Trabajo y maternidad

Hasta que me qued¨¦ embarazada, hace ahora siete meses, he formado parte de un programa del Ministerio de Educaci¨®n, llamado Secciones Biling¨¹es. Este programa, a trav¨¦s de un concurso de m¨¦ritos que tiene en cuenta formaci¨®n y experiencia laboral, adjudica por un periodo m¨¢ximo de, actualmente, seis a?os, plazas para trabajar como profesor de Ense?anza Secundaria en institutos de Europa del Este, Rusia y China.

Los que somos seleccionados, generalmente, estamos contentos con nuestra suerte. Con frecuencia, antes de ser enviados al extranjero venimos del paro, de trabajar en oficios que est¨¢n o bien poco relacionados con nuestra formaci¨®n, o relacionados con ella, pero con condiciones laborales m¨¢s duras o inestables.

Sin embargo, algunos de los profesores que hemos elegido la Rusia como destino, a pesar de reconocer las ventajas de las que podemos disfrutar gracias a este programa, hemos ido reivindicando derechos que consideramos merece todo trabajador: tener contrato laboral, tener visado de trabajo, tener seguro m¨¦dico, tener derecho a la cotizaci¨®n. Algunos ya han sido conseguidos, por otros se sigue rogando.

Personalmente, desde que he quedado fuera del programa a ra¨ªz de mi futura maternidad, a?adir¨ªa un derecho m¨¢s a la lista que he mencionado anteriormente: que el programa se adapte a una ¨¦poca en la que la mujer se ha incorporado hace ya tiempo al mercado laboral y que su condici¨®n biol¨®gica no sea motivo de p¨¦rdida del empleo.