'No me gusta especialmente mucho la persona que es Phil Collins'
?Un tipo sencillo? ?Un talante infantil y paternal? Eso y mucho m¨¢s. Phil Collins ha sido considerado el mejor bater¨ªa de la historia de la m¨²sica pop y ha despachado unos 150 millones de discos, tantos como los que vendi¨® su m¨ªtico grupo, Genesis, creado a finales de los sesenta.
Ahora, el 14 de septiembre, vuelve a sacar disco, aunque hace ya siete a?os que abandon¨® la idea de meterse en giras. La raz¨®n, expresada una y otra vez, es el deseo de estar cerca de sus hijos peque?os, en Ginebra, donde residen. Comparado en los rankings con la importancia de Madonna, Elton John o Pink Floyd, sus numerosos galardones incluyen siete Premios Grammy, dos Globos de Oro y un Oscar por el tema de la banda sonora de Tarz¨¢n para Disney.
"Me estoy haciendo viejo solo. Siento que estoy al final de una p¨¢gina"
"Tuve que atarme la baqueta a la mano. No puedo ni cortar pan"
"No s¨¦ por qu¨¦ mi tercer matrimonio tambi¨¦n sali¨® mal. La vida es rara"
En su nuevo ¨¢lbum, Going back, el primero de estudio desde 2004, presenta versiones de cl¨¢sicos del soul. Con una secreta particularidad: una afecci¨®n en los nervios de una mano le oblig¨® a percutir con las baquetas atadas con celo a sus brazos. Desde el a?o 2000, tampoco uno de sus o¨ªdos se comporta del todo bien. Pero el vitalismo de Phil y su natural resistencia a las contrariedades le han vuelto a poner en movimiento. Casado tres veces (una en 1975 con una canadiense con la que tuvo un hijo, m¨¢s el que adopt¨® de ella; otra en 1984 con una brit¨¢nica con la que tuvo una hija, y otra m¨¢s, en 1999, con la suiza Orianne con la que comparte dos hijos m¨¢s), su vida da la sensaci¨®n de una turbulencia que solo se advierte matizadamente bajo la madura afabilidad con la que, a sus 59 a?os, se comporta. No significa esto que carezca de rarezas: sus dos grandes aficiones son los trenes el¨¦ctricos de juguete y coleccionar piezas de la batalla de El ?lamo. Esto ¨²ltimo desde que de ni?o vio, en televisi¨®n, una serie de Disney sobre Davy Crockett.
Aunque pag¨® por los divorcios un total de 42 millones de d¨®lares a su segunda y tercera esposa, se le calcula una fortuna de unos 100 millones de d¨®lares. ?Y en qu¨¦ se le nota esta fortuna? Pr¨¢cticamente en nada. Viste como un veterano marinero y se mueve con la modestia de un colega an¨®nimo y semiarruinado. "Desear¨ªa ser tan rico para vivir con la libertad de un pobre", dice la sentencia. M¨¢s o menos lo que, a estas alturas, ha logrado la persona de Phil Collins. No el personaje: "Estoy harto de ser Phil Collins", repite y repite.
?Cu¨¢l es la raz¨®n de que vuelva a grabar un disco despu¨¦s de seis a?os de silencio?
La verdad es que no ten¨ªa intenci¨®n de grabar otro disco, ni tampoco sent¨ªa ganas de volver a subirme a un escenario. Pero tengo un representante que parece que siempre quiere que trabaje. Y, para que picara el gusanillo, me dijo: "?Por qu¨¦ no haces un disco de versiones? Siempre te ha gustado cantar canciones de otra gente...". En fin, en realidad, yo creo que siempre hab¨ªa deseado hacer este disco. En los ochenta hice You can't hurry love, que era una canci¨®n de Motown, porque me encanta Motown. Yo me cri¨¦ con Motown, el ritmo era Motown. As¨ª que para m¨ª era una oportunidad muy bonita cantar estas canciones que sol¨ªa escuchar en mi adolescencia. Por tanto, el disco contiene mis canciones favoritas; las he grabado y mezclado de tal forma que son fieles a las originales, es decir, que suenan como si fueran de los a?os sesenta. Y esto ha sido muy divertido, porque ahora, con la tecnolog¨ªa que hay, es muy dif¨ªcil hacer cosas que no suenen perfectas. Mi t¨¦cnico de sonido es adem¨¢s magn¨ªfico y est¨¢ acostumbrado a hacer discos contempor¨¢neos. Pero le dije: Mira, no quiero hacer un disco contempor¨¢neo, quiero hacer uno antiguo, uno que haga ras y rac como cuando pon¨ªas la aguja del tocadiscos. Nos propusimos ese reto y terminamos 29 canciones. De ellas, 18 est¨¢n en el disco; las otras 11 saldr¨¢n en alg¨²n otro momento, quiz¨¢ en una edici¨®n especial. Ha sido, de verdad, uno de los discos m¨¢s divertidos que he hecho.
