La m¨ªstica de la patria insobornable
Isma¨ªl Kadar¨¦ escribi¨® El cerco en Tirana, a finales de los a?os sesenta. Como otros de sus escritos redactados en la atm¨®sfera opresiva de la Albania comunista, el autor lo revis¨® a conciencia nada m¨¢s exiliarse a Par¨ªs, a principios de los a?os noventa. Lejos de la patria, sin embargo, Kadar¨¦ parece haber sucumbido con m¨¢s intensidad a¨²n a la m¨ªstica patri¨®tica cultivada por el r¨¦gimen de Enver Hoxha, a tenor de lo que nos cuenta la novela. El cerco nos traslada a alg¨²n lugar de Albania, a comienzos del siglo XV, donde un espectacular ej¨¦rcito otomano toma posiciones para someter a sangre y fuego a los habitantes de una fortaleza de la que no se nos ofrecen datos geogr¨¢ficos precisos. Los turcos, un ej¨¦rcito poderos¨ªsimo solo comparable a la superpotencia estadounidense actual, no lo tendr¨¢n nada f¨¢cil contra los habitantes de esa fortaleza, cristianos albaneses, representantes de la indomable raza balc¨¢nica, acostumbrada a la supervivencia en la geograf¨ªa hostil del pa¨ªs de las ¨¢guilas. Por fortuna, Kadar¨¦ dedica El cerco a otras cosas. Por ejemplo, a describir con gran lujo de detalles la composici¨®n del ej¨¦rcito otomano, los distintos cuerpos de guerreros que lo componen y la incre¨ªble complejidad de su intendencia y log¨ªstica. El baj¨¢ que comanda la expedici¨®n, Ugurlu Tursun, va acompa?ado por astr¨®logo, ingeniero, arquitecto, cronista y poeta. El relato fluye a trav¨¦s de las peripecias vividas durante el asedio por el propio Tursun, el cronista Mevla Chelebi, el poeta Sadedin y el soldado jen¨ªzaro Tuz Ochkan. La sombra de Skenderberg, el h¨¦roe legendario alban¨¦s, sobrevuela las p¨¢ginas, mientras los asediados son apenas una voz colectiva, con la que se inicia cada cap¨ªtulo. Los otomanos sufren derrota tras derrota en este asedio. Primero fracasar¨¢n en el asalto directo, pese a la abrumadora superioridad de su ej¨¦rcito. M¨¢s tarde, los albaneses lograr¨¢n hundir el t¨²nel que los otomanos han perforado con gran sigilo. Las t¨¢cticas de acoso se volver¨¢n cada vez menos heroicas: cortar el suministro de agua a la fortaleza, infectar a sus habitantes introduciendo en ella ratas rabiosas. El texto, rico en terminolog¨ªa antigua, ha debido de ser un tormento para el traductor espa?ol, Ram¨®n S¨¢nchez Lizarralde, pese a su profundo conocimiento de Kadar¨¦, que obtuvo el a?o pasado el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras.
El cerco
Isma¨ªl Kadar¨¦
Traducci¨®n de Ram¨®n S¨¢nchez Lizarralde
Alianza. Madrid, 2010
393 p¨¢ginas. 19 euros
Muchos cr¨ªticos han querido ver en esa Albania cercada por los turcos (que, dicho sea de paso, conquistaron el pa¨ªs y lo ocuparon durante casi cinco siglos) un trasunto de la Albania comunista cercada por la Yugoslavia de Tito y por la Uni¨®n Sovi¨¦tica y convertida, a su vez, en una fortaleza del marxismo bajo el liderazgo tir¨¢nico de Enver Hoxha.
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