Moralejas telef¨®nicas

Despu¨¦s de una dura negociaci¨®n, con ruptura de conversaciones incluida, Telef¨®nica comprar¨¢ finalmente a Portugal Telecom (PT) el 50% de Brasilcel, la sociedad que tiene la mayor¨ªa en la operadora brasile?a Vivo. De esta forma, Telef¨®nica controlar¨¢ totalmente Brasilcel y, a trav¨¦s de ella, la mayor¨ªa del capital de Vivo. Es notable el esfuerzo financiero de Telef¨®nica por ocupar una parte del mercado telef¨®nico m¨¢s prometedor de Am¨¦rica Latina; inicialmente ofreci¨® 5.700 millones de euros por el capital luso en Brasilcel, despu¨¦s subi¨® la oferta a 7.150 millones (operaci¨®n que aprob¨® el Consejo de PT pero que vet¨® el Ejecutivo con su acci¨®n de oro) y finalmente pagar¨¢ 7.500 millones. No es barato, pero la rentabilidad de Vivo compensar¨¢ el desembolso.

La compra de Vivo ser¨ªa una operaci¨®n corporativa m¨¢s de no haber mediado Jos¨¦ S¨®crates enarbolando su acci¨®n de oro para prohibir la operaci¨®n en nombre de supuestos intereses nacionales. Hubo una respuesta r¨¢pida de la CE declarando ilegal el rancio intervencionismo del Gobierno portugu¨¦s. Lo mejor del caso Telef¨®nica-Portugal Telecom es que ning¨²n Gobierno se atrever¨¢ ya a esgrimir derechos estrat¨¦gicos (la acci¨®n de oro era ilegal cuando la resucit¨® Portugal) para prohibir una operaci¨®n en mercados abiertos como el de las telecomunicaciones.

Tambi¨¦n hay noticias menos optimistas. Aunque la operaci¨®n ha concluido con ¨¦xito, lo cierto es que la demora y la intervenci¨®n de S¨®crates han tenido un coste: exactamente 350 millones, que es la diferencia entre lo que hubiera pagado Telef¨®nica de no mediar la acci¨®n de oro y lo que finalmente tendr¨¢ que pagar. Del caso Telef¨®nica-PT cabe extraer una conclusi¨®n: cualquier Gobierno que obstaculice una operaci¨®n en un mercado sin monopolios naturales tiene que recibir una sanci¨®n; no basta ya con advertir. En Europa no se deben usar pretextos pol¨ªticos para encarecer compraventas.