Un ata¨²d en la oficina
Siempre hay alguien detr¨¢s de la cat¨¢strofe. Si se quema el hotel Ritz, es que el sistema de seguridad no ha funcionado, o los inspectores no han hecho bien su trabajo, o las alarmas no han cumplido su cometido, o ninguna c¨¢mara vigilaba las cocinas, que suelen ser las habitaciones donde el fuego conspira contra los habitantes de la casa. Si cae una atracci¨®n en el Tibidabo y muere una ni?a de 15 a?os, alguien no revis¨® como deb¨ªa el mecanismo. Si los arrogantes controladores a¨¦reos vuelven a chantajear otra vez al pa¨ªs entero, d¨¢ndose de baja por enfermedad hasta que les paguen otro euro, ser¨¢ porque alg¨²n m¨¦dico con el sentido deontol¨®gico de un prestamista les ha dado esa baja. Y as¨ª todo: hay periodistas que pueden decir aut¨¦nticos disparates cada d¨ªa en un peri¨®dico o una radio, porque alguien se los publica o les pone un micr¨®fono en la mano.
Entre enero y abril han muerto en Espa?a 241 trabajadores en accidentes laborales
Hay pol¨ªticos que esp¨ªan a otros pol¨ªticos porque sus jefas se lo ordenan. Y por desgracia, hay obreros que mueren o sufren accidentes terribles porque las empresas que los contratan no cumplen con su obligaci¨®n primera, que es tomar las medidas que garanticen que uno no vaya a salir del trabajo dentro de un ata¨²d o, en el mejor de los casos, en ambulancia.
"Es que est¨¢n completamente desprotegidos, y m¨¢s en esta ¨¦poca, en la que se pone a trabajar a cualquiera en cualquier puesto, tanto si est¨¢ cualificado para ¨¦l como si no, porque hay que atender a los turistas y cubrir los puestos de los compa?eros que est¨¢n de vacaciones", dice Juan Urbano, que me ha tra¨ªdo a la cafeter¨ªa donde desayunamos los recortes del diario que reflejan que en los ¨²ltimos d¨ªas han muerto un hombre de 62 a?os, arrollado por el tractor que utilizaba para las faenas del campo, en Ja¨¦n; y otro de 35, al caer del tejado del centro comercial Carrefour de And¨²jar.
El lunes, una trabajadora rumana perdi¨® la mano en un torno mec¨¢nico de una f¨¢brica de Paracuellos del Jarama. Y el martes, una mujer de 47 a?os sufri¨® una lesi¨®n muy grave en su brazo derecho, al quedar atrapada entre los rodillos de una m¨¢quina de la panificadora donde prestaba sus servicios, en Algete, y es muy probable que no lo recupere, puesto que seg¨²n el parte m¨¦dico que han dado en La Paz, la extremidad se encontraba "en estado catastr¨®fico".
La frialdad de las cifras explica el infierno, y en Espa?a, de enero a abril, han muerto 241 trabajadores en accidentes laborales. Y en lo que respecta a las heridas graves se sigue, m¨¢s o menos, en el mismo lugar en el que est¨¢bamos el a?o pasado, cuando la media fue de 18 percances al d¨ªa, as¨ª que pasaremos de los dos mil dramas, todos ellos tan estremecedores como el de las dos mujeres que fueron atrapadas por las m¨¢quinas que manejaban en Algete y en Paracuellos del Jarama.
Y siempre hay alguien detr¨¢s, un paso m¨¢s all¨¢ de las llamas del hotel Ritz, y de la enfermedad de los controladores, y de los parques de atracciones convertidos en cementerios; y, naturalmente, de los accidentes laborales. Y a esos es a los que hay que ir a pedir las explicaciones.
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