"Soy una especie de periodista del rock"
Son las dos de la tarde del martes, d¨ªa que los fieles en Am¨¦rica Latina dedican a santa Marta, abogada de los imposibles. As¨ª que, quiz¨¢ no se deba al orden aleatorio de una playlist el que empiece a sonar una versi¨®n de Knockin' on heaven's door en la cafeter¨ªa de un c¨¦ntrico hotel de Madrid. "Han puesto un homenaje a Dylan, ?viste?", se emociona Le¨®n Gieco (Santa Fe, 1951). El genio gru?¨®n es un referente constante en la vida del cantautor, int¨¦rprete folk y rockero argentino desde el d¨ªa en que escuch¨® por primera vez Mr. Tambourine Man. Tambi¨¦n es uno de los pocos artistas admirados por Gieco ausentes en su lista de colaboraciones -pese a haber sido telonero del estadounidense en 2009, aunque ni se pudieron saludar porque Dylan "estaba tremendamente parco"- donde s¨ª figuran, entre otros, su amiga Mercedes Sosa, fallecida el a?o pasado, el ganador de dos oscars Gustavo Santaolalla, Joan Manuel Serrat, Pablo Milan¨¦s, Atahualpa Yupanqui, Sting, Pete Seeger o Charly Garc¨ªa...
"Joan Baez hizo que me sintiera como Bob Dylan durante cuatro minutos"
Knock, knock, knockin'..., entona a media voz el autor de Solo le pido a Dios, canci¨®n protesta por antonomasia popularizada en Espa?a por Ana Bel¨¦n, y por una mil¨¦sima de segundo desprende pena, pero enseguida recupera esa serenidad que parece ser su estado de ¨¢nimo natural. "Hace unas semanas toqu¨¦ junto a Joan Baez en el Lincoln Center. Cantamos Solo le pido a Dios y tengo una foto de ella tocando a mi lado la guitarra y yo, la arm¨®nica. Me hizo sentirme Bob Dylan, al menos durante cuatro minutos", se r¨ªe. Para Gieco, Bob Dylan ha sido inspiraci¨®n m¨¢s de una vez.
Desde hace a?os tiene la costumbre de invitar a los teloneros a cantar con ¨¦l, porque todav¨ªa se acuerda de cu¨¢nto deseaba que le dejaran acompa?arles Jorge Cafrune o Litto Nebbia, de Los Gatos, "cuando era chico". "Dentro de todos los que subieron alguna vez a mi escenario hubo artistas con discapacidades, uno de ellos Pancho, que no tiene ni piernas ni brazos. Un d¨ªa fue al camar¨ªn -ten¨ªa 15 a?os, ahora tiene alrededor de 30- y me pregunt¨®: '?C¨®mo puedo hacer para ser famoso como vos?'. Me saqu¨¦ el atril con la arm¨®nica -porque tengo un atril con la arm¨®nica como Bob Dylan- se lo puse y le dije, ese instrumento, vos lo pod¨¦s tocar", cuenta.
Pancho no solo ha grabado cuatro discos desde entonces, "con canciones hermosas", adem¨¢s de convertirse en amigo de los Kirchner, sino tambi¨¦n es uno de los protagonistas de Mundo alas, documental de una gira de Gieco junto a artistas discapacitados, boda incluida, codirigido por ¨¦l, Sebasti¨¢n Schindel y Fernando Molnar. "A m¨ª me cost¨® mucho entrar en ese mundo, porque no lo conoc¨ªa en profundidad, y ahora que entr¨¦ me cuesta mucho salir, porque es puro amor. Ellos no sienten rencores o envidias y no compiten. Quieren ser solidarios, piensan siempre en los otros chicos con discapacidades".
Con m¨¢s de una treintena de discos grabados no es f¨¢cil cre¨¦rselo, pero el compositor de la fabulosa Los Orozco -"solo prob¨® porro, vol¨® con los ojos rojos por los polos..."- asegura no plantearse nunca nada. "Bueno, lo ¨²nico que s¨ª me planteo es trabajar, como dec¨ªa Picasso, la inspiraci¨®n existe, pero mejor que te coja trabajando".
Por eso, no se permite desaprovechar sus viajes: el martes present¨® Mundo alas en la Casa de Am¨¦rica de Madrid, el jueves inaugur¨® el festival Pirineos Sur en Huesca, dedicado este a?o a los bicentenarios de la independencia y hoy estar¨¢ en los Veranos de la Villa de Madrid con 15 a?os de m¨ª, un repaso por su carrera en la discogr¨¢fica EMI desde 1991. "Estoy en movimiento permanente, compongo a diaro, vivo en la calle: soy una especie de periodista del rock".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.