La familia que cas¨® a su hija de 14 a?os, extraditada a Mauritania
Exteriores calma la ira de los imanes y permite que la madre y el esposo de una menor, agredida sexualmente, acaben su condena en una prisi¨®n de Nuakchot
Los imanes de Mauritania van a dejar de pedir clemencia a Espa?a en la jutba (serm¨®n) del viernes en la mezquita y algunos de sus fieles m¨¢s exaltados no proferir¨¢n ya veladas amenazas contra los espa?oles residentes en el pa¨ªs ni protestar¨¢n acampando ante la iglesia cat¨®lica de Nuakchot.
El Gobierno espa?ol se dispone a resolver su principal contencioso con ese peque?o pa¨ªs africano de tres millones de habitantes, golpeado por el terrorismo, situado a tan s¨®lo 300 kil¨®metros, en l¨ªnea recta, de Canarias.
Hawa M. Ch., una quincuagenaria mauritana, y Mokhtar Salem, en la cuarentena, ambos encarcelados en Puerto Real (C¨¢diz) van a ser trasladados a la prisi¨®n central de Nuakchot (Mauritania) para que acaben all¨ª de cumplir la condena a 12 a?os que les impuso, en marzo de 2009, la Audiencia Provincial de C¨¢diz y confirm¨® despu¨¦s el Tribunal Supremo.
El traslado pondr¨¢ fin a las amenazas contra los espa?oles all¨ª residentes
"Mis padres me dec¨ªan que le matar¨ªan", declar¨® Selamha en C¨¢diz
Afincada en Espa?a desde hace 19 a?os Hawa fue condenada por coacciones, violencia dom¨¦stica y trato denigrante a su hija mayor, cuando ten¨ªa 14 a?os, en 2007. Mokhtar lo fue por agresi¨®n sexual a la menor. A Mohamed O. A., el septuagenario padre de la menor, le cayeron tambi¨¦n dos a?os, pero no ingres¨® en prisi¨®n.
La historia arranca en el verano de 2006 cuando Hawa viaj¨® de vacaciones a Mauritania con su hija, a la que cas¨® all¨ª con su primo, Mokhtar, de 41 a?os, un modesto empresario. El padre, un hombre casi analfabeto, no asisti¨® a la boda, pero dio su acuerdo por tel¨¦fono. Ese matrimonio isl¨¢mico no es v¨¢lido en Espa?a. Madre e hija regresaron, no obstante, a Puerto Real (C¨¢diz), la ciudad donde resid¨ªan. La ni?a se reincorpor¨® al colegio con normalidad. Otros dos hijos m¨¢s peque?os del matrimonio, tambi¨¦n estaban escolarizados all¨ª.
Mokhtar no volvi¨® a ver a la chica hasta casi un a?o despu¨¦s, cuando aprovech¨® un viaje de negocios a Alemania para presentarse en Puerto Real. Trat¨® de mantener de nuevo relaciones sexuales con la chica, pero ella se neg¨®. Por la ma?ana huy¨® a casa de unos vecinos, la familia de Andr¨¦s Mac¨ªas, que la acompa?¨® a comisar¨ªa a poner una denuncia.
"Yo me resist¨ªa y mis padres me dec¨ªan que me matar¨ªan, que me quemar¨ªan o que me cortar¨ªan el cuello", declar¨® ella en 2009, ante la Audiencia Provincial, mediante una videoconferencia. Aquella noche, su padre no estaba en la vivienda familiar y por eso su condena fue menor.
La sentencia indign¨® a toda Mauritania. Imanes, incluido el de la Gran Mezquita de Nuakchot, y pol¨ªticos pidieron "comprensi¨®n" a Espa?a. Aunque reiteraba su respeto por la justicia espa?ola, el embajador mauritano en Madrid, Sidi Mohamed Ould Boubcar, insist¨ªa: "Hay que tener en cuenta las especificidades culturales y religiosas de un pa¨ªs como el nuestro".
Los parientes en Mauritania de los condenados en Espa?a fueron m¨¢s contundentes. "Si no se acaba con la injusticia cometida no podremos impedir que mauritanos descontentos reaccionen con violencia contra la comunidad espa?ola aqu¨ª", advirti¨®, seg¨²n la agencia Efe, Sidi Brahim Sidat, portavoz de los familiares congregados durante d¨ªas ante la iglesia de la capital.
La tensi¨®n, ahora, ha deca¨ªdo. La ministra de Asuntos Exteriores de Mauritania, Naha Mint Hamdi Ould Mouknass, intervino el 4 de julio ante el Parlamento para anunciar que "el Gobierno espa?ol ha aceptado trasladar a esta familia" a Nuakchot.
Su alocuci¨®n fue algo ambigua. Por un lado se?al¨® que la familia fue condenada "porque hizo algo castigado por las leyes de ese pa¨ªs" y, por otro, denunci¨® la "islamofobia que recorre Europa so pretexto de defender los principios de la laicidad y de la libertad (...)". La solicitud de traslado se curs¨® a finales de abril y se prev¨¦ que est¨¦ concluida antes de que finalice el verano. Hawa, la madre, y Mokhtar, el empresario pretendiente, deber¨ªan continuar cumpliendo su pena en Nuakchot.
Es probable, seg¨²n fuentes cercanas a la familia, que el padre y los dos hijos menores se instalen entonces tambi¨¦n en Mauritania. La hija agredida, sin embargo, seguir¨¢ en Puerto Real con la familia Mac¨ªas que ya la tiene en acogida y ahora tramita su adopci¨®n.
La entrega por Espa?a de los dos reos se basa en el convenio, firmado en 2006 con Mauritania, sobre el traslado de personas condenadas. Es la primera vez que se aplica.
A algunos de los que est¨¢n tramitando el traslado les ha surgido la duda de hasta que punto las autoridades mauritanas se resistir¨¢n al clamor popular y no liberar¨¢n, alegando, por ejemplo, razones de salud, a los dos reos.
"El convenio se aplica para ser cumplido", replica Jos¨¦ ?lvarez, el abogado de la familia mauritana. "Si no se hiciera as¨ª se podr¨ªa denunciar", advierte.
Espa?a no ha solicitado, por su parte, a Mauritania el traslado de ning¨²n preso, pero s¨ª la excarcelaci¨®n de Tagui Ould Youssef, presunto terrorista pendiente de juicio y ex lugarteniente de Mokhtar Belmokhtar, el hombre que mantiene a dos rehenes espa?oles secuestrados en el norte de Mal¨ª desde hace m¨¢s de siete meses.
El ministro de Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, viaj¨® a Nuakchot el 6 de junio para ped¨ªrsela al presidente mauritano, el general Abdelaziz, pero no la consigui¨®.
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