Sospechoso estr¨¦s
Las bajas masivas de controladores coinciden con la aplicaci¨®n de sus nuevas condiciones laborales
Es poco cre¨ªble el repentino aluvi¨®n de bajas que est¨¢ registrando el colectivo de controladores a¨¦reos espa?oles. Los 2.300 profesionales del sector exhiben una larga historia de huelgas de celo, en demanda de sus privilegiadas condiciones y aprovechando la repercusi¨®n de sus acciones, como para otorgarles ahora la presunci¨®n de inocencia; m¨¢xime cuando tal avalancha de bajas, que triplican a las de hace solo cinco meses, coincide con un mayor tr¨¢fico a¨¦reo por el periodo estival y con la entrada en vigor del decreto ley (luego convertido en ley) que modific¨® sustancialmente sus privilegiadas condiciones laborales.
El sindicato mayoritario de los controladores (USCA) achaca el absentismo al agotamiento del personal, al estr¨¦s y la angustia que produce un trabajo tan intenso. Es una explicaci¨®n poco convincente, habida cuenta de que lo que imperaba en el sector antes del decreto ley era una prolongaci¨®n exagerada de la jornada laboral a base de horas extras muy generosamente pagadas. De modo que la soluci¨®n al agotamiento dif¨ªcilmente deber¨ªa ser una reducci¨®n de dicha jornada. Metidos en su propia trampa, la respuesta m¨¢s sencilla al desfallecimiento de los controladores espa?oles, cuyo trabajo es similar al del resto de los europeos, con sueldos inferiores, ser¨ªa dudar de su capacidad para asumir su carga de trabajo.
Apenas quedan dudas de que estamos ante una huelga encubierta e ilegal. De manera que hay que aplaudir la decisi¨®n del Ministerio de Fomento de preparar el desembarco de controladores militares para casos excepcionales; y lamentar las cr¨ªticas oportunistas del portavoz del PP, Gonz¨¢lez Pons, a la supuesta imprevisi¨®n gubernamental. Solo cabe reclamar de Fomento y de AENA que los cursos de adaptaci¨®n de los militares a la ordenaci¨®n del tr¨¢fico civil sean realizados con el m¨¢ximo rigor, de manera que se siga primando la seguridad ante todo.
Los controladores a¨¦reos han perdido todas las batallas en los ¨²ltimos meses, incluida la judicial. La Audiencia Nacional dio el visto bueno a la reducci¨®n de sus salarios (de 350.000 euros anuales de media) en un 40%. Eran sueldos abusivos para jornadas de trabajo insuficientes (1.200 horas anuales) que, por tanto, hab¨ªa que completar con horas extras, lo que engrosaba los emolumentos de algunos hasta los 700.000 euros anuales, unas cifras que hablan por s¨ª solas. Estos t¨¦cnicos pod¨ªan, adem¨¢s, acogerse a una baja voluntaria definitiva a los 52 a?os sin merma salarial.
El mejor camino para terminar con tales condiciones de privilegio y evitar nuevos conflictos es el emprendido por el Gobierno, que intenta introducir racionalidad y sensatez en el trabajo de un colectivo al que antes nadie os¨® plantar cara. Que la Seguridad Social y la Fiscal¨ªa investiguen a fondo las bajas es una buena noticia. Solo una verificaci¨®n minuciosa evitar¨¢ el abuso o el linchamiento indiscriminado de un colectivo tan amplio.
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