Cuidado con la euforia
El balance del paro en junio muestra una pobre creaci¨®n de empleo y un exceso de temporalidad
El paro registrado descendi¨® en junio en casi 84.000 personas (el mayor descenso del desempleo en los ¨²ltimos cinco a?os) y el n¨²mero total de parados registrados baj¨® de los cuatro millones para situarse en 3.982.368 personas. Son estad¨ªsticas inusualmente buenas, que invitan al optimismo y a frases tan rotundas como la que pronunci¨® ayer la secretaria general de empleo ("lo peor para el mercado laboral ya ha pasado"). Pero aunque la tendencia del mercado de trabajo es a la estabilidad, lejos de los crecimientos masivos del paro en 2008 y 2009, hay que recordar que en estos momentos tan solo se puede asegurar que se est¨¢ destruyendo menos empleo que la fase m¨¢s aguda de la recesi¨®n y que la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA) del segundo trimestre dar¨¢ un retrato m¨¢s exacto de la situaci¨®n actual del empleo.
El paro registrado de junio refleja un fuerte peso estacional. Los sectores que muestran un descenso mayor del paro son los que est¨¢n ligados a la actividad del periodo estival, es decir, a la hosteler¨ªa, el comercio y los servicios. Adem¨¢s, las estad¨ªsticas de junio muestran una divergencia llamativa entre el descenso en el n¨²mero de parados y el aumento de la afiliaci¨®n a la Seguridad Social (23.884 cotizantes m¨¢s). Esta discrepancia se ajustar¨¢ en el balance laboral del trimestre, pero quiz¨¢ encubra alg¨²n descenso en la poblaci¨®n activa. Pero, por encima de todo, transmite la sensaci¨®n inequ¨ªvoca de que, por el momento, la creaci¨®n de empleo se sustenta sobre la contrataci¨®n temporal, es decir, la que es m¨¢s congruente con el aumento estacional de la ocupaci¨®n. De los 1,29 millones de contratos firmados, solo 98.754 fueron fijos. La reforma laboral ya en vigor, que tanto recelo causa entre los sindicatos y tanta expectaci¨®n provoca en el Gobierno, todav¨ªa no ha surtido el efecto esperado.
El mercado laboral carece todav¨ªa del impulso suficiente para crear empleo de forma significativa. Un retrato fiel del mismo solo se consigue con la EPA. Lo m¨¢s probable es que el empleo generado en el segundo trimestre (en torno a 150.000 personas) tenga continuidad en el tercero (aunque con n¨²meros inferiores) y sufra una interrupci¨®n importante en el cuarto trimestre. El balance final para el conjunto del ejercicio arrojar¨¢ en el mejor de los casos un aumento del empleo pr¨®ximo a cero o, en el peor, una moderada destrucci¨®n de puestos de trabajo. T¨¦ngase en cuenta que en un ejercicio "normal", previo a la crisis, se generan unos 400.000 empleos.
Este perfil trimestral, en el que coinciden a grandes rasgos casi todas las proyecciones de empleo y paro para 2010, deber¨ªa ser suficiente para alejar cualquier tentaci¨®n de euforia o de dar por superadas las malas noticias. La proyecci¨®n macroecon¨®mica para Espa?a sigue siendo la misma que se anunci¨® en 2009: bajas tasas de crecimiento al menos hasta finales de 2011 y tasas muy elevadas de desempleo hasta esa fecha.
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