Un proceso a paso lento

Tras la ruptura de la ¨²ltima tregua de ETA, en junio de 2007, el ministro del Interior, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, decidi¨® activar la pol¨ªtica penitenciaria sobre los presos de la banda, paralizada desde la etapa de Antoni Asunci¨®n como director general de Instituciones Penitenciarias del t¨¢ndem formado por Jos¨¦ Luis Corcuera (Interior) y Enrique M¨²gica (Justicia) de principios de los a?os noventa.

Rubalcaba hab¨ªa observado que la ruptura de la tregua no solo fue traum¨¢tica para la izquierda abertzale sino tambi¨¦n para los presos de ETA, que no fueron tenidos en cuenta por la direcci¨®n de la banda durante el proceso ni sobre su decisi¨®n de ruptura. Al romperse la tregua, una mayor¨ªa de los alrededor de 850 presos de ETA -unos 700 en Espa?a y 150 en Francia- estaba distanciada de la direcci¨®n de la banda. Rubalcaba percibi¨® que las c¨¢rceles eran un punto estrat¨¦gico en la desactivaci¨®n de ETA en su fase terminal, acorralada policialmente, internacionalmente y cuestionada por la izquierda abertzale.

No hay que olvidar que una mayor¨ªa de ETA, entre ellos sus l¨ªderes hist¨®ricos, est¨¢ en prisi¨®n, y algunos de ellos, como M¨²gica Garmendia, hac¨ªa tiempo que hab¨ªan hecho p¨²blica por carta su disconformidad con la direcci¨®n de ETA. Hacia finales de 2008 Rubalcaba tom¨® la primera decisi¨®n al concentrar a varias decenas de presos de ETA, los que hab¨ªan expresado p¨²blicamente su disconformidad con la direcci¨®n de la banda, en las c¨¢rceles de Zuera (Zaragoza) y Villabona (Asturias).

Entre ellos hab¨ªa, incluso, presos que hab¨ªan expresado su desacuerdo en cartas p¨²blicas, como Jos¨¦ Luis Urrusolo o Carmen Gisasola, habiendo sido expulsados de la banda.

Durante este a?o y medio, varias decenas de presos han renunciado p¨²blicamente al terrorismo e incluso, como es el caso de Jos¨¦ Luis Urrusolo, han pedido perd¨®n p¨²blicamente a las v¨ªctimas del terrorismo. Esta desafecci¨®n p¨²blica ha sido premiada por Interior con beneficios penitenciarios, medidas que est¨¢n teniendo alg¨²n calado en presos veteranos y casi nulo entre los j¨®venes. En todo caso, marcan una divisi¨®n en el colectivo de presos que es beneficiosa para la lucha antiterrorista.

El principal problema que se ha presentado a esta v¨ªa, que avanza lentamente, ha sido la decisi¨®n de la izquierda abertzale de abrir un nuevo proceso pac¨ªfico y pol¨ªtico. Numerosos presos disconformes con la pol¨ªtica de ETA se han alineado con la propuesta de la izquierda abertzale a la espera de que un nuevo proceso les evite tener que afrontar un inc¨®modo rechazo individual de ETA. No obstante, un indicador del cambio es que los presos que salen a la calle por beneficios penitenciarios y renuncian al terrorismo no sufren el rechazo de otros tiempos de la izquierda abertzale.