Pi¨¦rdase, rel¨¢jese, du¨¦rmase
Imagine otro mundo. El deseado. Mucho antes que usted lo hicieron otros y hasta crearon obras maestras de la literatura, v¨¦ase P¨ªo Baroja y sus obras de piratas ex¨®ticos... Diga: "Mi casa es mi castillo", como reza un proverbio brit¨¢nico. Y aparecer¨¢ el Amhuinnsuidhe Castle, en la isla de Harris, una fortaleza impresionante rodeada de lagos. Diga: casonas norteamericanas cl¨¢sicas. Y surgir¨¢ The Mabel Dodge Luhan, en Taos, construida en adobe por una neoyorquina y un miembro de la tribu pueblo. Lugar de peregrinaci¨®n de escritores, Aldous Huxley, Carl Jung, Georgia O'Keeffe...
Imagine estancias en trenes cuyos vagones son hoteles (The Old Railway Station, en West Sussex); en peque?as suites de dise?o (Marcel Wanders, en Ouderkerk aan de Amstel, a 15 minutos de ?msterdam), en casas de campo en la Provenza o la Dordogne francesa, que fueron anta?o vikingas y hoy irradian romanticismo; en faros reconvertidos en estancias (en Aquitania, Les Maisons Marines d'Huchet), en peque?os hoteles junto a lagos o en grandes y de cine (Hotel du Cap-Eden-Roc, en el Cap d'Antibes), donde se alojan las estrellas durante el Festival de Cannes. Existen.
Hay lugares en la Tierra cuyo nombre basta pronunciar para verlos. Diga Me-di-te-rr¨¢-neo. Desde lo m¨¢s arquitect¨®nico, como el hotel Le Corbusier en Marsella, hasta lo hist¨®rico, el castillo de Cassis, o lo privado, hermosas villas de la Riviera y la Provenza, que huelen a lavanda y sal marina. Y este mar menudo hasta tiene fin del mundo, all¨ª donde se levanta una casa, Stella Maris, en Punta Chiappa, en Camogli (se llega en barco desde G¨¦nova).
Diga ?-fri-ca y aparecer¨¢n rincones donde perderse. Mnemba Lodge, en un atol¨®n de Zanz¨ªbar. Se oye el roce de las hojas de los cocoteros, el ir y venir de las aguas azul turquesa en las playas de arena blanca... Existen lodges en este continente que son puertas para los safaris y campamentos construidos en claros del bosque. Y uno, en especial. "Si tiene la cabeza en las nubes, en este lugar podr¨¢ volver a la tierra", dicen de ¨¦l. Un refugio austero, pero suntuoso: el Sabi Sabi Earth Lodge en Skukuza (Sud¨¢frica). Troncos de ¨¢rboles empleados de forma creativa, suites minimalistas, paisaje mesetario repleto de animales. ?frica pura.
Si est¨¢ agotado, puede relajarse en monasterios, balnearios o termas. Valgan las de Mezzatorre, Ischia. Y si busca el equilibrio entre cuerpo, esp¨ªritu y mente, practique yoga. Excusa ideal para acomodarse en lugares bell¨ªsimos. Veamos.
- En un ashram en Rishikesh, la patria natal del yoga.
- Un establecimiento de lujo en But¨¢n.
- Un hotel de playa (el Amansala Bikini Boot Camp) en Tulum (M¨¦xico).
- Un valle: el de la Paz Eterna, en Turqu¨ªa
- Un establecimiento ecol¨®gico: Yogamagic, al norte de Goa (India).
- Conventos: Il Convento en la Toscana o Santa Maria del Sole en Abulia.
- Lo mejor est¨¢ en las monta?as: las de Galgiriyawa de Sri Lanka. All¨ª se alza el centro de ecoturismo Ulthopa, en la jungla, rodeado de siete colinas en las que ascetas y chamanes meditan en sus cuevas. O Ananda, que en s¨¢nscrito significa "felicidad", un palacio en medio de las nieblas del Himalaya. Abajo, en el valle, serpentea el Ganges. Arriba se vive como en tiempos de los maharaj¨¢s.
Existen establecimientos que son puro arte. Cada estancia, una obra de artista, como L'Atelier sul Mare en Castel di Tusa, en Messina (Sicilia). Podr¨¢ tambi¨¦n dormir a pierna suelta en el monasterio de Rocamador, en Extremadura, construido en el siglo XVI... O en esas cuevas donde los primeros cristianos esculpieron sus casas (en la aldea de U?hisar). O en las de Sextantio Le Grotte Della Civita, en Matera (a 65 kil¨®metros del aeropuerto de Bari). Y tambi¨¦n en hermosos riad y kasbah en Marruecos; palacios dignos de Cleopatra, en Luxor (Egipto), o mansiones de madera o caba?as en antiguos cafetales de Nairobi.
En esta Tierra nuestra hay paisajes polares como el de Los Notros en la Patagonia; desiertos como el de Atacama, en Chile (hotel Explora, a 2.400 metros de altura a orillas del pueblo San Pedro de Atacama); hasta hay valles, como el de Napa (California), que llaman "el valle de la buena vida".
Y sobre todo hay islas. Imagine: ocho bungal¨®s fundidos con el paisaje en la Pousada Maravilha, en Fernando de Noronha, un archipi¨¦lago frente a la costa norte de Brasil. Y si no le basta, diga: retiro absoluto. Y aparecer¨¢ el Faro Capo Spartivento. Elevado sobre el punto m¨¢s meridional de la isla de Cerde?a, el faro, del siglo XIX, es la ¨²nica edificaci¨®n (un hotel para solo 12 hu¨¦spedes) en el cabo. Azul cobalto del mar y rocas escarpadas definen este territorio, que P¨ªo Baroja incluir¨ªa, sin dudarlo, en su obra.
Datos de la serie 'Great escapes', de Taschen (Around the world II, Mediterranean, Italy) y del 'Great yoga retreats', editados por Angelika Taschen. www.taschen.com
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