?No ha compuesto nada nuevo en todo este tiempo?
No. Hace poco volv¨ª a bajar al estudio a escuchar algunas cosillas que escrib¨ª hace unos a?os. Anteayer, de hecho, fui y escuch¨¦ algunas cosillas. Pero esas canciones que escrib¨ª son muy tristes porque las compuse justo despu¨¦s de un divorcio. A m¨ª me resultan muy conmovedoras, pero no estoy seguro de querer que las escuche la gente. Hace poco he dicho que, aunque he dejado ya de ser Phil Collins, siempre escribir¨¦ m¨²sica, pero puede que esa m¨²sica sea solo para m¨ª.
?Y eso por qu¨¦?
Porque al sacar un disco dices: Hola, aqu¨ª estoy yo. Tengo un disco. Hablad conmigo. A continuaci¨®n, voy a dar algunos conciertos. Pero yo ya no sent¨ªa esa necesidad. Y una de las razones es que no me apetece nada alejarme de mis hijos.
?Cu¨¢ntos hijos tiene?
Cinco. Dos son peque?os, de cinco y nueve a?os.
?Y el resto?
Tienen 21, 33 y 37. Los de 37 y 33 son de mi primer matrimonio. El de 21, de mi segundo matrimonio. Y los de 5 y 9, del tercero. Yo soy una de esas raras excepciones que se llevan bien con sus tres ex mujeres. Con las tres tengo una relaci¨®n muy buena... Lo que le estaba diciendo, que a estas alturas ya no siento la necesidad de que la gente acepte lo que hago. Cuando sacas a la venta un disco, esperas que a la gente le guste. Una parte de ti teme que no guste. Pero, si le soy sincero, hay otra parte de m¨ª a la que ya no le importa en absoluto, porque esa m¨²sica es, ahora, a fin de cuentas, para m¨ª. Escribo m¨²sica para m¨ª, y si yo soy el ¨²nico que la escucha, o la escuchan mis hijos o los amigos m¨¢s cercanos, con eso me basta. Es igual que el hecho de pintar un cuadro. Pintar un cuadro es m¨¢s importante que venderlo.
Pero, para un artista, es muy ingrata la creaci¨®n si no se comunica.
Bueno, yo tengo mucha suerte de haber ganado mucho dinero porque la gente ha comprado y le han gustado mis creaciones. Pero ahora tengo 59 a?os, tengo dos hijos peque?os que me necesitan y yo los necesito a ellos. ?Qu¨¦ sentido tiene ser aceptado o aclamado? Yo no lo necesito.
No es lo normal.
No, no es normal. Si eres escritor, si escribes libros, cuando terminas un libro y est¨¢s muy orgulloso de lo que has hecho, quieres que otras personas lo disfruten. Es muy dif¨ªcil para un artista no ver que a la gente le gusta lo que haces. Creo que si escribiera canciones, se las ense?ar¨ªa a mis amigos para que me dieran su opini¨®n, pero ya no quiero meterme en ese torbellino del que a veces te caes, a veces est¨¢s arriba, a veces te rebajan, te hacen da?o... Llevo toda la vida haciendo esto y, la verdad, no veo por qu¨¦ tendr¨ªa que seguir haci¨¦ndolo hasta el final.
?Quiere decir que se ha hartado del p¨²blico?
