El ministro de Trabajo declarar¨¢ ante la polic¨ªa por el 'caso Bettencourt'
El ministro de Trabajo declarar¨¢ ante la polic¨ªa por el 'caso Bettencourt'
Todo en Francia gira en torno a un ministro cuestionado, reconvertido en malabarista en la cuerda floja que con una mano defiende una reforma clave para el Gobierno de Nicolas Sarkozy y con la otra su propia inocencia, la de su mujer, la de su partido y la de su carrera. ?Demasiados bolos en el aire? Se llama Eric Woerth, es ministro de Trabajo, y ayer presentaba, a puerta cerrada, ante la Asamblea Nacional, su proyecto para retrasar la jubilaci¨®n de los franceses, que se votar¨¢ en oto?o.
Al mismo tiempo, su mujer, Florence Woerth, declaraba en otra esquina de Par¨ªs ante los polic¨ªas de la Brigada Financiera de las acusaciones que la relacionan ¡ªa ella y a su marido¡ª con el caso Bettencourt. El mismo Woerth declarar¨¢ pr¨®ximamente a la polic¨ªa por el mismo asunto. Para ello, el Consejo de Ministros de Sarkozy autoriz¨® ayer que el titular de Trabajo, que goza de inmunidad por el cargo, pueda ser interrogado.
Florence Woerth trabaj¨® durante m¨¢s de dos a?os como asesora financiera de la mujer m¨¢s rica de Francia, Liliane Bettencourt, de 87 a?os y 17.000 millones de euros, enredada en una agria disputa familiar con su hija y de la que se han descubierto varias cuentas opacas en Suiza. Al matrimonio Woerth se le acusa, sobre todo, de dos cosas: ?presion¨® Eric Woerth en 2007, en su condici¨®n entonces de ministro de Presupuesto y Cuentas P¨²blicas, esto es, garante de la lucha antifraude, para que Bettencourt contratara a su mujer? A juzgar por las conversaciones grabadas subrepticiamente por un mayordomo de los Bettencourt, s¨ª. Al menos eso es lo que afirma en esas grabaciones el gestor de la fortuna de la millonaria, Patrice de Maistre. Posteriormente, De Maistre, frente a la polic¨ªa, a?adi¨® que el ministro le rog¨® que conociera a su mujer. El sueldo no era desde?able: m¨¢s de 12.000 euros al mes, coche y 50.000 euros de paga extra anual.
La segunda cuesti¨®n: ?conoc¨ªa Woerth la existencia de cuentas opacas en Suiza?, ?lo sab¨ªa su mujer?, ?la contrat¨®, en suma, De Maistre, para reservarse el mejor aliado fiscal posible?
Tras negarlo todo, la mujer de Woerth dimiti¨® hace m¨¢s de tres semanas para no salpicar m¨¢s a su marido en un intento (in¨²til) de que la marea bajase. El ministro ha insistido en que ¨¦l jam¨¢s ha influido en la carrera de su mujer. Ayer lo hizo otra vez para despu¨¦s asegurar que se siente "satisfecho" de poder declarar sobre todas esas cuestiones ante los sabuesos de la Brigada Financiera. Deber¨¢ explicar, adem¨¢s, si es causalidad o no el hecho de que meses despu¨¦s de que su mujer fuera contratada, en 2008, De Maistre recibiera, de manos de Woerth, la Legi¨®n de Honor, una conocida e importante distinci¨®n en Francia.
Tras declarar durante cinco horas, la mujer de Woerth dej¨® ayer, sin ser acusada de nada, las dependencias de la Brigada Financiera, que ahora aguarda al marido. Este no solo debe atender este frente: la ex contable de Bettencourt, Claire Thibout, asegura que De Maestre le pidi¨®, en enero de 2007, que le procurara 150.000 euros en efectivo para entreg¨¢rselos a Woerth a fin de ayudar a la financiaci¨®n de la campa?a de Nicolas Sarkozy. Woerth era entonces ¡ªy seguir¨¢ siendo hasta la semana que viene, en que piensa dimitir¡ª tesorero de la UMP, el partido de Sarkozy. La contable se ha ratificado hace d¨ªas en esta acusaci¨®n y explica que la mansi¨®n de los Bettencourt, desde hac¨ªa a?os, era destino de muchos pol¨ªticos de la derecha que acud¨ªan all¨ª en busca de sobres con dinero para sus campa?as electorales. La contable ofrece detalles jugosos pero no aporta pruebas: "Liliane Bettencourt dejaba escapar a veces cositas sobre los destinatarios de los sobres. Andr¨¦ Bettencourt [marido de Liliane, fallecido en 2007] era m¨¢s discreto. Yo saqu¨¦ mis conclusiones al comprobar cu¨¢ndo me ped¨ªan sobres con dinero y cuando ven¨ªan a casa pol¨ªticos en plena campa?a".
El ministro de Trabajo ya desminti¨®, en una entrevista en la televisi¨®n, haber recibido "un euro" ilegal para su partido. Pero la ratificaci¨®n de la contable vuelve a transformar la acusaci¨®n en otro bolo m¨¢s en el aire para el malabarista Woerth.
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