Coplas de Nueva York
Public Enemy se da un ba?o de masas ante 12.000 espectadores en el Auditorio del Parque de Castrelos
"Quiero decir algo", insisti¨® entre los estruendos finales. Al t¨¦rmino de su concierto en el Auditorio del parque vigu¨¦s de Castrelos, el pasado jueves, Flavor Flav tom¨® el micr¨®fono para dirigirse, de nuevo, a las 12.000 personas que, seg¨²n la organizaci¨®n, asistieron al ¨²nico concierto de Public Enemy en Espa?a en este tramo de su gira. Aunque le cost¨® un poco hacerse o¨ªr entre el griter¨ªo que clamaba porque no concluyese tan hist¨®rica ocasi¨®n, el otro cerebro de la banda lanz¨® su discurso: "No importa la raza, la procedencia o la religi¨®n, todos somos hermanos y hermanas, s¨®lo existe una raza: la humana".
Tras agradecer a sus seguidores la fidelidad mantenida a lo largo de los casi 30 a?os de existencia de la banda -"Gracias por convertirme en un n¨²mero uno"- improvis¨® una clase pr¨¢ctica del c¨®digo de signos b¨¢sico de los raperos: "Esto significa paz [formando la V con los dedos] y el pu?o es el poder". Y, para dejar claro que la funci¨®n hab¨ªa terminado, son¨® One Love de Marley mientras la multitud se resignaba a marcharse. Aunque la lecci¨®n lleg¨® al final, las dos horas anteriores de m¨²sica, proclamas y escenograf¨ªa hip-hop discurrieron marcadas por el didactismo del l¨ªder y fundador, Chuck D, quien, reci¨¦n cumplidos los 50 a?os y marcando una incipiente barriga, demostr¨® estar en forma correteando por el escenario, tir¨¢ndose al p¨²blico de las primeras filas y pegando botes constantemente, cargando, incluso, con un enorme e ic¨®nico radiocasete. Para algo en sus camerinos no hubo ni gota de alcohol, por deseo expreso de los artistas.
Desde su llegada, no dejaron de firmar aut¨®grafos y hacerse fotos con sus fans
Los otrora chicos malos siguen conservando la lengua afilada y el punto de mira en el enaltecimiento de la cultura afroamericana, pero su desaf¨ªo ahora viaja en familia. Chuck D lo hizo acompa?ado por su mujer para mostrarle Europa, y pide visitar museos y barrios hist¨®ricos, como ocurri¨® en Vigo, un lugar del que no hab¨ªan o¨ªdo hablar pero que les sedujo por la n¨®mina de artistas que pasaron por estas tierras como para acceder a dar un concierto exclusivo. De hecho, llegaron el d¨ªa anterior a la ciudad y no dejaron de firmar aut¨®grafos y de hacerse fotos con los fans. Incluso atendieron peticiones m¨¢s curiosas, como la de estampar su r¨²brica en las zapatillas deportivas que les lanzaban los espectadores durante el espect¨¢culo.
Enfundados en sendas camisetas de la Roja, los dos vocalistas de Public Enemy aparecieron en escena dispuestos a darse un ba?o de multitudes en Castrelos. Los himnos como Welcome to the Terrordome, Fight the Power y Don't Believe the Hype se intercalaron con alusiones repetidas a la ciudad y peticiones mutuas de aplauso. Bajo la mirada de DJ Lord, entronizado en un enorme pedestal, y protegidos en los flancos por los miembros de The Bomb Squad y sus tres instrumentistas, que proporcionaron interesantes pasajes sonoros, Flavor Flav y Chuck D intercambiaron sus coplas tal que un desaf¨ªo de regueifeiros, pero al estilo de Nueva York.
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