Lis¨ªstrata se llama Paco
El Festival de M¨¦rida estrena una versi¨®n libertaria de Arist¨®fanes dirigida por J¨¦r?me Savary, con Paco Le¨®n en el papel de la protagonista y un coro de transexuales
El asunto estaba calentito. El jueves en M¨¦rida hubo 43 grados; por la noche, 36. Se bati¨® el r¨¦cord de venta de entradas (2.750) para un estreno en la historia del Festival de Teatro de M¨¦rida del que se celebra su 56? edici¨®n. El m¨¦rito no era solo del sobrecogedor Teatro Romano y Arist¨®fanes, sino tambi¨¦n del director franc¨¦s J¨¦r?me Savary, icono europeo del teatro l¨²dico y anarcoide y, sobre todo, del actor Paco Le¨®n, protagonista de una Lis¨ªstrata -¨²nica producci¨®n del festival este a?o, hasta el 8 de agosto- feminista, atrevida, transexual, irreverente, libertaria, divertida, disparatada y pacifista en la que la sexualidad es carne para la reflexi¨®n, la mofa, el pitorreo, la pol¨ªtica y para las luchas con las que alcanzar derechos y libertades. Todo se pone de manifiesto en este montaje que fue recibido la noche de su estreno absoluto con v¨ªtores y algarab¨ªa por parte de un p¨²blico que sigui¨® con complicidad y desternill¨¢ndose de risa toda la funci¨®n.
En la Grecia cl¨¢sica las mujeres no pisaban un escenario
Antonelli: "La duda era si nos buscaban por circo, pero la obra no es morbosa"
Rein¨® un Paco Le¨®n -"vers¨¢til, genial y de bell¨ªsimas piernas", como dice Savary- divertido, riguroso y popular. Y as¨ª lo percibi¨® el p¨²blico. Y lo m¨¢s importante, rein¨® alej¨¢ndose con inteligencia de los personajes que le han hecho popular, empezando por el Luisma de la serie A¨ªda. Menos mal. Aunque aqu¨ª se nota que el director le ha dado alas para esculpir una Lis¨ªstrata racial, energ¨¦tica, con aromas e incluso morcillas surgidas de ese portento llamado Lola Flores (a la que tanto admira el actor). Le¨®n logra romper la cuarta pared apoyado por el p¨²blico, lo cual, trat¨¢ndose de M¨¦rida, no es balad¨ª. Llega a pedir a una chica del p¨²blico "?t¨®came la teta y ver¨¢s!" y una vez hecho, insin¨²a que a continuaci¨®n le toca a ¨¦l tocar el pecho de la espectadora. Y todos se parten el espinazo de risa.
La propuesta de hacer una Lis¨ªstrata interpretada por hombres parti¨® de Francisco Su¨¢rez, director del Festival de M¨¦rida, que quiso jugar con la costumbre de la Grecia cl¨¢sica, donde las mujeres no pisaban un escenario. Eran lugares sagrados y a ellas se las consideraba manchadas. Algo que explica pormenorizadamente el erudito brit¨¢nico Gilbert Murray en Esquilo, un libro de referencia sobre t¨¦cnica esc¨¦nica, escenograf¨ªa, vestuario, m¨¢scaras y coturnos. Aunque en los tiempos de Arist¨®fanes (444-385 antes de Cristo), posterior a Esquilo y contempor¨¢neo de S¨®focles y Eur¨ªpides, ya aparecen mujeres en escena, el autor de Lis¨ªstrata retoma la vieja prohibici¨®n para que sus comedias no se asociaran al g¨¦nero farsesco sino que se movieran en el terreno de la ¨¦pica.
