Un d¨ªa muy especial
La final del Mundial de f¨²tbol convierte este domingo en un d¨ªa muy especial, de fiesta y alegr¨ªa para la inmensa mayor¨ªa de los espa?oles, unos porque les gusta el f¨²tbol y les emociona el juego de la selecci¨®n, y otros porque les gusta ver alegres a sus convecinos. La verdad es que el ¨¦xito del equipo de Vicente del Bosque tiene cantidad de efectos secundarios graciosos y agradables. ?No es estupendo que la selecci¨®n se llame popularmente La Roja y que tenga a todo el pa¨ªs detr¨¢s?
Para quienes somos poco aficionados a los s¨ªmbolos oficiales, es tambi¨¦n una delicia contemplar c¨®mo la bandera de Espa?a ha sido sustituida poco a poco, sin esc¨¢ndalo de nadie, por otra distinta, de los mismos colores, cierto, pero con un cambio notable: ha desaparecido el escudo mon¨¢rquico y tradicional de la historia de Espa?a, reemplazado por un toro bravo, grandioso y formidable.
El eje de la selecci¨®n es un grupo del Barcelona, formado por catalanes, as¨ª como por futbolistas de Albacete o Asturias
Est¨¢ claro que esa es la bandera que tiene m¨¢s aceptaci¨®n popular en todo el pa¨ªs, seguramente porque est¨¢ casi desprovista de significado pol¨ªtico y porque se utiliza mucho m¨¢s como un s¨ªmbolo cultural (moderno y procedente del marketing) que como ense?a nacional o nacionalista.
El famoso toro negro de Osborne tampoco tiene ya nada que ver, a estas alturas, ni con el brandy ni con las corridas de toros, sino que se ha convertido en la representaci¨®n del concepto de bravura, muy valorado en todos los deportes. Por lo menos, es el s¨ªmbolo que m¨¢s se ve en los partidos de Rafa Nadal, en las carreras de Alonso o en los circuitos de motos en que arrasa Jorge Lorenzo. ?Y acaso no conmueve el ¨¢nimo ver c¨®mo los j¨®venes soldados espa?oles destinados en peligrosas misiones en Afganist¨¢n o L¨ªbano ondean, con toda ingenuidad, la bandera del toro, que representa para ellos, mucho mejor que cualquier otra, su propio valor y esfuerzo?
Ser¨ªa formidable que la mayor¨ªa de los ciudadanos de este pa¨ªs se identificara con la bandera, la propia de su comunidad o la del Estado, de la misma manera como se identifican con la tortilla de patatas, la paella o las cocochas (kokotxas), es decir, sin atribuirle carga ideol¨®gica alguna. Habr¨ªa que ser muy burro para desterrar la paella de nuestra dieta por motivos pol¨ªticos y la verdad es que, a estas alturas, habr¨ªa que ser muy burro para arrancar el toro de Osborne de las carreteras de cualquier comunidad de este pa¨ªs por creer que representa una esencia nacional ajena. O por pretender que es una imposici¨®n extranjera a la propia cultura. ?Acaso el bacalao al pilpil es incompatible con el jam¨®n ib¨¦rico?
La selecci¨®n de f¨²tbol que intenta hoy ganar la Copa del Mundo tiene otra cosa simp¨¢tica; su eje central est¨¢ formado por un magn¨ªfico grupo de jugadores del Barcelona, equipo que, a su vez, est¨¢ formado tanto por futbolistas catalanes como procedentes de Albacete o de Asturias. En total, en La Roja hay 23 jugadores que nacieron en 12 provincias distintas, desde Gran Canaria a L¨¦rida o Barcelona, pasando por Guip¨²zcoa, Navarra, Valencia, Asturias, Burgos, Madrid, Sevilla, Albacete o Salamanca. Y para colmo, el Bar?a aprendi¨® su estilo de juego de Holanda.
El broche de los rasgos tan agradables de este grupo, haga lo que haga esta tarde, lo pone el entrenador, Vicente del Bosque, un se?or con bigote, de Salamanca, bastante serio, que tuvo en la noche del pasado mi¨¦rcoles, cuando la selecci¨®n super¨® la semifinal, un detalle muy poco pol¨ªtico, en el m¨¢s estricto sentido de la palabra. En lugar de atribuirse todo el ¨¦xito (a s¨ª mismo o de hablar solo de los jugadores en el campo) asign¨® parte de la victoria a su predecesor y a los futbolistas que hab¨ªan ayudado a formar el grupo en los ¨²ltimos a?os.
Lo dicho, ayer fue un d¨ªa serio, con alta carga pol¨ªtica. Hoy es simplemente un d¨ªa propicio a la jarana y a la broma. Disfrut¨¦moslo. solg@elpais.es
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.