Playa a tiro de caminata
La Cuesta de Maneli, en Do?ana, tiene 10 kil¨®metros sin urbanizar
Entre Mazag¨®n y Matalasca?as, en la provincia de Huelva, un peque?o cartel en la carretera A-494 indica la entrada a una playa virgen en pleno parque natural de Do?ana. Alrededor, s¨®lo pinos, brezo y plantas arom¨¢ticas. En el cartel, un bonito nombre: Cuesta de Maneli. Este "para¨ªso" -como lo definen los veraneantes- cuenta con m¨¢s de 10 kil¨®metros de arena fina -unos 60/70 metros de anchura- y una zona nudista.
Una playa sin urbanizar, rodeada de dunas fosilizadas y un acantilado de rocas. La ¨²nica intervenci¨®n humana es un chiringuito de madera que ofrece gazpacho fr¨ªo, chocos y especialidad en sardinas asadas. Con m¨²sica suave.
El ¨²nico inconveniente -o ventaja, seg¨²n se mire- es que para acceder a la playa, tras dejar el coche en el aparcamiento (medio pago de dos euros), el turista debe caminar por una pasarela de madera de 1,2 kil¨®metros. A pleno sol. En los escasos segmentos de sombra del camino se acumulan algunos para descansar. Tambi¨¦n se detienen en los paneles informativos de la Junta de Andaluc¨ªa sobre la flora y fauna del lugar. Uno de ellos se dedica a las camarinas, una planta de flores muy peque?as y frutos que parecen perlas. La gente se para, los coge y los prueba. El cartel invita a ello.
En este espacio protegido viven tambi¨¦n linces ib¨¦ricos, zorros, lirones y v¨ªboras. Las huellas del felino, apreciables a simple vista, emocionan a muchos. Tras los primeros 500 metros de pasarela, los hay que se cansan, sobre todo los que cargan con neveras, tumbonas o mochilas de libros.
Es s¨¢bado a mediod¨ªa. Una mujer completamente extenuada dice a su pareja que no vuelve all¨ª "ni loca". Pero cambia de opini¨®n a mitad del camino cuando de repente, entre la vegetaci¨®n, aparece a lo lejos el mar. La mujer suspira con una sonrisa. La pasarela termina en el borde del acantilado del Asperillo, un mirador con una impresionante vista a la playa.
La Cuesta de Maneli pertenece al t¨¦rmino municipal de Almonte (Huelva), cuyo Ayuntamiento informa de que este es "el mirador natural m¨¢s elevado de la comarca con 112 metros".
La sevillana Manuela Robles, de 36 a?os, ingeniera agr¨ªcola, celebra su llegada a la meta. "Tras la caminata, el premio es este", asegura con una silla plegable a cuestas. "Mires donde mires, no hay edificios. Ni edificios ni nada. El agua est¨¢ muy limpia y muy fr¨ªa. Es un lugar maravilloso", a?ade fascinada. Robles lo descubri¨® este mismo a?o a trav¨¦s de una amiga.
La mayor parte de los enamorados de Cuesta de Maneli proceden de Sevilla, aunque se escuchan tambi¨¦n acentos de Badajoz o Madrid. Al final de la pasarela, hay que elegir. Dos escaleras de madera, de unos 50 escalones cada una, parten a izquierda y derecha. La izquierda, para los que no usan ba?ador. Es la zona nudista. La derecha, para el resto.
El cansancio ha merecido la pena. Al menos para las casi 300 personas que extendieron sus toallas en este paraje natural el pasado s¨¢bado En el d¨ªa de m¨¢s ocupaci¨®n, la distancia m¨ªnima entre sombrillas supera los diez metros. Un sevillano de mediana edad frecuenta esta parte del litoral onubense desde hace siete a?os. Le apasiona el nudismo y "no hay muchas playas que lo permitan". Lleg¨® a las 11.00. Disfrut¨® de "un buen ba?o", nad¨® "un buen rato" y, sobre las 14.30, saboreaba unos chocos en el chiringuito. Cuando llega septiembre, el puesto se evapora. "Lo desmontamos al completo", asegura el gerente del chiringuito, Francisco Javier Palma, de 39 a?os y vecino de Almonte (Huelva). Palma destaca, sobre todo, que la gente es "especial". "No se camina m¨¢s de un kil¨®metro para no disfrutar de la vida. Los que llegan aqu¨ª tienen ganas de pasarlo bien, de estar relajados. Todos son muy respetuosos y tolerantes", sostiene mientras atiende a varias personas, bronceadas y tranquilas.
A 200 metros del chiringuito, las sombrillas comienzan a espaciarse m¨¢s. Si uno est¨¢ dispuesto a caminar, podr¨¢ encontrarse realmente solo en el coraz¨®n de Do?ana, con la ¨²nica compa?¨ªa del sonido del mar. Incluso en pleno mes de julio. ?Para¨ªso?
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