?Del p¨²blico? No. Al p¨²blico se lo debo todo. Le debo el hecho de no tener por qu¨¦ sacar a la venta un nuevo disco. No es cuesti¨®n del p¨²blico. Es que si ahora hiciera cosas para el p¨²blico estar¨ªa sacrificando una parte de m¨ª, porque entonces no estar¨ªa con mis hijos. Si le tuviera que dar al p¨²blico lo que quiere, estar¨ªa d¨¢ndoles la espalda a mis hijos, porque, en primer lugar, me ir¨ªa de gira y ellos preguntar¨ªan: ?d¨®nde est¨¢ pap¨¢? Y les contestar¨ªan: Est¨¢ en Jap¨®n, de gira. O en Estados Unidos. Sinti¨¦ndolo mucho, a m¨ª eso ya no me compensa.
Ha mencionado la pintura. ?Pinta usted?
S¨ª. Pinto acuarelas. No s¨¦ pintar al ¨®leo. Me encanta el agua. Y parece que la mayor¨ªa de mis cuadros gustan a la gente. No son incre¨ªbles, pero tengo algunos enmarcados porque me parecen bonitos. Pero, sobre todo, me encanta el agua, y parece que mi abuela sol¨ªa pintar los botes en los que naveg¨¢bamos. De hecho, mi familia pasaba mucho tiempo en el r¨ªo. As¨ª que el agua y las barcas siempre han estado en nuestra familia, y yo he terminado pintando agua, barcas, islas, lagos, peque?os pueblos... Resulta curioso que mi abuela hiciera lo mismo, y con acuarelas. Me encanta pintar. ?ltimamente no he pintado tanto porque tengo problemillas con las manos, pero me encanta pintar.
?Qu¨¦ le pasa en las manos?
Hace dos o tres a?os, el grupo Genesis se volvi¨® a juntar para ir de gira, y estuvimos cuatro semanas en Europa y cuatro en Estados Unidos. Y en la segunda mitad de nuestra gira en Estados Unidos ya no sent¨ªa los dedos, las v¨¦rtebras me estaban oprimiendo la m¨¦dula espinal; quiz¨¢ se deba a haber estado tantos a?os tocando la bater¨ªa con una mala postura. Aunque la verdad es que, cuando tocaba, no me dol¨ªa nada. Recuerdo que el d¨ªa que toqu¨¦ con mi hijo mayor, que hizo tambi¨¦n un disco, me doli¨® mucho el brazo por la noche. Lo que pas¨® fue que ese d¨ªa, por el estr¨¦s o por la tensi¨®n, se pinz¨® un nervio y no se recuper¨® ya nunca. Creo que ya est¨¢ arreglado con varias operaciones que me han hecho [me muestra tres cicatrices, una en la mano, otra en el antebrazo y otra en el cuello], pero hasta dentro de un a?o no lo sabr¨¦ con certeza, porque el nervio tarda un tiempo largo en regenerarse. En este nuevo ¨¢lbum toco la bater¨ªa, pero para grabarlo me tuve que atar la baqueta a la mano con celo. Lo peor es que no puedo ni cortar el pan. Bueno, poder, puedo hacerlo, pero tardo much¨ªsimo. No puedo usar la mano y encima soy zurdo. Pero no pasa nada. Es como cuando dej¨¦ de o¨ªr por este o¨ªdo.
?C¨®mo est¨¢ ese o¨ªdo?
Est¨¢ igual. Mi cerebro se est¨¢ adaptando. Mi cerebro quiere hacerme pensar que est¨¢ bien para que pueda valerme de ¨¦l.
Pero ?est¨¢ mejor?
No. No est¨¢ mejor, est¨¢ igual. Pero el cerebro est¨¢ compens¨¢ndolo. Si me pongo el tel¨¦fono en esa oreja, lo ¨²nico que oigo es ric, roc, rec, pero eso es solo para recordarme que no ha mejorado. Ni ha empeorado. Est¨¢ igual que hace 10 a?os, cuando tuve ese problema. El caso es que no me impide cantar ni tocar. Todo esto me lo tomo, claro est¨¢, con filosof¨ªa. Me lo he pasado muy bien haciendo lo que he hecho. Y he pensado: Vale, d¨¦jalo ya, chaval. Piensa en otra cosa. As¨ª que hago otras cosas.
