M¨¢s all¨¢ del bien y del mal

La etiqueta que, a modo de definici¨®n, lleva asociada La Gran V¨ªa, de Chueca y Valverde, contribuye a dejar las cosas claras desde el principio. Se trata de una "revista madrile?a c¨®mico-l¨ªrica, fant¨¢stico-callejera", algo as¨ª como un espect¨¢culo de variedades con temas de actualidad de fondo. Desde luego no le sienta mal un tratamiento de comedia musical castiza que es, en cierto modo, lo que plantea la veterana ?pera C¨®mica de Madrid, una instituci¨®n digna de admiraci¨®n en estas lides, que cuida con id¨¦ntico esmero la ¨²ltima hora pol¨ªtica y ciudadana de los di¨¢logos o el reflejo de la obra como teatro musical popular.

Francisco Matilla conoce muy bien el terreno que pisa y lo demostr¨®, no solamente como director de escena, sino tambi¨¦n al asumir una indisposici¨®n de ¨²ltima hora del tenor Juanma Cifuentes, sacando con profesionalidad media docena de los papeles a ¨¦l asignados y, en particular, bordando la r¨¦plica de Do?a Virtudes a los c¨¦lebres tangos de La Menegilda. Milagros Mart¨ªn hab¨ªa puesto el list¨®n muy alto en el personaje m¨¢s carism¨¢tico de La Gran V¨ªa. Su fraseo, su manera de moverse, su habilidad acentuando y llenando de intenci¨®n cada palabra, la hacen hoy en d¨ªa imprescindible para este papel. Es una cantante que lleva el g¨¦nero l¨ªrico espa?ol en las venas. Ha sido un lujo contar con ella, como tambi¨¦n lo fue en las representaciones del teatro de la Zarzuela hace m¨¢s de una d¨¦cada.

A Nietzsche, el autor de M¨¢s all¨¢ del bien y del mal, le gustaba mucho esta zarzuela y en particular la escena de los ratas: "Un terceto de tres solemnes y gigantescos canallas es lo m¨¢s fuerte que he visto y o¨ªdo, incluso como m¨²sica: genial, imposible de clasificar", dec¨ªa. Eduardo Haro Tecglen matizaba en su d¨ªa que alguien deber¨ªa haber explicado al pensador alem¨¢n que "los ladronzuelos no eran s¨ªmbolo del gran mal, sino de la peque?a necesidad". La Gran V¨ªa renueva su atractivo con el paso del tiempo gracias a n¨²meros tan chispeantes como esta jota de los ratas, o en la mazurca de los marineritos, o en el vals del Caballero de Gracia, o en el chotis del Eliseo, o en la polca de las calles de Madrid. Lucen bien todas las escenas frente a la imponente fachada del palacio Real y las defiende con convicci¨®n orquestalmente el venezolano Carlos Riazuelo al frente del Ensamble Instrumental de Madrid, un grupo m¨¢s que interesante, que ha grabado en formato de c¨¢mara para sexteto con piano media docena de discos con fragmentos de zarzuela que son unas joyitas.