Campbell recibi¨® 'diamantes de sangre'
La supermodelo brit¨¢nica reconoce que le regalaron unas "piedras peque?as y sucias" en 1997 en Sud¨¢frica, pero no confirma que proviniesen del dictador Charles Taylor
La justicia internacional no es un foro propenso al glamour, pero la jornada de ayer en el Tribunal especial de Naciones Unidas para Sierra Leona fue una excepci¨®n. Ante su sede de La Haya, que juzga a Charles Taylor, presidente de Liberia entre 1997 y 2002, por cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad, compareci¨® la modelo brit¨¢nica Naomi Campbell. Es una testigo ins¨®lita, pero la fiscal¨ªa hab¨ªa depositado en ella grandes esperanzas. Quer¨ªa demostrar que recibi¨® un pu?ado de diamantes de sangre de parte del procesado.
El regalo, entregado en 1997 tras una cena organizada en Sud¨¢frica por el antiguo presidente, Nelson Mandela, probar¨ªa la participaci¨®n de Taylor en el tr¨¢fico de piedras preciosas. ?l lo niega, pero la acusaci¨®n dice que as¨ª arm¨® al Frente Unido Revolucionario (RUF, en sus siglas inglesas) de Sierra Leona con el dinero obtenido por la venta de diamantes en Sur¨¢frica. Nerviosa, Campbell admiti¨® haber recibido de dos misteriosos emisarios "unas piedras peque?as y sucias en una bolsita de tela". "No los reconoc¨ª como diamantes. Para m¨ª son algo bonito, brillante y que viene en una caja. Ya saben", dijo con ingenuidad.
La Fundaci¨®n Mandela niega que Campbell le donara el obsequio
El efecto del testimonio buscado por los fiscales no fue completo. No se pudo confirmar que los mandara Taylor. "Llamaron a mi puerta de noche y no se identificaron. Asum¨ª despu¨¦s que eran diamantes en bruto, mandados por Taylor. As¨ª me lo apuntaron la actriz Mia Farrow y mi ex representante, Carole White, presentes en el ¨¢gape", a?adi¨® la modelo.
Con la acusaci¨®n algo desarbolada, la defensa aprovech¨® su turno. Courtenay Griffiths, al mando de la misma, sembr¨® una duda poco frecuente en un tribunal de estas caracter¨ªsticas. "?No ser¨¢ que Carole White tiene razones de peso contra usted?", pregunt¨®. "As¨ª es", respondi¨® Campbell. La patrona y su antigua empleada pleitean por un contrato roto, y la versi¨®n de White, bien distinta, fue le¨ªda en la sala de vistas. La estampa de la cena es similar, con Mandela y su esposa, Gra?a Machel, los anfitriones, en busca de ayuda para la Fundaci¨®n Mandela. A su alrededor se sentaron Imran Khan, jugador paquistan¨ª de cricket y hoy pol¨ªtico, y su esposa, Jemima. Tambi¨¦n les acompa?¨® el m¨²sico Quincy Jones, productor, entre otros, de Michael Jackson, y su acompa?ante. El c¨ªrculo lo cerraban la actriz Mia Farrow, ex esposa del director Woody Allen, White, y Campbell y Taylor.
La modelo dijo ayer que el ex presidente liberiano estaba frente a ella, pero White asegura que se sentaron juntos. Y cuando, para sonrisa general, Campbell reconoci¨® haberle preguntado solo por Liberia, "un pa¨ªs del que desconoc¨ªa su existencia", White apunta "un flirteo suave y menciones sobre regalos de diamantes". Con todo, donde los relatos chocan de plano es por la noche. Los invitados ven¨ªan de un viaje de 1.600 kil¨®metros en el Tren Azul, la versi¨®n africana del Orient Express, que les llev¨® de Pretoria a Ciudad del Cabo en 27 horas. "Estaba dormida cuando llamaron a mi puerta. Los enviados no entraron y dej¨¦ el regalo en la mesilla. Suelo recibir muchos", dijo la modelo. "Tocaron a mi habitaci¨®n buscando la de Naomi. Les invit¨¦ a unas coca-colas y luego fuimos a verla", asegura White en su testimonio escrito. "Yo no s¨¦ si ella estaba en el pasillo esperando, pero no apareci¨® ante mi puerta", aclar¨® Campbell cuando le leyeron este pasaje.
Tanto Brenda Hollis, fiscal jefe del caso, como el defensor Griffiths, subrayaron "el horror" que White dijo sentir al saber que se trataba de diamantes. "No recuerdo haberla visto as¨ª", asegur¨® Campbell, para luego recalcar que no los hab¨ªa ense?ado. "No iba a quedarme con un regalo cuando estaba en Sud¨¢frica para ayudar a ni?os desfavorecidos. Por eso busqu¨¦ a Jeremy Ratcliffe, encargado de la Fundaci¨®n Mandela, para don¨¢rselos". Para sorpresa general, en 2009 Ratcliffe explic¨® que "a¨²n los ten¨ªa en su poder". La Fundaci¨®n Mandela asegura que "nunca recibi¨® diamantes".
Muy entera a pesar de los nervios, Naomi Campbell calific¨® de "incomodidad" su comparecencia. "Al leer que se acusa a Taylor de miles de cr¨ªmenes, tem¨ª por mi familia", admiti¨®. Curiosamente, dos de sus entrevistas m¨¢s sonadas de los ¨²ltimos meses han versado sobre los diamantes de sangre. La cadena estadounidense ABC los mencion¨®, y la vio marchar enfadada. A Oprah Winfrey, la poderosa presentadora, le confes¨® que no quer¨ªa ser relacionada "con un hombre terrible"como Charles Taylor.
Historia sangrienta
- 1983. Charles Taylor, entonces funcionario del Gobierno de Liberia, desfalca un mill¨®n de d¨®lares del presupuesto y huye a EE UU. All¨ª es juzgado por fraude y pasa un a?o en la c¨¢rcel. Se fuga y regresa a ?frica.
- 1989. Taylor lidera una rebeli¨®n en Liberia que desencadena una guerra civil.
- 1991. Estalla una guerra civil en Sierra Leona que enfrenta al Ej¨¦rcito con la guerrilla que apoya Taylor.
- 1995. Acuerdo de paz en Liberia. Durante los seis a?os de guerra mueren m¨¢s de 200.000 personas.
- 1997. Taylor gana las elecciones en Liberia con el lema: "Mataste a mi padre y
a mi madre. Te votar¨¦". En septiembre se encuentra con Naomi Campbell y, supuestamente, le entrega varios diamantes de sangre.
- 2000. La ONU impone un embargo a los diamantes de Sierra Leona. Pero la guerrilla, que controla las minas, los exporta a trav¨¦s de Liberia y Costa de Marfil.
- 2002. Paz en Sierra Leona tras 11 a?os de guerra y 50.000 muertes.
- 2003. El Tribunal Especial de la ONU para Sierra Leona procesa a Taylor y este se exilia en Nigeria.
- 2008. Tras ser detenido en 2006, empieza el juicio contra ¨¦l en el tribunal especial de La Haya. Los fiscales acusan a Taylor de 11 cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad.
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