?Otras cosas? ?D¨®nde vive usted?
Vivo pasado el lago. ?Sabe d¨®nde est¨¢ Lausana? Pues est¨¢ justo antes. Tengo una vista fant¨¢stica del lago Le Mans. Es una casa peque?a en las monta?as, pero a mis hijos les encanta. Ellos dicen: "?Pap¨¢?". Y yo respondo: "?S¨ª?". Si fuera una casa grande, dir¨ªan: "?Pap¨¢? ?Pap¨¢? ?Pap¨¢?", con eco. As¨ª que prefiero las casas m¨¢s peque?as, m¨¢s acogedoras. Ah¨ª vivo el 95% del a?o. Tengo adem¨¢s un piso en Nueva York que me encanta, pero la verdad es que no voy a Nueva York muy a menudo. Sol¨ªa ir mucho, pero ahora no.
?Y a su pa¨ªs, al Reino Unido?
Solo cuando tengo que trabajar.
?No tiene casa all¨ª?
No.
?Por qu¨¦?
Porque no necesito una casa all¨ª. El piso de Nueva York est¨¢ bien. Si voy a alg¨²n sitio de Estados Unidos es a Nueva York. Mi novia vive en Connecticut, pero trabaja en la televisi¨®n y presenta las noticias en Nueva York. As¨ª que si voy a alg¨²n sitio es a Nueva York. Tengo un chalet que nos compramos mi ex mujer y yo, y es demasiado bonito como para venderlo. As¨ª que lo tengo para d¨¢rselo a los chicos cuando sean mayores. Pero no me gusta mucho tener muchas casas. Prefiero tener una sola. Si vivo aqu¨ª es porque me gusta y porque mis chicos viven muy cerca.
?Tiene alguna teor¨ªa de por qu¨¦ no funcionaron sus tres matrimonios?
No. S¨¦ que mi primera mujer y yo nos separamos porque, cuando nuestros hijos empezaron a ir al colegio, cambi¨® nuestra din¨¢mica. Si eres m¨²sico, tienes que trabajar. Y si eres un m¨²sico que trabaja, tienes que pasar tiempo fuera de casa porque tienes que irte de gira. Eso est¨¢ bien si tu mujer y los ni?os peque?os pueden viajar contigo, pero en cuanto los ni?os empiezan a ir al colegio y tu mujer se queda en casa, ella dice: "T¨² est¨¢s divirti¨¦ndote y yo no". Y a mi primera mujer no le gustaba mucho estar sola, la verdad. As¨ª que es normal que conociera a otra persona, porque yo estaba fuera muy a menudo. Mi segundo matrimonio hab¨ªa empezado a desmoronarse un poco y yo me volv¨ª a encontrar con una persona que conoc¨ªa del colegio, que era, b¨¢sicamente, el amor de mi vida. Respecto a mi tercer matrimonio, del que tengo a mis chicos peque?os, no tengo ni idea de por qu¨¦ sali¨® mal. Ella se ha vuelto a casar y, aun as¨ª, nos queremos mucho. No s¨¦ por qu¨¦ no estamos juntos. Es raro. Esta noche voy a su casa a cenar, a la casa en la que sol¨ªamos vivir. Voy a su casa a cenar con los chicos, nos sentamos, nos re¨ªmos... Y s¨¦ que ella tambi¨¦n se pregunta por qu¨¦ ya no estamos juntos. Pero la cuesti¨®n es que ya no lo estamos. La vida es rara.
?Y sus hijos est¨¢n bien?
