Rajoy controla su discurso y evita los debates pol¨¦micos

La legislatura se ha puesto totalmente de cara para el PP. Todas las encuestas le dan al menos 10 puntos de ventaja, y cada mes sube el porcentaje de espa?oles que creen que ganar¨¢ las elecciones. "Si no cometemos errores, ganaremos", es una de las frases m¨¢s escuchadas entre dirigentes del PP. ?Y cu¨¢l es la mejor manera de no cometer errores? No arriesgar.

As¨ª que Mariano Rajoy, que estos d¨ªas prepara un debate del estado de la naci¨®n que espera ganar con claridad, ha optado por controlar al m¨¢ximo su discurso y evitar cualquier pol¨¦mica que ponga el foco en ¨¦l. No es que Rajoy no hable. De hecho algunos asesores piensan que aparece demasiado. Tiene hasta cuatro o cinco discursos p¨²blicos por semana. Pero todo est¨¢ bajo control.

Marc¨® un perfil bajo con el Estatut, pero Cospedal y a¨²n m¨¢s Aznar lo trastocaron

Rajoy no s¨®lo ha abandonado las ruedas de prensa -nunca un l¨ªder de la oposici¨®n dio tan pocas- ¨²ltimamente tambi¨¦n evita las entrevistas en prensa, radio y televisi¨®n de cobertura nacional. Incluso en medios conservadores. En plena crisis del PSOE, Rajoy lleva casi dos meses sin ofrecer ninguna. S¨®lo recibi¨® a un periodista estadounidense, Phill Bennet, para un reportaje publicado en EL PA?S. Bennet resumi¨® as¨ª su encuentro con el l¨ªder del PP: "En el fondo, el plan econ¨®mico de Rajoy consiste en apartar a Zapatero del poder".

La estrategia, que sus cr¨ªticos en el partido definen como "ponerse de perfil", ha quedado m¨¢s en evidencia que nunca con la sentencia del Estatut de Catalu?a. Rajoy ha hecho una sola declaraci¨®n controlada, -sin preguntas-, unos pocos segundos en los que ped¨ªa "mirar al futuro" y dejaba claro que quiere hablar de econom¨ªa, y nada m¨¢s que econom¨ªa.

Claro que, mientras Rajoy evita a los medios, a los que teme mucho m¨¢s que a un debate parlamentario, seg¨²n explican en su entorno, sus segundos s¨ª est¨¢n obligados a atender a la prensa, y eso hace que a veces generen pol¨¦mica. De hecho, la estrategia se trastoc¨® el jueves, cuando Dolores de Cospedal calific¨® de "fascista o marxista [sic]" el comportamiento de Jos¨¦ Montilla, president de la Generalitat, por decir que nunca gobernar¨ªa con el PP.

No es la primera vez que sucede. Frente al silencio o discreci¨®n de Rajoy, otros dirigentes como Cospedal, Javier Arenas o Esteban Gonz¨¢lez Pons son los encargados de entrar a las pol¨¦micas. Con ello Rajoy queda resguardado en su imagen de moderaci¨®n, como sucedi¨® en la anterior legislatura con ?ngel Acebes y Eduardo Zaplana, que eran quienes se quemaban en las pol¨¦micas mientras el l¨ªder quedaba a resguardo.

Ese vac¨ªo que Rajoy no llena es ocupado a veces por figuras incontrolables, como Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar o Manuel Fraga. Mientras el ex presidente sosten¨ªa que la sentencia marca el l¨ªmite "m¨¢s all¨¢ del cual no hay Estado", Fraga asegur¨® a Europa Press que el Constitucional "ha eludido, desgraciadamente, cuestiones fundamentales", y lament¨® con este fallo se ha "degradado" al Alto Tribunal.

"Aznar dice lo que est¨¢n pensando muchos militantes del PP. Pero a tres meses de las elecciones catalanas no podemos entrar ah¨ª", sentencia un dirigente. El asunto de la unidad de Espa?a, en el pasado eje del discurso del PP, pasa ahora a un segundo plano por motivos t¨¢cticos. "Adem¨¢s, tampoco tendr¨ªa sentido hablar de la ruptura de Espa?a precisamente en pleno mundial, cuando las calles est¨¢n llenas de banderas espa?olas", ironiza otro.

Rajoy se concentra pues en un debate en el Congreso que cerrar¨¢ el curso pol¨ªtico. Y con la actitud de CiU, que ha aprovechado la sentencia para atacar duro a Zapatero, y no al PP, los populares esperan incluso sorpresas. En G¨¦nova se analiza si es mejor plantear un debate estilo "v¨¢yase, se?or Zapatero" o m¨¢s bien centrarse en la alternativa de Rajoy. La inc¨®gnita no est¨¢ resuelta, no s¨®lo porque el l¨ªder siempre deja abiertas hasta el final todas las alternativas, sino tambi¨¦n por el factor CiU. Una pinza PP-CiU, sostienen los marianistas, ser¨ªa mortal para Zapatero, y abrir¨ªa la puerta para pactos futuros en la Generalitat y en el Gobierno central.