Ram¨®n Ayerra, escritor y poeta

La vida tiene sus situaciones de sarcasmo e iron¨ªa, a veces resueltos con una inocente sonrisa, que no aflora, desde luego, cuando hay una p¨¦rdida humana por delante, y mucho menos si quien se acaba de marchar es amigo querido. El escritor y poeta Ram¨®n Ayerra, fallecido en Madrid, ayer 1 de julio, a los 73 a?os, fue finalista del Premio Planeta con la obra Los terroristas, publicada en 1981. En esta novela, el protagonista es un joven periodista, que muere asesinado por un comando de ancianos terroristas que odian la extraordinaria vitalidad de la juventud. Entre los m¨¢s de 20 libros y poemarios publicados por Ayerra, desde literatura de viajes hasta novelas sat¨ªricas, destacan obras como Las amables veladas con Cecilia, La Espa?a imperial o El jard¨ªn de las naciones.

Nacido en Segovia el 1 de enero de 1937, este escritor, abogado de formaci¨®n, funcionario del Ministerio de Trabajo -tambi¨¦n autor de textos jur¨ªdicos y recopilaciones de sentencias en colaboraci¨®n con Alejandro Mulas- mat¨® a aquel periodista en su obra m¨¢s popular, la que le llev¨® a la actualidad literaria en la Espa?a que estrenaba democracia, donde utilizaba personajes y ambientes reales, con el cultivo de la narrativa del esperpento, para dar una visi¨®n m¨¢s real de lo que ocurr¨ªa a su alrededor. Era como un fot¨®grafo de la palabra, al que le encantaba utilizar en sus novelas personajes y ambientes reales, de los que sacaba precisamente sus textos m¨¢s directos, basados en expresiones populares que transformaba en arte literario.

Iron¨ªas: esta necrol¨®gica la escribe aquel mismo reportero abatido a tiros en la ficci¨®n por los vengativos ancianos, pero como el autor de esa muerte -s¨®lo en aquel texto- cuando ¨¦l mismo tuvo que escribir sobre el paso a otra vida de dos buenos amigos, Juan Benet y Jaime Delgado, ahora s¨®lo piensa en aquella cita que Ayerra recordaba de Pessoa: "Sea lo que fuere, mejor no haber nacido". Con La tibia luz de la ma?ana, en 1979, el escritor segoviano tambi¨¦n hab¨ªa rozado la terna de finalistas del Planeta.

En 1973 trabaj¨® el texto po¨¦tico en Peque?as cuestiones, y volvi¨® el a?o pasado con Los limoneros. Ahora acababa de publicar La isla encantada, su ¨²ltima obra, un poemario en el que, con el agua como elemento com¨²n, aunaba el r¨ªo Nilo y la isla de Madeira, en Portugal, pa¨ªs que amaba y que inspir¨® muchos de sus textos. Fue en el pr¨®logo de Peque?as cuestiones donde el poeta y arquitecto Luis Felipe Vivanco dec¨ªa de ¨¦l: "Querido, despejado querid¨ªsimo, excelente y problem¨¢tico Ram¨®n Ayerra".

Hablando de la muerte, con su lenguaje sabio, tomado de la calle, mina de la materia prima que ¨¦l transformaba en poes¨ªa, reflexion¨® un d¨ªa: "A la hora de morir, igual da que ocurra este bobo tr¨¢mite en invierno que en verano, con cierzo o con calorazo, salvo acaso para el pobre de solemnidad, que sobre morirse en la cuneta, ha de hacerlo pel¨¢ndose de fr¨ªo".