S¨ª. Me llevo muy bien con mis tres ex mujeres y eso significa que los hijos est¨¢n aliviados por el hecho de que pap¨¢ y mam¨¢ ya no se est¨¢n gritando. Eso es muy importante. Y, a medida que me hago mayor, voy d¨¢ndome cuenta de que tengo mucha suerte de poder seguir considerando a estas mujeres como mis amigas. He hecho las paces con todas; de hecho, se conocen entre s¨ª y no se llevan mal. Hasta mi novia, la que est¨¢ en Nueva York, pone fotos en las que aparezco yo con alguna de mis ex mujeres. Es muy madura, tiene mucho estilo y es muy inteligente. He tenido mucha suerte con esto. Adem¨¢s, tengo que decir que mis hijos est¨¢n muy bien, lo que dice mucho de sus madres, porque en la educaci¨®n de mis hijos de cinco y nueve a?os s¨ª he estado muy implicado; pero los otros, mis hijos mayores, se criaron sin m¨ª en Los ?ngeles y en Vancouver; era muy dif¨ªcil verlos porque estaban muy lejos. Pero ahora son unas personas estupendas, y eso dice mucho de sus respectivas madres.
Hablando de ni?os, ?qu¨¦ me dice de su afici¨®n por los trenes en miniatura?
Todo empez¨® cuando mi hijo de 33 a?os ten¨ªa unos 12. Ten¨ªa un juego de trenes y lo sol¨ªamos montar en la alfombra, pero siempre que entraba alguien en la habitaci¨®n hab¨ªa que desmontar las v¨ªas, as¨ª que pens¨¦: Esto no es bueno. Voy a montar un tren de verdad abajo, en el s¨®tano. Hice todos los edificios, todo el paisaje, las monta?as... Era a finales de los ochenta; tras las largas giras, me met¨ªa en el s¨®tano tres semanas y solo sal¨ªa para comer. Era algo tan alejado de la m¨²sica que resultaba fant¨¢stico. Pero cuando me fui de Inglaterra y me divorci¨¦, enamorado de otra persona que conoc¨ª, met¨ª todos esos trenes en cajas y se quedaron all¨ª. Solo m¨¢s tarde, cuando Nicholas ten¨ªa siete u ocho a?os, decid¨ª que quiz¨¢ era hora de sacarlos de las cajas, recuperarlos y volver a montarlos para que los chicos jugaran.
?Y su otra afici¨®n? ?La obsesi¨®n por la batalla de El ?lamo?
No solo soy yo quien est¨¢ interesado en eso; hay mucha m¨¢s gente. Cuando ten¨ªa cinco a?os hab¨ªa una serie en la televisi¨®n, una serie de Disney, con Fess Parker, que contaba la historia de Davy Crockett. Un d¨ªa me acord¨¦ de cuando la ve¨ªa, y desde ese momento me enganch¨¦ durante d¨¦cadas. En los ochenta vi una tienda en Washington que se llamaba TheGallery of History [la galer¨ªa de la historia], y vi documentos firmados por Napole¨®n, Hitler, Davy Crockett Y les pregunt¨¦: ?Tienen una carta firmada por Davy Crockett? No me pod¨ªa creer que existiera algo as¨ª. Y as¨ª empez¨® mi colecci¨®n. Ahora tengo una colecci¨®n enorme de documentos, balas de ca?¨®n, cuchillos, rifles, espadas... De todo. La gente con esta afici¨®n dice que la m¨ªa es la mayor colecci¨®n privada que han visto. Porque tengo dinero para comprar las cosas. Y tengo dinero porque tampoco gasto mucho. Yo no me compro coches de lujo, no tengo muchos vicios. Acabo de coescribir un libro sobre El ?lamo, pero mi pasi¨®n me impulsa a escribir ensayos sobre cada pieza, lo que cada pieza significa para m¨ª... Explicar lo que significa y a qui¨¦n pertenec¨ªa...
?Le gusta escribir?
S¨ª. Me gusta mucho.
?Y escribe mucho?
Cada vez disfruto m¨¢s escribiendo prosa. Para m¨ª es una novedad, es una diversi¨®n. Aunque, en concreto, este tema de El ?lamo es m¨¢s que una diversi¨®n. Ahora es mi vida. Lleva conmigo 54 a?os. Ten¨ªa solo 5?a?os cuando lo descubr¨ª y ahora tengo 59. Pero mis hijos mayores piensan que estuve all¨ª en otra vida porque voy dos veces al a?o al lugar y soy muy conocido en el c¨ªrculo de gente que tiene relaci¨®n con todo esto. Fue un acontecimiento hist¨®rico muy importante, porque sin ¨¦l la revoluci¨®n de Tejas no habr¨ªa tenido lugar. Tejas pertenecer¨ªa a M¨¦xico, que pertenec¨ªa a su vez a Espa?a. Y si en Estados Unidos no estuviera Tejas, Estados Unidos ser¨ªa muy distinto, tanto desde el punto de vista del tama?o, como del petr¨®leo y muchas m¨¢s cosas. Pero los estadounidenses en general no saben mucho sobre este tema.
