Un Celed¨®n "espectacular"
El inicio de La Blanca discurre sin ning¨²n incidente y animado por el buen tiempo
Al final, sali¨® el sol y calent¨® la plaza de la Virgen Blanca m¨¢s de lo previsto, hasta el punto de que la multitud ech¨® de menos las mangueras del cuerpo municipal de bomberos para refrescar el ambiente en la bajada del Celed¨®n. Una celebraci¨®n que transcurri¨® sin incidentes y con un entusiasmo emocionante que volvi¨® a confirmar el comienzo de La Blanca como una de las citas imprescindibles del "verano festivo europeo", como rese?¨® con euforia la concejala de Cultura, Maite Berrocal.
Como ya viene siendo habitual, el color naranja de los gorros de Euskaltel dominaba el gent¨ªo que abarrotaba desde horas antes el centro de la ciudad. Se esperaba una tarde de temperatura amable, pero al final las previsiones meteorol¨®gicas fallaron y el sofoco se sent¨ªa entre los presentes. Una vez m¨¢s, los vecinos de las calles adyacentes refrescaron al personal que hab¨ªa vivido una cita sin sobresaltos.
Gorka Ortiz de Urbina realiz¨® su intervenci¨®n solo en euskera
Despu¨¦s de la apertura popular, hoy llega la fiesta institucional
A las seis de la tarde en punto, Patricia Furlong, Pedro Montoya, Joseba Pangua y Aurora San Vicente, cuatro vecinos de Vitoria elegidos por el grupo municipal de Ezker Batua para lanzar el chupinazo, cumplieron con su cometido. Al instante, comenz¨® a bajar el mu?eco que encarna a Celed¨®n, ese personaje que surgi¨® de una ocurrencia de cinco j¨®venes vitorianos hace cincuenta a?os y que se ha convertido ya en mito para todos los alaveses.
Mientras descend¨ªa en direcci¨®n a la casa de la calle Postas en donde se encarna en el cuerpo y alma de Gorka Ortiz de Urbina, el personal no dejaba de gritar y lanzar corchos de esas botellas de espumoso barato que desde hace unos a?os han sustituido al habano tradicional. El humo se ha convertido en burbujas, pero la esencia vol¨¢til de la fiesta se mantiene: el paseo de Ortiz de Urbina discurri¨® en un suspiro y a las seis y siete minutos ya estaba en la balconada de San Miguel para anunciar las fiestas de Vitoria.
Despu¨¦s de colocar el pa?uelo al alcalde, Patxi Lazcoz, y a los cuatro responsables del chupinazo -ayer, uno de ellos rechaz¨® el t¨¦rmino de chupinero, por considerarlo de origen bilba¨ªno, hasta ah¨ª llega la rivalidad entre ambas capitales-, Celed¨®n sali¨® a arengar a las masas. Tras celebrar a la Virgen Blanca, a Vitoria y ?lava, este a?o s¨®lo en euskera, se anim¨® con la canci¨®n tradicional de los festejos. Ya se sabe: "Celed¨®n ha hecho una casa nueva, Celed¨®n, con ventana y balc¨®n".
"Espectacular". Con este calificativo defini¨® Ortiz de Urbina, diez a?os ya encarnando al popular personaje, el recorrido de ayer. "Disfrutar disfruto siempre, pero este a?o el paseo ha sido inolvidable", coment¨® antes de convertirse en un vitoriano m¨¢s, sabedor de que su interpretaci¨®n dura lo que dura.
Hoy, los actos ya adquieren un cariz m¨¢s protocolario, vinculados a la celebraci¨®n de la festividad de la Virgen Blanca. En este 2010, un a?o m¨¢s, la portavoz del PNV en el Ayuntamiento de Vitoria, Malentxo Arruabarrena, bailar¨¢ en representaci¨®n de la Corporaci¨®n municipal el aurresku de honor ante la hornacina de la Virgen Blanca situada en la balconada de San Miguel.
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