?Por qu¨¦ s¨ª permiten los 'correbous'?
Se disiparon las pocas dudas que quedaban sobre si la pol¨¦mica acerca de las corridas de toros en Catalu?a era un problema ¨¦tico o meramente identitario.
La prohibici¨®n ha tenido el correlato del aval hacia los correbous del Consejo de Garant¨ªas Estatutarias y la pretensi¨®n de Artur Mas, l¨ªder de CiU, de blindar normativamente estos festejos irregulares. Los correbous, al contrario de las corridas, y por la falta de profesionalidad y escasa preparaci¨®n de los intervinientes, suponen un grave riesgo para la integridad f¨ªsica de los toros y los participantes.
Y es que parece que la delgada l¨ªnea que separa la genialidad del rid¨ªculo no lo es tanto como la que lo hace el progresismo del provincianismo, pues la vanguardista Catalu?a, para muchos adalid del progreso moral de la humanidad por prohibir las corridas de toros, ha devenido en un solo d¨ªa en una Catalu?a equiparable a la ya pasada Espa?a de la pandereta. Al fin y al cabo, los toros solo les importan a los aficionados.- David Carrascosa. Madrid.
Nunca he sido aficionada a los toros ni al boxeo y me parecen horrendas las peleas de gallos o de perros, por ejemplo. Y no voy a defender ahora las corridas de toros, sino su prohibici¨®n.
Pero, dicho esto, quiero se?alar que lo de los correbous me parece de una crueldad extrema, a pesar del mucho amor que se tiene a dicha pr¨¢ctica en distintas zonas del pa¨ªs. Seg¨²n opinan los entendidos, los cuernos de los animales son zonas muy sensibles. Por tanto, colocarle fuego en los cuernos a un toro es terrible, su sufrimiento es grande y, en la mayor¨ªa de los casos, pierden la vista, como m¨ªnimo. No se les mata directamente, pero sufren de modo atroz.
Sin embargo, a pesar de estas evidencias, los correbous no se atrever¨¢n a prohibirlos.
Es posible que dentro de 20 siglos, la humanidad se estremezca con nuestras pr¨¢cticas de hoy.
ANA BENIN ROSES. Sant Cugat del Vall¨¨s, Barcelona
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