?Sabe usted mucho de historia?
S¨ª, la estudi¨¦. Y hace tres semanas fui a Dallas, estuve en El ?lamo y una vieja amiga m¨ªa, que tiene 80 a?os y pertenece a la Sociedad Hist¨®rica de Dallas, me pidi¨® que hablara sobre El ?lamo. As¨ª que ahora he escrito un libro; estoy empezando a hablar aqu¨ª y all¨¢ de todo esto. Me parece, en fin, que se est¨¢ convirtiendo en algo m¨¢s que una afici¨®n, es algo demasiado importante para m¨ª.
?Qu¨¦ estudi¨® usted?
Cuando ten¨ªa 14 a?os me met¨ª en una escuela de teatro, en el London Theatre. Trabajaba en Oliver Twist, la versi¨®n musical de la novela de Dickens. Era el cover de Dodger. As¨ª que es como si hubiera dejado de estudiar cuando ten¨ªa 14 a?os, porque la verdad es que en la escuela de teatro no se aprend¨ªa nada. Est¨¢s todo el rato present¨¢ndote a castings. Pero siempre pienso que, por no haber tenido mucha educaci¨®n, mi cabeza se compone de sentido com¨²n m¨¢s que de intelecto.
?Y los estudios de m¨²sica?
Con la m¨²sica fui autodidacta.
?No estudi¨® m¨²sica?
No, no estudi¨¦. Lo intent¨¦... Lo intent¨¦. Cuando ten¨ªa 14 o 15 a?os vi mi vida en el teatro musical y sol¨ªa volver a casa en el mismo tren que el bater¨ªa, que era el l¨ªder. Una tarde pens¨¦: Un d¨ªa ese hombre ser¨¦ yo. Estar¨¦ en un foso de orquesta; as¨ª que deber¨ªa aprender a leer m¨²sica. Y empec¨¦ a dar clases con un profesor de bater¨ªa para aprender a leer m¨²sica, pero, como ten¨ªa o¨ªdo para recordar cosas, en cuanto tocaba algo, yo ya no miraba la m¨²sica, sino que simplemente la tocaba. De modo que nunca aprend¨ª realmente a leer m¨²sica. Con el piano s¨¦ leer acordes, como sol s¨¦ptima, do menor o fa sostenido. Pero soy autodidacta con la m¨²sica, y pr¨¢cticamente con todo. He aprendido franc¨¦s porque, si estoy aqu¨ª, en Ginebra, mucho tiempo, sin pasar largas temporadas en Inglaterra o en Estados Unidos, y tengo que hablar con el electricista o con el fontanero, he de hablar su lengua. Algunas personas son comprensivas, pero otras hablan franc¨¦s como si fueras franc¨¦s, y tienes que decirles: "Para, para". Yo he aprendido pr¨¢cticamente todo por mi cuenta. Todo lo que s¨¦ me lo he ense?ado yo mismo.
?Se siente, pues, satisfecho de su vida?
S¨ª, la verdad es que s¨ª. Me da pena no vivir con mis hijos. Eso es algo que me da mucha pena; con mis hijos peque?os, por lo menos. Pero estoy satisfecho. No tengo nada de lo que quejarme, aparte del hecho de que, en alg¨²n momento de mi vida, un tren descarril¨®. Y no s¨¦ por qu¨¦. Es raro. Estoy satisfecho en teor¨ªa, pero no me gusta mucho especialmente la persona que es Phil Collins.
?Qu¨¦ diferencia hay entre usted y Phil Collins?
Hay mucha gente que tiene opiniones o sentimientos sobre esa persona llamada Phil Collins que no tienen nada que ver conmigo.
?Por ejemplo?
