Choque de egos
Me hago la misma pregunta que se hace ahora todo el mundo: ?Qu¨¦ es lo que ha pasado hoy entre Schleck y Contador? Decir que es buena pregunta ser¨ªa redundar; a m¨ª lo que me llama la atenci¨®n poderosamente es una cosa: nada m¨¢s cruzar la meta, todos los protagonistas han hablado y todos, absolutamente todos, estaban contentos de la situaci¨®n. O alguien miente, o hay algo que a m¨ª o a ellos se nos escapa.
Denis [Menchov] contento; el tiempo ganado a los dos de adelante no es significativo, pero acercarse a ellos siempre es positivo. Samuel [S¨¢nchez] tambi¨¦n; no perder tiempo con Denis es su objetivo y si, adem¨¢s, como efecto secundario consigue tambi¨¦n distanciar a los dos primeros mejor que mejor. Ninguno de los dos se perfila a¨²n como un candidato para la victoria, y ambos admiten que est¨¢n luchando por el tercer puesto, pero como los dos de adelante contin¨²en jugando a este peligroso juego, y teniendo en cuenta que adem¨¢s de monta?a queda la contrarreloj de Burdeos, a ver si vamos a tener sorpresa.
Se han equivocado ambos. Esto no es ning¨²n juego, es el Tour de Francia 2010
Eso no se hace. No se puede despreciar al resto de rivales de esa manera
Schleck tambi¨¦n contento, lo mismo que su equipo. Su interpretaci¨®n es que Alberto ha querido descolgarle y no ha podido; que Contador ha querido jugar con ¨¦l fingiendo debilidad en Pailh¨¨res, y que cuando al final ha atacado en la subida final, no ha conseguido distanciarle. Una batalla m¨¢s de la guerra psicol¨®gica, tan cruenta o m¨¢s que la f¨ªsica; una batalla que el luxemburgu¨¦s considera ganada ayer.
Contador considera que su m¨¢ximo rival ha perdido una oportunidad m¨¢s para aumentar su ventaja. Que si ¨¦l es el l¨ªder, tiene la obligaci¨®n moral de llevar la responsabilidad de la carrera, y que si Menchov y Samuel se van por delante, es a ¨¦l a qui¨¦n le toca perseguir, pues el tercero y el cuarto van a recortar ventaja sobre ellos dos. Cree que no tiene necesidad de recortarle tiempo a Schleck cuando a¨²n quedan etapas en las que puede hacerlo; y ya de paso, no se siente con la obligaci¨®n de controlar la carrera por no llevar el maillot amarillo. Estas son sus interpretaciones, todas subjetivas como no pod¨ªa ser de otra forma. Y el hecho es que en un momento dado de la subida Contador y Schleck se han comportado como ni?os, heridos ambos en el orgullo: no tiras t¨²... Pues yo tampoco. Ya... Pero t¨² eres el l¨ªder. S¨ª... Pero t¨² eres el favorito. Ya... Pero t¨² tienes que tratar de sacarme tiempo. S¨ª... Pero no te das cuenta de que los dos que van por delante te pueden quitar el segundo puesto. Toda esta conversaci¨®n sin ni siquiera abrir ninguno la boca, en un juego m¨ªmico de gestos y miradas.
Mi interpretaci¨®n, solo m¨ªa porque veo que aqu¨ª cada uno tiene una, y yo no voy a ser menos, es que ambos se han equivocado. Esto no es ning¨²n juego, es el Tour de Francia 2010. Y vosotros sois el primero y el segundo de la carrera, y est¨¢is obligados a luchar, va impl¨ªcito en el rol de vuestros personajes. Y no pod¨¦is despreciar al resto de rivales de esa manera porque igual termin¨¢is lament¨¢ndolo. Ni a ellos ni a los millones de espectadores que os est¨¢n viendo en ese momento, y a los miles que est¨¢n en la cuneta a vuestro paso. No, eso no se hace. Me da la sensaci¨®n de que lo que ha pasado ha sido un choque de egos. ?Por qu¨¦ ha tenido que tirar mi equipo hoy en Pailh¨¨res cuando el l¨ªder es otro?, se preguntar¨ªa Contador. ?Por qu¨¦ tengo yo que atacar cuando ¨¦l va por detr¨¢s en la clasificaci¨®n?, se dir¨ªa Schleck.
Y mi pregunta es, ?por qu¨¦ os hab¨¦is comportado como dos cr¨ªos cuando otras veces hab¨¦is dado motivos para pensar que no lo sois?
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