Diplomacia com¨²n europea
Est¨¢ pasando desapercibido por los medios de comunicaci¨®n el nacimiento del Servicio Europeo de Acci¨®n Exterior (SEAE), uno de los m¨¢s importantes legados de la presidencia espa?ola del Consejo de la Uni¨®n Europea. Concretamente, a trav¨¦s del llamado Acuerdo de Madrid del pasado 21 de junio, se toma la decisi¨®n pol¨ªtica por parte de los representantes del Parlamento Europeo, de la Comisi¨®n, la Alta Representante, as¨ª como la presidencia de turno. Poco despu¨¦s, en el d¨ªa 8 de julio, el pleno del Parlamento Europeo ha aprobado ese acuerdo por 549 votos a favor, 78 en contra y 17 abstenciones. Y en los pr¨®ximos d¨ªas, el Consejo de Asuntos Generales aprobar¨¢ por unanimidad la decisi¨®n definitiva, que entrar¨¢ en vigor el 1 de diciembre de este a?o, un a?o despu¨¦s del Tratado de Lisboa.
El acuerdo para crear un Servicio Exterior de la UE ha sido uno de los logros de la presidencia espa?ola
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Con ello nace la diplomacia com¨²n, proyecto que surge con una resoluci¨®n parlamentaria del a?o 2000 y que despu¨¦s la Convenci¨®n Europea que redact¨® la Constituci¨®n Europea hizo suya.
La f¨®rmula de ese servicio se debat¨ªa entre dos extremos. Por una parte, una diplomacia europea ¨²nica que superara y sustituyera a la de los Estados miembros. Y, por la otra, mantener el sistema actual de reparto entre Comisi¨®n, Consejo y Estados miembros.
El modelo de Servicio Europeo de Acci¨®n Exterior, que se pone en marcha es el del Tratado de Lisboa y recoge en gran medida el acervo citado. Fusiona, por una parte, los servicios de acci¨®n exterior del Consejo y de la Comisi¨®n, e incorpora a los diplom¨¢ticos de los Estados miembros en comisi¨®n de servicios como agentes temporales. Estar¨¢ bajo la autoridad de la Alta Representante, el antiguo ministro seg¨²n la Constituci¨®n Europea.
El Parlamento Europeo, a trav¨¦s de sus propuestas y negociaciones a lo largo de estos seis ¨²ltimos meses, ha conseguido reforzar la identidad comunitaria de este Servicio y mejorar el control pol¨ªtico y presupuestario sobre el Servicio por parte de la Euroc¨¢mara. Al mismo tiempo, se ha conseguido que la Alta Representante fuera sustituida en sus alocuciones entre el Parlamento por los comisarios europeos o por el ministro de Asuntos Exteriores del pa¨ªs que asuma la presidencia. El Servicio Europeo de Acci¨®n Exterior engloba al conjunto de la acci¨®n exterior y, desde el 1 de enero de 2011, contar¨¢ con un total de 1.525 funcionarios. Se espera que en un plazo de cuatro a?os lleguen a los 4.000.
Esto hay que enmarcarlo en las transformaciones generales que el Tratado de Lisboa dispone en materia de acci¨®n exterior, tales como la dotaci¨®n de personalidad jur¨ªdica a la Uni¨®n Europea, la formulaci¨®n de una pol¨ªtica de responsabilidad, la creaci¨®n de una figura de la Alta Representante (ministra) que aglutina y sustituye en su persona al antiguo Alto Representante del Consejo, al comisario de Relaciones Exteriores y al ministro de Asuntos Exteriores del pa¨ªs que ejerce la presidencia de turno en su calidad de presidente del Consejo de Asuntos Exteriores. Tambi¨¦n se transforman las antiguas delegaciones de la Comisi¨®n en embajadas de la Uni¨®n.
Con esta aportaci¨®n del Tratado de Lisboa se resuelve la cuesti¨®n de la unidad en la formulaci¨®n de la pol¨ªtica exterior europea. Con la creaci¨®n del SEAE se intenta solucionar el problema de visibilidad, eficacia y coherencia de la ejecuci¨®n de la pol¨ªtica exterior, en la medida en que va a depender de la Alta Representante a trav¨¦s de este servicio el conjunto de la administraci¨®n dedicada a la acci¨®n exterior, tanto central como en las misiones en el exterior.
Posiblemente, la creaci¨®n del Servicio sea un paso decisivo en la configuraci¨®n de la Uni¨®n Europea como actor internacional.
Hasta ahora, se ha intentado en los ¨²ltimos 15 a?os desarrollar primero la pol¨ªtica exterior com¨²n y despu¨¦s su representaci¨®n exterior y ahora se invierten los papeles enlazando con la l¨®gica funcionalista tradicionales de los or¨ªgenes comunitarios. Con ello se racionaliza a su vez la representaci¨®n exterior de la Uni¨®n Europea en su conjunto y se conseguir¨¢n dos efectos. Primero, la mayor relevancia de las embajadas de la Uni¨®n frente a las de los Estados miembros. Y segundo, la reducci¨®n de las misiones diplom¨¢ticas de los Estados miembros en aquellos pa¨ªses en los cuales su presencia era muy limitada. Esta representaci¨®n podr¨¢ ahora ejercerse mejor a trav¨¦s de las misiones de la Uni¨®n.
El semestre de la presidencia espa?ola ha pasado, en gran medida, desapercibido por la crisis econ¨®mica y por las innovaciones que el Tratado de Lisboa produce en la presidencia rotatoria. Sin embargo, esta ha desarrollado una labor discreta e intensa a trav¨¦s de los diversos consejos sectoriales que han funcionado bien y del Consejo de Asuntos Generales como en este caso.
Esta decisi¨®n puede tener una gran relevancia en la din¨¢mica del conjunto de actuaciones de la pol¨ªtica exterior de la Uni¨®n Europea y puede ser el catalizador de la puesta en marcha del gobierno econ¨®mico exterior.
Francisco Aldecoa Luz¨¢rraga es catedr¨¢tico de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid.
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