Pr¨¢cticamente en todo. Incluso, algunos fans a los que les encanta lo que hago no lo entienden, y los cr¨ªticos a los que no les gusta lo que hago tampoco lo entienden. He llegado a un momento en el que no me gusta aquello en lo que me he convertido, que es lo que da lugar a este tipo de cosas confusas.
Es decir, no le gusta el personaje de usted mismo.
Si tachas a un personaje matas tambi¨¦n a la persona. As¨ª que, en mi libro, me he matado a m¨ª mismo. Ya no existo. Creo que, especialmente a causa de Internet, cuando concedes una entrevista o dices algo, va a cualquier parte del mundo en un milisegundo. As¨ª que a veces me siento frustrado, porque es como cuando lanzas una piedra al agua, las ondas llegan muy lejos, pero no tienen nada que ver con la piedra que has lanzado. Y eso se convierte en algo que me frustra porque hay muchas cosas que no son verdad o que son interpretaciones parciales de la verdad, y se van contando una y otra vez como si fuera el juego del tel¨¦fono estropeado: le cuentas algo a alguien y esa persona se lo cuenta a otra y se va cambiando el contenido hasta que al final no tiene nada que ver con la verdad.
Pero, en general, todas las opiniones que he o¨ªdo sobre usted son positivas.
Suelo castigarme mucho. No me creo ni lo bueno ni lo malo. Sencillamente siento que he tenido una vida rara. As¨ª que a veces pienso: ?empiezo de nuevo de otra forma?
?Piensa en la muerte?
Bueno, en mis peores bajones de estos ¨²ltimos a?os he pensado en suicidarme; y si no hubiera sido por mis hijos, lo habr¨ªa hecho. Ellos son los que hacen que siga adelante: mis hijos. Pero, en t¨¦rminos de felicidad y satisfacci¨®n personal, a veces, cuando te da el baj¨®n, piensas en eso. Aunque no es as¨ª todo el tiempo, claro. El c¨®mico que m¨¢s me gustaba de mi infancia era un hombre que se llamaba Tony Hancock. Era muy famoso. Y, en cierto modo, era como yo en los ochenta. Dec¨ªan que toda Inglaterra sol¨ªa encender la televisi¨®n a las ocho de la tarde para ver su programa. Y ¨¦l se suicid¨® en Australia dejando una nota que dec¨ªa: "Demasiadas cosas salieron mal demasiado a menudo". Es tr¨¢gico, pero a veces uno puede entender c¨®mo alguien as¨ª, que se supone que es gracioso, puede sufrir estos efectos secundarios y tr¨¢gicos en su vida. Creo que simplemente sent¨ªa que no era lo suficiente bueno o que no era tal y como ¨¦l quer¨ªa ser. La vida es extra?a. Cuando cumples 59 a?os piensas muchas cosas oscuras... De hecho, mi segunda mujer, aunque ahora me llevo bien con ella, me dijo cuando nos divorciamos: "?Sabes qu¨¦? Vas a hacerte viejo solo". Y ahora veo que la verdad es que me estoy haciendo viejo solo. No s¨¦ por qu¨¦ estamos hablando as¨ª Pero siento que estoy al final de una p¨¢gina y que, al pasarla, voy a ser algo muy distinto.
El bater¨ªa que nunca estudi¨® solfeo
Phil Collins, nacido en Londres en 1951, empu?¨® sus primeras baquetas a los cinco a?os, cuando su padre le regal¨® un tambor de juguete. Se form¨® como actor y nunca estudi¨® m¨²sica, lo que no le ha impedido ser pianista, cantante y bater¨ªa (la imagen, de su adolescencia, ilustra la portada de su nuevo ¨¢lbum).
Se uni¨® al grupo Genesis en 1970. Con la marcha de Peter Gabriel en 1975 se convirti¨® en el vocalista de la banda. A partir de 1981 lo compagin¨® con su carrera en solitario. En su haber, algunas de las canciones m¨¢s populares de los ochenta, como In the air tonight, Against all odds (primero de sus siete n¨²meros uno en EE UU) o Another day in paradise. Dej¨® Genesis en 1996. Ha aspirado tres veces al Oscar a la mejor canci¨®n original: lo logr¨® en 2000 con You'll be in my heart, de la banda sonora de Tarz¨¢n.
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