Savary confiesa que pens¨® que pod¨ªa ser "una aut¨¦ntica mariconada", pero conoci¨® a Paco Le¨®n, se entusiasm¨® y le aceptaron que el coro femenino fuera interpretado por "hombres raros, que un d¨ªa descubrieron que eran mujeres o quer¨ªan serlo". De ah¨ª que el coro femenino est¨¦ interpretado por cuatro transexuales elegidas a trav¨¦s de www.diariodigitaltransexual.com, p¨¢gina impulsada por Carla Antonelli, la primera con la que contaron. Las dem¨¢s elegidas fueron Ded¨¦e Cuevas, que ha hecho teatro y mon¨®logos y estudia direcci¨®n de cine; Andrea Alvites, cajera de un supermercado, y Aitzol Araneta, licenciada en administraci¨®n y direcci¨®n de empresas, pol¨ªglota -habla alem¨¢n, ingl¨¦s, euskera, castellano y franc¨¦s-, formada en la sala Cuarta Pared y miembro de la Red Internacional por la despatologizaci¨®n de la transexualidad, tema de su tesis doctoral. "Siempre nos queda la duda de si nos llaman buscando circo, pero en la obra no es obvio y el tema no est¨¢ tratado de manera morbosa", se?ala Araneta a lo que a?ade Antonelli, momentos despu¨¦s del estreno: "No es una cuesti¨®n de oportunismos, sino de oportunidades", a?ade, momentos despu¨¦s del estreno, Antonelli, conocedora de que el mundo transexual no ha logrado los derechos de que ya gozan gays y lesbianas.
Y en este juego iconoclasta, anarcoide y luminosamente desvergonzado de Savary, en el que cuenta c¨®mo las mujeres hacen una huelga de sexos ca¨ªdos para conseguir que los hombres hagan la paz, no aparece ni un solo sexo masculino. Y cuando surgen, son juguetes que parodian penes birriosos o todo lo contrario, como el que luce el siempre brillante actor Emilio Gavira, que con sus 128 cent¨ªmetros de estatura se ve obligado a manejar un gran pene de m¨¢s de 70 cent¨ªmetros de longitud y con personalidad propia: una marioneta de hilos con la que canta Deh vieni alla finestra, la bell¨ªsima serenata del Don Giovanni de Mozart. Savary ha tenido el buen ojo de explotar las virtudes de sus actores y Gavira (que triunf¨® con esa escena y la frase de "??todas son unas guarras menos mi madre!!") es poseedor de una voz bien formada, lo mismo que ?ngel Ruiz, que aborda el personaje de Cinesias y se descuelga con una impecable interpretaci¨®n de un fragmento de Orfeo y Eur¨ªdice de Gluck.
Pero el crack de la noche, de la obra, de este festival, es Paco Le¨®n. Convincente, nada loca, con esa paciencia para convertir durante m¨¢s de una hora sus rizos en una escultura capilar -no lleva peluca, solo extensiones- y con esa defensa de la inclinaci¨®n l¨¦sbica de Lisistrata: "Est¨¢ en Arist¨®fanes, lo dice el autor, lo dice; nosotros solo lo hemos evidenciado", apunta en presencia de Joaqu¨ªn Oristrell, responsable de la traducci¨®n y coautor de la versi¨®n junto a Savary, quien asiente tras el estreno. Y presumiendo de teta, solo una, tra¨ªda de Alemania y de textura envidiable: "Que sea una es para hacerla m¨¢s andr¨®gina, para recordar a las amazonas, a las mujeres con c¨¢ncer de mama, al mundo femenino..."
Y junto a Le¨®n, actores reconocidos como Fernando Otero, Santi Senso, Josep Ferr¨¦, Richard Collins-Moore, Eleazar Ortiz, entre otros, adem¨¢s de una veintena de figurantes ?y la banda municipal de M¨¦rida! Total, 90 personas en el escenario en algunos momentos. Como en los viejos tiempos de Jos¨¦ Tamayo, que en los a?os sesenta y setenta llenaba el escenario emeritense para regocijo de los pechoslatas. Ese es el nombre que el desaparecido director daba a los extras que hac¨ªan de romanos en sus obras.
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