La dorada l¨¢mpara de la migraci¨®n
Para muchos ciudadanos de Estados Unidos, la historia nacional comienza con el desembarco del Mayflower por los puritanos ingleses en 1620. No obstante, desde 1587 Walter Raleigh hab¨ªa fundado la colonia de Roanoke y en 1607 los ingleses se establecieron en Jamestown, Virginia. Cada pa¨ªs decide d¨®nde y cu¨¢ndo empieza su historia y la de lo que hoy es Estados Unidos de Am¨¦rica suele iniciarse con las primeras colonias inglesas.
Esto, a pesar de la presencia milenaria de los pueblos originales del continente: cheyenes, pies negros, chipewas, sioux, los iroquois, los navajos y los seminolas, para solo mencionar a unos cuantos. Y si hay una historia del norte anterior a los ingleses, hay otra posterior a ellos. La negritud africana, llegada en cadenas y las migraciones m¨¢s recientes de alemanes, escandinavos, italianos, irlandeses, polacos y rusos. Pasaron bajo la mirada de la Estatua de la Libertad en la Bah¨ªa de Nueva York, regalo de Francia, inaugurada en 1886 y famosa por su inscripci¨®n generosa: "Vengan las masas que ans¨ªan la libertad... Vengan los que no tienen techo... Levanto mi l¨¢mpara en esta dorada puerta". Por la puerta del Pac¨ªfico llegaron tambi¨¦n los migrantes asi¨¢ticos. Todos han construido Estados Unidos.
El mestizaje provoca reacciones febriles como las de Arizona. De ah¨ª la importancia del discurso de Obama
El poder 'WASP' teme lo inevitable: que EE UU sea un pa¨ªs mestizo
Pero hay otra historia de Norteam¨¦rica y la protagonizan los hispanoparlantes. Muchos entre ellos viven en Norteam¨¦rica desde la ¨¦poca colonial, como lo indican los nombres de Albuquerque, San Francisco, Los ?ngeles. Otros fueron ciudadanos de la rep¨²blica mexicana hasta 1837- 1848. Otros m¨¢s llegaron m¨¢s tarde al territorio de Estados Unidos. Son los trabajadores migratorios, la inmensa mayor¨ªa de origen mexicano.
De tarde en tarde, la presencia del trabajador migratorio es objeto de denuncia y persecuci¨®n. En 1994, el gobernador de California, Pete Wilson, se luci¨® con la Proposici¨®n 187 neg¨¢ndole al trabajador indocumentado servicios m¨¦dicos, educaci¨®n y trabajo. Cl¨¢sico bumer¨¢n: el trabajador mexicano en California paga 30.000 millones de d¨®lares m¨¢s en impuestos de lo que recibe en servicios. Las tres cuartas partes de la riqueza agr¨ªcola del Estado es cosechada por migrantes y California es el tercer Estado agr¨ªcola del pa¨ªs.
El gobernador Gray Davis, sucesor de Wilson, admiti¨® que sin el trabajo mexicano habr¨ªa escasez, inflaci¨®n y precios altos en Estados Unidos.. Ello no bast¨® para que, una y otra vez, se propusiesen medidas discriminatorias y de fuerza. Notablemente, la iniciativa de ley Sensenbrenner de 2005 criminaliza la migraci¨®n indocumentada, autoriza a la fuerza local para imponer la legislaci¨®n antimigratoria y ordena la construcci¨®n de una cerca fronteriza de 700 millas.En oposici¨®n a la ley Sensenbrenner, los senadores Edward Kennedy, dem¨®crata de Massachusetts, y John McCain, republicano de Arizona, ofrecieron la mejor iniciativa hasta ese momento (2005). Seguridad fronteriza y cumplimiento de las leyes migratorias. Eliminar los retrasos en el plan de reunificaci¨®n familiar. Un nuevo programa de visas. Tres a?os iniciales de trabajo seguidos de libre circulaci¨®n fronteriza, reuni¨®n de familias y al cabo, residencia permanente. La iniciativa Kennedy-McCain no menciona la cerca fronteriza.
