Baile de candidatos

Tom¨¢s G¨®mez, secretario general de los socialistas madrile?os, cerr¨® el curso pol¨ªtico con un ¨®rdago suicida a la direcci¨®n federal, que Rodr¨ªguez Zapatero parece dispuesto a jugar, dadas las malas perspectivas del candidato para arrebatar en las urnas la mayor¨ªa absoluta de la que dispone Esperanza Aguirre al frente del Gobierno regional. Madrid, antiguo granero de votos socialistas, se ha convertido en un problema para el PSOE que su l¨ªder tiene la tentaci¨®n de resolver mediante un procedimiento que, adem¨¢s de no garantizar el ¨¦xito de la apuesta, lesiona gravemente los principios democr¨¢ticos sobre los que se asienta su partido.

El presidente del Gobierno ya acometi¨® una jugada similar cuando, a la b¨²squeda desesperada de un candidato capaz de hacer frente en el Ayuntamiento a Ruiz-Gallard¨®n, promovi¨® la candidatura del entonces jefe de la Oficina Econ¨®mica de La Moncloa Miguel Sebasti¨¢n. El resultado fue una nueva derrota electoral y el inmediato abandono de Sebasti¨¢n, que, lejos de cumplir con sus votantes y trabajar desde la oposici¨®n, fue rescatado por Zapatero para el Ministerio de Industria.

La historia y, por tanto, el error, podr¨ªa repetirse si Rodr¨ªguez Zapatero cae en la tentaci¨®n de apartar al que ¨¦l mismo propuso con los mismos m¨¦todos que auparon a Tom¨¢s G¨®mez y que ahora pueden acabar con ¨¦l. Forzar un congreso extraordinario, imponer un candidato desde La Moncloa y favorecer un baile de pol¨ªticos que parecen dispuestos a perseverar en su trabajo solo desde el poder es un juego est¨¦ril, como bien se ha demostrado, que deval¨²a el ejercicio de la pol¨ªtica y defrauda a los ciudadanos que se movilizaron en busca de un cambio en sus instituciones m¨¢s cercanas.

Es probable que G¨®mez, que a¨²n no ha podido batirse en las urnas contra Aguirre, no sea el mejor para disputarle la victoria y es muy posible que otros mejor situados, como la ministra de Sanidad Trinidad Jim¨¦nez (derrotada como candidata a la alcald¨ªa de Madrid en 2003 y rescatada tambi¨¦n para el Gobierno), tengan m¨¢s opciones. Razones de c¨¢lculo electoral aconsejar¨ªan un recambio capaz de acortar distancias con el PP.

Tal como est¨¢n las cosas, el PSOE deber¨ªa medir cuidadosamente el procedimiento seguido para abordar ese cambio. Lo que cabe exigirle al partido es que, sean quienes sean finalmente sus candidatos, esta vez se queden, ganen o pierdan.