El alzamiento
Unos militares que se cre¨ªan guardianes de la indisoluble unidad espa?ola, enfurecidos por una vi?eta que se burlaba del Ej¨¦rcito, hab¨ªan asaltado la redacci¨®n del Cu-cut! y de La Veu de Catalunya. En vez de castigar a los culpables, el Gobierno reaccion¨® anunciando la Ley de Jurisdicciones, que someter¨ªa a los tribunales militares todo lo que oliera a atentado contra la unidad de la patria, la bandera o el honor del Ej¨¦rcito. Contra esta ley naci¨® Solidaritat Catalana, el primer movimiento unitario catalanista, que agrup¨® desde los carlistas y la Uni¨® Catalanista hasta los republicanos federales; solo faltaron los mon¨¢rquicos centralistas por la derecha y los lerrouxistas por la izquierda.
"No es un 'mont¨®n', se?or Maura. ?Acaso no lo ve? Es un alzamiento"
La manifestaci¨®n a favor de Solidaritat Catalana, la m¨¢s multitudinaria jam¨¢s vista en Barcelona, provoc¨® reacciones espa?olistas. Antonio Maura, presidente del Gobierno, dijo que no eran m¨¢s que un mont¨®n, y un candidato centralista afirm¨®: "Si no gano por los votos, ganar¨¦ por los m¨¢useres". Fue entonces cuando Joan Maragall public¨®, el 13 de abril de 1907, su art¨ªculo L'al?ament.
Empezaba maravillado por el espect¨¢culo: "Ven a verlo -me ha dicho el amigo-; es algo que jam¨¢s se hab¨ªa visto ni quiz¨¢s se volver¨¢ a ver. La gente llega de pueblo en pueblo en grandes grupos; los del campo acuden a la ciudad con las mujeres y los hijos (...). Los he visto llorar... ?Ven a verlo!". Despu¨¦s se recreaba en la m¨ªstica del lema: "?Solidaridad! Esta palabra inventada Dios sabe c¨®mo y despu¨¦s tan tra¨ªda y llevada por los diarios y tan mal comentada por los que no sab¨ªan o no quer¨ªan entenderla, ahora ha tomado su verdadero sentido al ponerla en contacto con el pueblo que guardaba su secreto en el alma. Y cuando una palabra toma su verdadero sentido, el popular, cuando se vuelve viva, entonces es cuando obra la potencia creadora del verbo, el fiat divino, y no hay potencia humana que la detenga". Pasaba despu¨¦s a la amenaza de la represi¨®n armada: "Supongamos que un candidato centralista haya dicho: 'Si no gano por los votos, ganar¨¦ por m¨¢useres'. ?Ay! ?Desgraciado! ?Qu¨¦ palabra que el pueblo haya hecho santa ha sido jam¨¢s detenida por m¨¢useres? Los m¨¢useres horadan paredes, horadan hombres, matan hombres; pero ?d¨®nde has visto alguna vez que una bala de fusil mate una palabra? Al contrario: las palabras viven de esto; y de esto toman incremento; la sangre derramada les da tal realidad, que pobre del que se enfrente a una palabra ensangrentada". Y terminaba con este clamor: "No es un 'mont¨®n', se?or Maura y compa?¨ªa. ?Acaso no lo ve? Es un alzamiento".
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