?frica retrata Madrid
El fot¨®grafo nigeriano Emeka Okereke 'explora' la ciudad durante siete d¨ªas en el marco del proyecto 'Africa.es'
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Siete d¨ªas para retratar Madrid. Emeka Okereke (Lagos, 1980), fot¨®grafo nigeriano, estuvo toda la pasada semana paseando por la ciudad cargado con su c¨¢mara de medio formato, de las de antes, pesada, voluminosa y anal¨®gica. Los resultados del paseo ser¨¢n parte de Africa.es.
El proyecto, organizado por la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo, AECID, culminar¨¢ en febrero con una muestra itinerante que partir¨¢ de Madrid. La exposici¨®n se completar¨¢ con otras seis miradas de fot¨®grafos africanos sobre otras seis ciudades espa?olas: Barcelona, Valencia, Sevilla, Las Palmas, Valladolid y Bilbao.
La Gran V¨ªa ha sido el epicentro de las excursiones de Okereke por Madrid. "Me fascina la majestuosidad de esta calle. La manera en que los edificios preservan su esencia", dice alzando la vista ante uno de los hoteles de la avenida. Y, a pie de calle, tambi¨¦n encuentra sugerentes los letreros de las rebajas, porque "a veces un texto puede llegar a convertirse en una imagen".
La Gran V¨ªa se ha convertido en el epicentro de este trabajo
Reniega del arte militante aunque se reconoce producto de la inmigraci¨®n
Como un experimento freudiano, Okereke ha buscado en este proyecto liberar su mirada del control de la raz¨®n, dejar fluir su subconsciente para conectar abruptamente con im¨¢genes que le impacten o que le evoquen algo familiar. Por ejemplo, la de un hombre negro con las mejillas coloreadas de rojo y gualda que, con una imponente bandera de Espa?a en la mano mira absorto un televisor. En su primera visita a Espa?a ha asistido a la cat¨¢rtica celebraci¨®n de la victoria futbolera en la Copa del Mundo, pero lo que verdaderamente le sorprende del asunto es que apenas una semana despu¨¦s ya no haya banderas en los balcones y la fiesta ya se haya apagado. "En mi pa¨ªs, habr¨ªamos estado una semana entera celebr¨¢ndolo".
Okereke reivindica su condici¨®n de artista en contraposici¨®n a la del soci¨®logo, el mero mir¨®n o el turista que aprieta compulsivamente el bot¨®n de su utilitaria c¨¢mara de fotos. En 2006 se mud¨® de Lagos a Par¨ªs, donde estudi¨® en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Recuerda la impresi¨®n que le caus¨® el metro parisiense: "Es como otra ciudad debajo de la ciudad". En Madrid, la vida del suburbano no le ha cultivado tanto. Su mirada autom¨¢tica se ha focalizado esta vez en estampas m¨¢s bien costumbristas: la escultura de bronce del barrendero madrile?o, en la plaza Jacinto Benavente, con el sol escondi¨¦ndose detr¨¢s de la calle Atocha, o la instant¨¢nea de dos ancianos sentados al fresco en un banco del paseo de Recoletos.
La intenci¨®n del proyecto organizado por AECID, con la colaboraci¨®n de Casa ?frica, no es hacer foto reportajes descriptivos de las ciudades, sino convertirlas en un elemento m¨¢s del lenguaje est¨¦tico de cada artista.
Este fot¨®grafo se confiesa devoto de Cartier-Bresson y Robert Doisneau. "Las escenas de gente entrando y saliendo apresuradas del metro de Sol bien podr¨ªan compararse con el ambiente captado en El beso en la Plaza del H?tel de Ville, de Doisneau", dice. El movimiento fren¨¦tico de los ¨¢vidos compradores en las rebajas madrile?as tambi¨¦n le los maestros franceses.
Okereke se considera un producto de la inmigraci¨®n. Sin embargo reniega del arte contestario. "Yo quiero mirar hacia adelante. Ya hay muchos negros que han trabajado y trabajan en eso". No es un militante, entiende que "el racismo es simplemente una muestra de suma ignorancia", pero su discurso est¨¦tico s¨ª gusta de explorar el conflicto, dejando entrever un curioso refinamiento dial¨¦ctico: "El conflicto no siempre tiene por qu¨¦ ser algo destructivo. En ¨¦l encuentras belleza".
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