Me detengo en la iniciativa Kennedy-McCain porque, hasta la fecha, ha sido la mejor. Muchas cosas han cambiado desde entonces. Muri¨® el senador Kennedy, valiente y constante defensor tanto de la ley como de los derechos del trabajador. El senador McCain fue candidato derrotado a la presidencia de la rep¨²blica en 2008. En vez de recurrir al elector independiente que hab¨ªa sido su base pol¨ªtica, se fue a la conquista de la extrema derecha escogiendo a Sarah Palin, la salvaje gobernadora de Alaska, como cocandidato. McCain ya no regres¨® de la tierra de nadie. Su lastimosa campa?a en Arizona ha consistido en renegar del proyecto elaborado con Kennedy y asociarse al movimiento antimigratorio.
Es precisamente en Arizona donde la m¨¢s reciente campa?a antimigratoria se ha manifestado con caracteres racistas extremos. La ley autoriza a la polic¨ªa a detener a individuos por simple sospecha o apariencia f¨ªsica. Criminaliza el ofrecimiento de transporte a inmigrantes "ilegales" (?c¨®mo saberlo?) y a trabajadores indocumentados, que suman medio mill¨®n de personas. Las autoridades pol¨ªticas y policiales de Arizona se han abocado, con sa?a, a aplicar medidas contra los migrantes.
O sea: se repite el caso de la California del gobernador Wilson y de ¨¦l se derivan dos lecciones. La primera es que la elite de raza blanca y WASP (blancos anglosajones protestantes) se siente obligada a manifestarse con intolerancia y con miedo. Todo indica que en los pr¨®ximos 40 a?os, Estados Unidos dejar¨¢ de ser una naci¨®n WASP para ser, como la mayor¨ªa de las naciones, un pa¨ªs mestizo. El advenimiento del mestizaje como norma y no excepci¨®n, no excluye a Estados Unidos, y ello provoca reacciones tan febriles como las de Arizona.
La segunda es que la legislaci¨®n en materia migratoria es de competencia federal. O sea, que los Estados de la Uni¨®n legislan en esta materia de manera solapada, en ausencia de normas federales y usurpando facultades.
De all¨ª la importancia del mensaje del presidente Barack Obama hace unos d¨ªas, recordando que "los inmigrantes han ayudado siempre a construir y defender" Estados Unidos. "Ser americano", a?adi¨® el presidente, "no es asunto de sangre o de nacimiento; es asunto de fidelidad compartida a las ideas y a los valores" de la naci¨®n norteamericana.
A partir de esta exacta y tajante valoraci¨®n, Obama abre el camino para la legalizaci¨®n de los trabajadores migratorios, respetando sus derechos humanos y favoreciendo la prosperidad de Estados Unidos. La presencia de los ilegales, a?adi¨® el presidente, es imprescindible y deportarlos no es posible. Descendencia, puestos de trabajo, integraci¨®n social, pago de impuestos... Todo ello los arraiga. Lo que se requiere es una nueva ley: reglas para la legalizaci¨®n, aceptaci¨®n de una fuerza de trabajo m¨¢s joven, mejor adaptaci¨®n de Estados Unidos al fen¨®meno globalizador y ventajas para la econom¨ªa.
Estados Unidos, explic¨® Obama, "tiene derecho a imponer sus propias leyes de residencia y ciudadan¨ªa". La migraci¨®n ilegal tiene obligaci¨®n de regularizarse. La migraci¨®n, al mismo tiempo, favorece la inserci¨®n de Estados Unidos en una nueva econom¨ªa internacional que al globalizar al trabajo, acabar¨¢ por eliminar las barreras al trabajo.
En la econom¨ªa global, a?ado, circulan libremente los valores y las cosas, pero no los trabajadores. La iniciativa de Obama es un paso importante en la direcci¨®n de incorporar el trabajo a la globalidad.
Carlos Fuentes es escritor mexicano.
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