventores han rechazado participar en Tamaulipas
Las mujeres de Ciudad Ju¨¢rez no acudir¨¢n a las urnas por miedo
Los sicarios ten¨ªan toda la informaci¨®n en el asesinato del candidato del PRI
La prensa arremete con dureza y denuncia el voto del narcotr¨¢fico
El mensaje est¨¢ muy claro: ya nadie est¨¢ seguro en M¨¦xico. Los jefes de la droga no solo est¨¢n en guerra por los territorios, sino que pugnan por colocar a sus respectivos candidatos en la cima del poder pol¨ªtico. "Con plata o con plomo", lleg¨® a reconocer hace unos d¨ªas el propio Calder¨®n. Tamaulipas es un ejemplo. Desde hace d¨¦cadas, seg¨²n denuncian los medios locales, las elecciones en el Estado norte?o han venido siendo supervisadas -cuando no apadrinadas- por el cartel del Golfo. Sin embargo, desde principios de a?o, la organizaci¨®n criminal se fractur¨® y entr¨® en disputa con Los Zetas, hasta entonces su brazo armado. La paz vigilada se convirti¨® en guerra abierta. Se dice, porque a¨²n no hay versi¨®n oficial de los hechos, que las dos camionetas cargadas de sicarios que emboscaron y mataron al doctor Torre Cant¨² llevaban una zeta pintada sobre los cristales tintados.
La manera en que se cometi¨® el atentado demuestra hasta qu¨¦ punto el Estado est¨¢ desbordado por el crimen organizado. La caravana del candidato del PRI fue atacada a las 10.30 de la ma?ana del lunes, cuando se dirig¨ªa al aeropuerto. Los sicarios no solo sab¨ªan eso, sino tambi¨¦n que los veh¨ªculos blindados de que dispon¨ªa el candidato hab¨ªan sido enviados horas antes a Matamoros para proteger su gira electoral prevista para la tarde. A pesar del fuerte despliegue del Ej¨¦rcito y de la Polic¨ªa Federal en Tamaulipas, los criminales fueron capaces de cruzar un cami¨®n en la carretera, detener la comitiva electoral, bajar a sus ocupantes y ejecutarlos sobre el asfalto. Nueve muertos. Ning¨²n testigo.
La buena informaci¨®n de los sicarios contrasta con el desconcierto que exhibieron Felipe Calder¨®n y sus principales colaboradores en su comparecencia ante el pa¨ªs. Lo m¨¢s preocupante no eran los rostros demudados de los jefes del Ej¨¦rcito y de la Polic¨ªa Federal o su falta de informaci¨®n, sino un dato que se hace presente cada vez que el presidente, con voz solemne, promete castigar a los culpables: el 95% de los cr¨ªmenes en M¨¦xico queda impune.
Por dos veces en menos de 24 horas, el presidente Calder¨®n compareci¨® desde su residencia de Los Pinos. El mensaje fue el mismo en ambas ocasiones: "Hoy hemos comprobado que el crimen organizado es una amenaza permanente y pretende imponer sus reglas. Hago un llamamiento a todas las fuerzas pol¨ªticas para unirnos en defensa de las instituciones en estos momentos tan delicados de la vida nacional. No hay otro camino que encarar con fuerza a la delincuencia organizada hasta conseguir derrotarla".
Se trataba, sobre todo, de un mensaje al PRI. Calder¨®n necesita que el partido hegem¨®nico en M¨¦xico hasta el a?o 2000 lo respalde en su guerra contra el crimen organizado. Pero, a tenor de las primeras declaraciones en caliente de algunos de sus l¨ªderes, parece muy dif¨ªcil que ese apoyo se produzca. Aun a pesar de que el crimen contra el candidato del PRI en Tamaulipas y el secuestro de Fern¨¢ndez de Ceballos suponen un aviso muy serio de que la ¨¦lite pol¨ªtica ya no es intocable.
Desde los medios de comunicaci¨®n mexicanos se resalt¨® ayer la gravedad del momento. El diario Reforma llev¨® a su portada un editorial -un hecho casi in¨¦dito en sus 17 a?os de vida- titulado El voto del narco en el que se constata que el pa¨ªs vive una emergencia nacional. "Lo ocurrido", dice Reforma, "trasciende por mucho las fronteras de Tamaulipas. Evidencia que hay una clara complicidad entre pol¨ªticos y carteles. Las elecciones est¨¢n perdiendo sentido por el dinero sucio que las financia. El violento voto del narco coloca en un predicamento los comicios: ?tendr¨¢ sentido celebrar elecciones cuando hay un poder de facto que impone su voluntad por encima de la voluntad ciudadana?".
En Milenio, el escritor H¨¦ctor Aguilar Cam¨ªn afirma en su columna diaria: "La violencia criminal ha dado un salto cualitativo. La opini¨®n p¨²blica y las autoridades del pa¨ªs deben darlo tambi¨¦n, cerrando filas en el rechazo y en el combate al crimen organizado". Pero mientras eso sucede o no, la situaci¨®n que vive M¨¦xico es la que retrata El Universal en su primera p¨¢gina bajo el t¨ªtulo Los comicios del miedo: en Tamaulipas, 12.000 interventores han rechazado participar y las mujeres de Ciudad Ju¨¢rez han dicho que no ir¨¢n a votar por "el elevado ¨ªndice de violaciones, asaltos y asesinatos".
Pese a todo, las elecciones se celebrar¨¢n el domingo. El Gobierno se ha comprometido a redoblar la ya muy numerosa presencia del Ej¨¦rcito y la Polic¨ªa Federal en las zonas m¨¢s violentas. Es un consuelo a medias, porque en lugares como Ciudad Ju¨¢rez, donde se vive un verdadero estado de excepci¨®n, las matanzas siguen produci¨¦ndose. Por todo el pa¨ªs, los candidatos que no han aceptado la plata del narcotr¨¢fico suplican al Gobierno que los blinde como sea ante el plomo de los sicarios.
[El periodista Juan Francisco Rodr¨ªguez R¨ªos, de 49 a?os, y su esposa, Mar¨ªa Elvira Hern¨¢ndez, de 36, fueron asesinados a balazos el lunes en un cibercaf¨¦ de su propiedad en el Estado sure?o de Guerrero, informa Efe. Rodr¨ªguez era dirigente local del Sindicato Nacional de Redactores de Prensa].
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